"Confío en que quede Carolina para dos Juegos más"
Carolina Marín recibe el calor de los onubenses y elude la polémica sobre la falta de ayudas públicas "Los dos últimos meses fueron los peores de mi vida, pero luego mereció la pena"
Carolina Marín tomó el Ayuntamiento de Huelva, primero para recibir el cariño y el calor de los onubenses, y luego para conceder una extensa rueda de prensa en el salón de plenos. La expectación fue enorme, con numerosos medios de comunicación tanto locales como regionales y nacionales. La ocasión merecía la pena tras el oro conquistado por la joven en los Juegos Olímpicos de Río.
El recibimiento por parte de sus paisanos fue espectacular, como confesó poco después: "No me esperaba nada, esperaba el calor de Huelva, pero me ha impresionado muchísimo, no esperaba tantísima gente que han podido dejar sus compromisos personales, su trabajo, tiempo de estar con su familia, y sacar un hueco para esta aquí conmigo. Es para estar superorgullosa de que toda Huelva haya venido aquí a recibirme. La verdad es que me he emocionado, ha sido la sorpresa más grande que he podido recibir. Que toda Huelva me haya cantado la Salve Rociera es algo que me ha tocado la fibra y me he puesto a llorar", aseguró.
La Carolina doble campeona de Europa, del Mundo y oro olímpico poco tiene que ver con aquella niña de 14 años que se marchó al Centro de Alto Rendimiento de Madrid en busca de un sueño: "Mi vida, tanto en el ámbito deportivo como en el personal, ha cambiado muchísimo desde que dejé mi tierra a los 14 años. La niña que se fue entonces se ha convertido ya en una mujer muchísimo más madura y eso se nota dentro y fuera de la pista".
¿Podía pensar la niña que se fue de Huelva que pasados los años tendría congregados a más de dos millones y medio de españoles viendo una final olímpica de bádminton? "Imposible, ni podía imaginar que tantísima gente me iba a estar viendo en la televisión. Me siento muy orgullosa y no tengo palabras para expresar el agradecimiento que siento por todos aquellos que me han estado viendo en la televisión, y ese empujoncito una lo nota cuando está en la pista".
Junto a su preparación física y mental, también influye en sus éxitos su fe rociera: "Siempre he llevado y seguiré llevando conmigo a la Virgen del Rocío. Desde que me fui a Madrid, en la primera conversación que tuve con mi entrenador me preguntó qué quería llegar a ser como deportista, y yo lo tenía claro desde pequeña, quería ser la mejor en todo, campeona de Europa, del mundo, olímpica y número uno del mundo, todo ello a base de mucho trabajo y sacrificio. Las medallas son muy bonitas, pero de verdad hay muy pocas personas que saben todo lo que hay detrás para llegar a conseguir cada éxito que he logrado, hay que dejar muchas cosas para hacer lo que a una le gusta, que es lo que yo hago con el bádminton. Es constancia y trabajo en el día a día, ésa es la clave, no es ningún secreto".
Siempre se dice que cuesta más mantenerse que llegar. De momento, la volantista onubense ya ha llegado y en su palmarés ya lucen los principales títulos a nivel internacional. El futuro es suyo. "Todavía tengo 23 años y queda mucha Carolina. Espero que esta Carolina dure dos ciclos olímpicos más, que serían ocho años. La vida de un deportista es muy dura, hay que cuidarse mucho, evitar lesiones... Pero hay que agradecer todo el trabajo de mi equipo, que está pendiente de mí y me deja perfecta; confío en que quede Carolina para rato".
El título olímpico le ha reportado 96.000 euros (los que concede el Consejo Superior de Deportes a todos los olímpicos españoles que logran el oro) y casi le garantiza su futuro económico. "Puedo decir que vivo del bádminton, porque no me estoy pagando una casa, no tengo ningún gasto personal grande, pero es muy difícil, yo comparo lo que gano con lo que gana cualquier jugadora asiática... y no se puede comparar, allí barajan cifras muy altas".
El bádminton, un deporte minoritario en España y casi desconocido hasta hace unos años, ha experimentado un boom gracias a los éxitos de esta onubense de oro. Carolina se ha convertido en un icono y todo un referente que debe servir para promocionar y ganar apoyos en este deporte. "Me sentí muy feliz cuando gané mi primer Campeonato del Mundo, ya que el bádminton por fin fue conocido en España; ya todo el mundo sabe lo que es y estoy orgullosa de ser la pionera y de haber abierto ese camino, porque estoy segura de que saldrán campeones jóvenes. Con todo el trabajo que hay detrás lo pueden hacer y conseguir las metas que se propongan".
Tras ganar el oro olímpico, la joven comentó que había llorado y sufrido mucho durante la preparación, pero que todo ese sacrificio había merecido la pena. ¿Si no hubiera sido campeona pensaría lo mismo? "Seguro que sí, al final lo importante de todo esto es el proceso que hemos hecho para conseguir la medalla. Han sido los dos peores meses de mi vida, pero todo el esfuerzo ha tenido su recompensa".
Carolina ha conquistado todos sus éxitos prácticamente sin ninguna ayuda de las instituciones onubenses, algo lamentable dado su palmarés y la enorme proyección que tiene en Asia. Todos esperan que la situación cambie tras lograr el mayor éxito que se puede obtener en el deporte, un oro olímpico. La volantista no quiso entrar en el asunto, y hábilmente sorteó la cuestión: "De momento no he tenido tiempo de hablar con nadie; al llegar a Huelva desconecté el móvil y no me ha dado tiempo a hablar mucho".
"Lo que pido es que se apoye a los deportes minoritarios; al final solamente se nos reconoce la labor en unos Juegos Olímpicos, y es importante que se nos siga reconociendo durante todo el año", añadió.
Sobre la final en Río comentó: "Nunca se tiene claro que vas a ganar, pero yo salí con esa mentalidad. Sabía que la final sería el partido más duro; la india Sindhu venía jugando un campeonato perfecto y yo tenía que estar preparada para cualquier cosa. El primer set lo tenía controlado pero se me fue; luego la conversación que tuve con mi entrenador (Fernando Rivas) me hizo reflexionar. Cambié y pensé que si quería obtener el oro tenía que dar el máximo posible a partir de ese momento. Y eso fue lo que hice".
Carolina Marín tiene ya una buena cosecha de medallas y trofeos gracias a sus éxitos por todo el mundo. ¿Dónde los tiene, y dónde guardará la medalla de oro? "De momento los guardo en una cajita, y cuando me llaman para alguna entrevista los tengo que llevar. La medalla, de momento, vendrá conmigo a donde yo esté, la tendré en mi habitación y en un futuro estará en el mejor lugar de mi casa".
El Palacio de los Deportes aguarda a que se le rotule con el nombre de Carolina Marín, un acto que tendrá lugar la próxima vez que la campeona visite la ciudad. "Ojalá supiera cuándo voy a volver. Hacía cuatro meses que no venía a Huelva y me da mucha pena venir tan poco; se echa mucho de menos a la familia, mi casa, la comida... todo eso, pero no sé cuándo volveré".
La comparecencia de Carolina Marín culminó con un masivo aplauso de todos los presentes en reconocimiento a la histórica medalla de oro que se colgó en Río de Janeiro. Un aplauso que nunca olvidará, al igual que los que le brindaron sus paisanos cuando, muy emocionada, se asomó al balcón del Ayuntamiento para agradecerles su apoyo y, cómo no, presumir de oro olímpico.
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