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MIGUEL MARÍN I DIRECTOR FLAMENCO FESTIVAL

"Me interesa el flamenco que busca transcender"

  • El cordobés afronta del 21 de junio al 2 de julio una nueva edición del Flamenco Festival en Londres satisfecho por mostrar "la diversidad del flamenco al público británico", aunque "agotado" por la falta de apoyo 

Miguel Marín en la presentación de la programación de la cita londinense en Sevilla

Miguel Marín en la presentación de la programación de la cita londinense en Sevilla / Juan Carlos Vázquez (Sevilla)

A Miguel Marín le avalan las cifras -dos décadas en la dirección de un festival por el que han pasado 140 compañías, 1.250 espectáculos y más de 1.600.000 espectadores en todo el mundo-; la perseverancia con la que ha logrado introducir el flamenco en los teatros más prestigiosos de Nueva York, Miami, Los Ángeles, Sidney, Dubai o Pekín, entre otras ciudades, y la pasión inalterable que siente por un arte “tan mágico que transmite y conecta de forma tan profunda y espiritual”, reconoce al otro lado del teléfono.

Aún así, y ante el “agotamiento” por la falta de apoyo institucional, el director del Flamenco Festival cierra su etapa en EEUU, tras saborear el éxito de la reciente vigésima edición, y enfoca su entusiasmo en su proyecto de residencia artística de Torrox y en la cita londinense que desde este 21 de junio al 2 de julio reunirá algunas de las principales figuras de lo jondo.

-El London FF tiene como lema ‘Creando en presente. Transformando el futuro’, ¿cuál diría que es la filosofía de su festival?

-Pues este año percibo más que nunca que hay una intención que permea el proyecto y que tiene que ver con lo que venimos trabajando este tiempo. Para nosotros, como hemos venido haciendo con las residencias artísticas, es muy importante que la programación recoja propuestas que profundicen y sirvan para la transformación personal del artista y también social. A mí me interesa cuando el espectáculo tiene una motivación más allá de lo estético, cuando busca trascender.

- ¿Es este carácter más reflexivo o espiritual uno de los grandes cambios del flamenco actual?

-Bueno creo que viene de un interés personal, todos buscamos superarnos y transformar aquello que nos gusta. Lo que pasa es que la posibilidad de hacerlo a través del arte tiene algo adicional. Creo en ese poder sanador del arte y en la posibilidad de mover las consciencias también del público.

-En la presentación del programa reconoció que solemos atribuir este poder transformador sólo a propuestas más vanguardistas…

-Exacto, pero también se transforma desde la tradición. Lo importante es la intención con la que se hace el espectáculo, no la estética. Me parece interesante y necesario que haya propuestas de todo tipo que tengan una intención social, más allá de bailar por bailar o de hablar de sí mismos, que es tan habitual. Y puede hacerlo María del Mar Moreno, con su reivindicación del papel de la mujer, o Jesús Carmona con su reflexión sobre la masculinidad.

-Usted niega ese mantra de que el flamenco se venda solo, ¿Cuál es el gran desafío para la internacionalización?

-La financiación. Por un lado, porque los plazos que exigen los teatros a los que nosotros vamos no coinciden en absoluto con los que se trabaja en nuestro país y, por otro, por la inversión. Todo esto genera una incertidumbre y un nivel de estrés en las organizaciones y las empresas que hace que se complique muchísimo la gestión.

"Las administraciones funcionan con dinámicas inoperativas. Tengo la sensación de que las cosas se salvan, pero no se hacen bien. Falta un compromiso real con el flamenco y potenciar la colaboración público-privada"

-Porque, ¿qué hay que hacer para que exista un compromiso real de las instituciones con el flamenco?

-Es muy difícil pero desde luego no se entiende que si hay una normativa europea y ejemplos de otros modelos de gestión que funcionan aquí se sigan llevando a cabo inercias completamente inoperativas. Estas dinámicas se han normalizado y es una pena cuando ves el potencial de lo que puede salir en un espectáculo cuando se le da un espacio para la creación, tiempos, plazos, etc. Tengo la sensación de que las cosas se salvan, pero no se están haciendo bien.

-De hecho, anuncia que, aunque seguirá en la organización de ciclos y giras, se despide del Flamenco Festival en Estados Unidos, ¿agotamiento?

-Claro, al final después de 20 años me siento realizado. Y sí, seguiría con el proyecto si el nivel de desgaste y de riesgo que hay que asumir para conseguir un mínimo apoyo fuera diferente. En este tiempo hemos comprobado que con una inversión mínima se consigue una implicación del país extranjero muchísimo mayor. Es curioso porque en la administración se oye mucho si esto es nuestro o no es nuestro, como si se hubieran convertido en programadores. Nuestro es todo lo que salga de Andalucía. Esto no es un proyecto que tuviera que depender de mi estado de ánimo personal.

 - ¿Dónde estaría la solución entonces?

- Creo que pasa por cambiar el concepto y apostar por la colaboración público-privada. Hay una realidad y es que a una administración le es más fácil colaborar con un ente público, cuando la agilidad y la capacidad de gestión que tenemos las empresas privadas están a años luz de la de la administración. A veces, como digo, no se trata de presupuesto, sino de algo estructural.

-Y creerse la riqueza del flamenco, ¿no?

-Totalmente. Además, estamos promocionando no sólo el flamenco, sino la imagen de España y Andalucía, y visibilizando el talento de nuestros artistas. Las instituciones deberían valorar lo que significa tener una ventana abierta para mostrarnos en los mejores teatros del mundo.

- ¿Ése es el legado del Flamenco Festival?

- Por supuesto, es que antes de nosotros era Paco de Lucía el único artista al que le abrían las puertas en estos teatros y nosotros hemos conseguido que pasen por aquí más de 140 compañías. En Londres, por ejemplo, no llevamos una programación comercial. De las 15 compañías, ocho van por primera vez. Esto quiere decir que no se les conoce y hay que hacer un esfuerzo pero, bueno, forma parte de nuestro objetivo el querer mostrar la diversidad del flamenco a los espectadores.

"Desde el FF estamos promocionando no sólo el flamenco, sino la imagen de España y Andalucía. Se debería valorar lo que significa tener una ventana abierta para mostrarnos en los mejores teatros del mundo"

- En este sentido, ¿ha cambiado la imagen del flamenco en el extranjero?

- Más que cambiar, que también, lo que percibo es que se ha ampliado muchísimo la mirada sobre el flamenco porque el público puede descubrir igual a Miguel Poveda o a Rosalía que la gala flamenca o una propuesta vanguardista. Ese abanico tan rico es que el define al flamenco de hoy.

- Hablaba antes de la importancia de las residencias artísticas para la creación, ¿cómo está siendo la experiencia en su proyecto ‘In Progress’ de Torrox?

-Nuestro objetivo es dar un paso más allá, no ser un lugar de ensayo sino favorecer el desarrollo, la convivencia, la reflexión… Que todo forme parte integral de la creación. Al final es generar esa energía que antes se producía de manera natural porque había otras vivencias y que ya no se dan. Aquí, propiciamos que la conexión entre los artistas conectan y eso se transmite en las propuestas. Además, ayudamos a profundizar en esa intención de la que hablaba al principio. Esto es habitual en otros escenarios como el Sadler’s Wells que ofrecen un programa de research and development pero aquí sólo lo desarrolla los teatros del Canal de Madrid.

- Como director artístico y gestor cultural, ¿le ve futuro a la Bienal?

- Particularmente no creo en el modelo actual, veo más un modelo de comisariado en el que pueda haber un director artístico pero también un equipo con perfiles distintos que seguramente pudieran dar como resultado una programación más rica y variada.

- Por último, ¿qué le molesta más del flamenco?

- El individualismo y la negatividad con la que a veces nos pensamos a nosotros mismos.

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