Ascender como única meta

Con la obligación de volver cuanto antes a la máxima categoría comenzó la temporada el Celta, que confió en Hristo Stoichkov, el técnico que concluyó la pasada campaña, para llevar la nave a buen puerto. Sin embargo, al búlgaro se le acabaron los argumentos rápidamente y acabó por dimitir pese a ganar al Xerez en la jornada séptima.

Carlos Mouriño, presidente céltico, decidió entonces encomendar la tarea de ascender a Juan Ramón López Caro, un hombre capaz de sacar jugo a cualquier plantilla y con una experiencia importante en los banquillos. El lebrijano, no obstante, no ha terminado de convencer, ni con juego ni con resultados, que al fin y al cabo es lo que importa en Segunda, de ahí que su continuidad en el cargo esté puesta en entredicho.

En cuanto al equipo, el Celta cuenta con un plantel amplio, principalmente porque el técnico ha echado mano de muchos futbolistas del filial que están ofreciendo un buen nivel en la categoría de plata como los casos de Roberto Lago, de Dani Ábalo o Jonathan Vila.

En la portería, la marcha de Pinto al Barcelona no ha pasado factura, pues el equipo contaba con Esteban, un guardameta con amplia trayectoria, y además ha incorporado al ex xerecista Luis García, otro arquero de garantía.

En defensa, López Caro no ha podido encontrar la pareja de centrales ideal. Y es que a pesar de contar con jugadores importantes como Rubén, Peña o Lequi el equipo sufre mucho por esa zona debido a su lentitud.

En los laterales la cosa cambia, pues tanto el brasileño George Lucas, como Roberto Largo (un centrocampista reconvertido a lateral) o Vara tienen recorrido y buena salida de balón. No obstante, cuando el técnico se ha visto obligado a usar a Agus en el carril zurdo el equipo pierde ofensivamente pero gana en seguridad.

El centro del campo del Celta suele contar siempre con un pivote defensivo, que habitualmente suelen ser Vitolo o Rosada, y otro con algo más de libertad, ya sea Mario Suárez, un jugador con buen disparo desde larga distancia, o el canario Jorge Larena.

En la mediapunta, la mejor virtud viguesa es la velocidad que imprimen Fernando Sales, Antonio Núñez, Dani Ábalo o el ghanés Quincy, que aunque su posición natural es la de delantero puede caer también en bandas. Pero quien realmente está marcando diferencias en ese puesto es Canobbio, lesionado, un jugador con infinidad de recursos y con mucha llegada.

Arriba, Jesús Perera y el chipriota Okkas se reparten la punta y la mediapunta por el centro. Ambos se complementan bien y tiene muchísima movilidad creando espacios que aprovechan bien sus compañeros. En esa demarcación puede actuar también el brasileño Diego Costa, un jugador con mucha verticalidad y que individualmente puede decidir un partido.