De Carranza directo al cielo

La excelente temporada desarrollada por el Cádiz llega al punto culminante con la disputa del partido de vuelta de la eliminatoria contra el Real Oviedo en pos del anhelado ascenso. El 1-1 del encuentro de ida deja el cruce pendiente de resolución en el estadio Ramón de Carranza, que hoy lucirá sus mejores galas en una cita histórica a partir de las seis de la tarde en uno de los duelos más atractivos de play-off que se recuerdan en los últimos tiempos. No hay una sola entrada en las taquillas y será la primera vez que el estadio presente un lleno a reventar desde la apertura de la nueva Tribuna.

Más no se puede pedir para un choque entre los trasatlánticos de la Segunda B que hoy disputan la madre de todas las finales con el objetivo común de regresar a la categoría de plata. Se miden los dos clubes con más peso histórico que tratan de zafarse de las cruentas garras de la categoría de bronce, los dos que más presupuesto manejan, los dos que atesoran las mejores plantillas, los dos que mejores números contabilizaron en el campeonato de Liga, los dos que más urgencias tienen, los dos que arrastran un mayor número de aficionados... Hoy sólo puede ascender uno de ellos y el que pierda tendrá el consuelo de poder disponer de una segunda oportunidad a lo largo del mes de junio, aunque estará obligado a superar dos eliminatorias (cuatro partidos).

Cinco años de constante lucha contra el esquivo destino acumula el Cádiz desde el último descenso a las catacumbas de Segunda B, las que hoy abandonará con el propósito de volver nunca más si es capaz de deshacerse de un Oviedo que, con 13 años consecutivos en el ostracismo sumados entre la división de bronce B y Tercera, acredita argumentos también pasa salir del pozo.

El conjunto amarillo parte con la ligera ventaja del valioso empate a uno arañado en el Carlos Tartiere hace justo una semana. Cuando el joven colegiado castellano manchego Alberola Rojas, con sólo 23 años, dé por comenzado el encuentro con el pitido inicial, el tiempo empezará a correr a favor de los gaditanos, a los que les vale la igualada a cero para dar el salto a la Liga de Fútbol Profesional. Pero 90 minutos dan para mucho y puede pasar de todo. A priori, no lo fiará todo a la defensa un Cádiz que su reconocida pegada en ataque suele salir a relucir en casa.

Salvo la conocida baja de Andrés Sánchez por una fractura de peroné, Claudio Barragán dispone de toda la plantilla, incluidos Óscar Rubio y Jon Ander Garrido, que podrá jugar una vez que el Juez Único de Competición anuló una de las tarjetas amarillas. Los recursos del Oviedo ante el Comité de Apelación y el Tribunal Administrativo del Deporte contra la resolución de Competición no surtieron efecto y el medio no se perderá la cita.