La cesión de Emilio Viqueira al Xerez es ya un hecho. Todas las partes implicadas -Levante, Deportivo y futbolista- están de acuerdo y sólo falta que el centrocampista gallego firme toda la documentación para convertirse oficialmente en azulino hasta el 30 de junio en calidad de cedido.

Viqueira tenía previsto viajar hasta Jerez ayer por la noche en coche pero al final la documentación que tenía que firmar no estaba preparada en la sede de la entidad azulgrana y tuvo que retrasar el desplazamiento hasta la mañana de hoy.

Así, el jugador del Levante cogerá un vuelo a primera hora desde Valencia para llegar a nuestra ciudad a tiempo de participar en la sesión de trabajo que tiene prevista realizar el equipo en el Anexo de Chapín.

El centrocampista gallego se mostraba ayer tremendamente ilusionado con su regreso al Xerez y destacó que "tengo muchas ganas de jugar al fútbol, que es lo que me gusta y regresar a Jerez es importante para mí. No me marché de la forma que a mí me hubiese gustado y me siento en deuda con esa ciudad y con esa afición, que siempre me demostraron su cariño durante las tres temporadas en las que estuve allí".

Viqueira, que ha tenido ofertas de hasta cinco clubes de Segunda A, siempre tuvo claro que su primera opción era el Deportivo, llega bien físicamente y dispuesto a entrar en los planes del entrenador azulino cuanto antes y si puede ser el sábado, mucho mejor. "Llego con ganas y tremendamente ilusionado pero eso de debutar en Albacete ya no depende de mí, depende de cómo me vea el míster y de las ideas que él tenga de cara a ese partido. Entrar en la lista de convocados ya sería importante. Lo que sí puedo decir es que tengo muchas ganas de poner mi granito de arena en la salvación del equipo. Hay plantilla, seguro que sale de la zona baja".

De jugar en Albacete, el choque tendría su morbo para el gallego. En el banquillo del conjunto castellano se sienta Quique Hernández, un técnico que le dirigió en el Recreativo, que no le dio 'bola' y con el que tuvo más de un problema por eso. En Huelva no guardan muy gratos recuerdos de ese entrenador y la afición le echó en cara durante muchas jornadas que no alineara al jugador cuando el equipo más le necesitaba. De hecho, ese año el Recre perdió una gran oportunidad de ascender y no lo hizo hasta la siguiente, a las órdenes de Marcelino.