La Guardia Civil continuó ayer con los interrogatorios a vecinos de Arriate y personas del círculo más próximo a Esther Jiménez, la menor de 13 años encontrada muerta con signos de violencia. Buena parte de las dependencias de la primera planta del Ayuntamiento siguieron convertidas en la central de operaciones del instituto armado, por la que están pasando todas aquellas personas que los agentes encargados de la investigación consideran que pueden aportar algún tipo de información para resolver las circunstancias en las que se produjo esta trágica muerte.

Los interrogatorios se prolongan hasta las tres de la madrugada y en algunos casos han superado las dos horas de duración. Además, también está pendiente la toma de declaración a la familia directa de la joven, algo que todavía no se había realizado dadas las circunstancias, aunque los padres ya manifestaron públicamente que no tenían sospechas sobre ninguna persona en concreto ni tampoco tenían constancia de tener ningún enemigo en la localidad como para que hubiese hecho algo similar. En este sentido, según informó Efe, se le había pedido por parte de la Guardia Civil que regresasen de forma urgente a Arriate tras el sepelio de su hija.

Mientras tanto, los trabajos de inspección ocular se prolongaron todo el día de ayer, aunque en un primer momento se pensaba que podían haber quedado finalizados a primera hora de la mañana. Y es que los investigadores no quieren que ningún cabo pueda quedar suelto y tomar muestras de todos los indicios y hacer todas las pruebas necesarias para continuar la investigación.

El alcalde de Arriate, Bernardino Gaona, explicó ayer que desde el Consistorio se habían puesto a disposición de la familia los servicios sociales municipales, ya fuese para prestarles apoyo psicológico o económico si fuese necesario en estos momentos.