El Gerena, muy superior al filial

Un local avanza con el balón.
F.j. Díaz Puerto Real

01 de febrero 2015 - 05:02

El Cádiz B sigue su caída en picado y sufriendo la ira de adversarios poderosos que están muy por encima. Ayer fue el Gerena el que aprovechó sus excelentes condiciones y el pésimo momento del filial para ganar de forma cómoda y aprovechar los últimos instantes para que los jugadores que están al borde de la suspensión buscaran su quinta cartulina amarilla.

El conjunto visitante dio un repaso técnico y táctico a un adversario que se 'desangra' y que ayer no tuvo ninguna posibilidad de poner en peligro la portería contraria. Con un gol en cada periodo, el triunfo fue tan justo como corto, ya que el portero Manu López evitó la goleada.

El filial cadista aguantó con cierta frescura de ideas los primeros diez minutos, ya que a partir de ese momento apareció el Gerena, que impuso su ley, la del toque y verticalidad, hasta el pitido final. Lolo, Kiki y Jorge fueron los hombres que pusieron en marcha la maquinaria del Gerena, los que marcaron los tiempos del partido y demostraron que en Tercera División también se puede jugar bien al fútbol. Todo ello sin dar un pelotazo y jugando con buen criterio todos los balones. El primer tanto nació en un balón largo que Tano recibió en el vértice del área; Manu López se precipitó en su salida y ninguno de los zagueros que se echaron a los pies del ariete fue capaz de arrebatarle el esférico al rival, que se hizo con el hueco necesario para marcar a portería vacía. Tras el 0-1 la balanza se inclinó claramente ya al lado del Gerena, que antes del descanso gozó de dos llegadas más.

El guión apenas cambió y existía sólo un equipo sobre el césped. Nada más reanudarse el juego, Jorge cabeceó un córner que Manu López, muy atento, sacó casi sobre la línea. Y de nuevo el portero salvó una vaselina de su pesadilla ayer, Jorge, que tuvo todo a favor para marcar. Se veía venir que el 0-2 estaba al caer. Y así fue como Kiki y Francis firmaron la jugada más bonita de la tarde para que este último resolviera con un zapatazo certero que se coló junto al poste izquierdo del meta cadista. Imparable y justo.

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