Nairo Quintana vuela en el Blockhaus
El colombiano Nairo Quintana (Movistar) acudió puntual y poderoso a la cita de los escaladores en el temible Blockhaus, en cuya cima dio un doble golpe tras un vuelo en solitario que le permitió enfundarse la maglia rosa de líder del Giro.
Un golpe de autoridad facilitado por la mala suerte de dos rivales directos, el español Mikel Landa y el británico Geraint Thomas (Sky), eliminados a 14 kilómetros de meta por una caída provocada por la moto de un policía mal aparcada en el borde de la carretera. Con el Sky descabezado, Quintana se ocupó de continuar la estrategia de su equipo y de asestar un golpe definitivo a 4,8 de meta, cuando el cóndor boyacense abrió las alas en solitario hasta anidar en la cima del Blockhaus, el búnker, donde alzó los brazos con un adelanto de 24 segundos sobre sus primeras víctimas, el francés Thibaut Pinot (Francaise) y el holandés Tom Dumoulin (Sunweb).
Era una jornada unipuerto, corta pero peligrosa por el muro final en el Blockhaus, primera cita seria del Giro después de 9 días de reposo activo. Todo estaba preparado para la primera gran batalla del Giro cuando un elemento inesperado se coló en la fiesta para estropearla. Un corredor del Sunweb se tragó la moto de un policía, mal aparcada en el margen izquierdo de la calzada, y se organizó una montonera que mutiló gravemente las opciones del Sky.
Sus dos líderes, Thomas y Landa, se fueron al suelo. Heridos, se levantaron y siguieron la marcha, pero los rivales ya se habían esfumado en las rampas del Blockhaus.
Landa quedó más retrasado que Thomas, impulsado por su coraje y envuelto en golpes y rasguños en la persecución. No era el día para incidentes. El Movistar y Quintana estaban sembrados, con las ideas claras y la estrategia pendiente de remate.
Un primer ataque de Quintana a 6,7 de meta eligió a Nibali y Pinot, pero aún quedaba lo más cruel. Tres ataques más del boyacense terminaron por dejarle como dueño absoluto de la carretera. Cayó el Tiburón italiano, resistió a un puñado de segundos Pinot y se unieron al francés Mollema y Dumoulin.
Mollema también tiró la toalla. Quintana, que asestó el golpe definitivo a 4,7 de la cima, abrió las alas para pronunciar el monólogo de la victoria, en el que dejó claro que es el favorito para ganar el Giro del Centenario, el mejor escalador, sin rival que se le acerque.
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