Las lluvias de marzo llegaron tarde a Doñana y las altas temperaturas están evaporando con rapidez el agua acumulada. Sólo 56 de las 2.811 lagunas que existen en el parque están inundadas, el 11,5 % de la superficie de lagunas, según el informe divulgado por la Estación Biológica de Doñana. En general, sólo las lagunas más grandes, como Santa Olalla, la Dulce o El Hondón, así como aquellas que se encuentran en las zonas más bajas, se encuentran inundadas en la actualidad.

La situación de la marisma es mejor, ya que mientras que las lagunas se alimentan principalmente del acuífero subterráneo, muy esquilmado por la agricultura y el turismo, la marisma se llena con la lluvia y los ríos. La Estación Biológica de Doñana, analizando una imagen de satélite del 9 de abril, ha estimado que la superficie inundada actual de la marisma de Doñana es de 22.053 hectáreas, un 78% del total.

Descensos diarios del nivel de agua

Las distintas estaciones automáticas de la ICTS-Doñana indican que la lámina de agua no es muy profunda. Por ejemplo, la estación de Honduras del Burro alcanzó un máximo de 38 centímetros de agua el 9 de abril pero, a partir de entonces, el nivel está bajando a razón de 2,8 mm al día. De igual modo, en Resolimán se alcanzó un nivel máximo de 42 centímetros el día 3 de abril y en la actualidad está bajando 1 centímetro al día, unos datos que pueden consultarse de forma pública en la página de la estación.

Las últimas lluvias marcaron el segundo mes de marzo más húmedo en el último medio siglo en Doñana y supusieron una esperanza para la cría de muchas especies de aves acuáticas este año. Sin embargo, "la rápida evaporación del agua en la marisma debido a las altas temperaturas puede provocar que no haya agua suficiente para que les dé tiempo a completar la cría con éxito", indica la Estación Biológica.

Lagunas ya secas después de las lluvias

El caso de las plantas acuáticas es similar, pues algunas aparecen en terreno ahora seco, "lo cual evidencia la rapidez con la que estos cuerpos de agua han aparecido y se han desvanecido en muy pocos días", señala el informe. Hay algunas lagunas, como la de la Dehesa, que se inundaron con las lluvias de marzo y ya se encuentran de nuevo secas. Esto también tiene consecuencia para la cría de especies acuáticas como los anfibios. "Habrá que esperar para ver qué ocurre en las siguientes semanas. En cualquier caso, estas lluvias han llegado tarde para la invernada y se espera que en verano se evaporen", dice Javier Bustamante, vicedirector de la Estación Biológica de Doñana y responsable de la ICTS-Doñana.

"Esto ha aliviado los problemas de sequía más inmediatos, pero gran parte de los problemas de agua en Doñana son más profundos y no se consiguen solucionar con sólo un mes bueno de lluvias. Para que los números de este año en la invernada no se repitan el año que viene, es necesario que llueva el próximo otoño e invierno", concluye Bustamante.