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España

Las alas del PSOE

LA última encuesta del CIS pone de manifiesto que el PP sólo ha perdido cuatro puntos desde las elecciones generales del pasado 20-N. A tenor de los recortes y reformas llevadas a cabo durante los tres últimos meses, los 2,1 puntos de retroceso electoral registrado desde enero por los populares pudieran parecer insignificantes. Sin embargo, ante las perspectivas de dos ejercicios malos por delante, un punto por mes es una progresión preocupante.

Igual o más preocupantes resultan los datos para el PSOE, que, aun habiendo ganando 1,6 puntos con respecto al CIS de enero y nueve décimas en relación con los comicios nacionales, está aún a once puntos del PP.

El no despegue del PSOE como alternativa clara de gobierno se debe, principalmente, al rechazo de la mayoría de los españoles a su tarea de oposición: el 52,4% la considera mala o muy mala. Rubalcaba no acaba de tirar del socialismo democrático español hacia arriba. Un discurso demasiado frentista, y un partido que aún sigue fracturado tras el 38º Congreso Federal son las principales causas para intentar comprender el importante descrédito que sufre el PSOE.

En este mismo sentido, la labor de oposición recuerda muy mucho a las tareas de demolición del Gobierno socialista que emprendió el PP cuando ZP, en mayo de 2010, cogió el camino de los recortes y las reformas, acuciado por un déficit público del 11%.

Aunque el tono es diferente, sobre todo cuando Pérez Rubalcaba es el actuante, los socialistas están repitiendo la misma estrategia del PP contra el leonés -no darle ni agua y que se cocine a fuego lento-. La ciudadanía no acaba de confiar en un Rubalcaba al que castigó severamente hace pocos meses con los peores resultados de la historia del PSOE.

La ruptura de relaciones con Rajoy, fruto de reuniones públicas y privadas marcadas por la indiscreción tampoco le ayuda al cántabro a la hora de hacer creer a la opinión pública que está arrimando el hombro y no metiendo palos en la rueda.

Además de todo ello, Pérez Rubalcaba no ha sabido o no ha querido gestionar su victoria por un puñado de votos en el 38º Congreso Federal. No integró como debiera a los seguidores de Carme Chacón en los grupos socialistas del Congreso y el Senado ni tampoco en la Ejecutiva Federal.

Eso ha provocado que, pese a los llamamientos a la unidad, los grupos parlamentarios y la dirección representen más a la corriente mayoritaria que a la totalidad del partido. Así las cosas, cada día que pasa toma más cuerpo que el 38º Congreso sólo fue una primera vuelta por la lucha por el control del PSOE.

En la segunda, que se producirá en las primarias para elegir al candidato a la presidencia del Gobierno en los comicios de 2015, comparecerá Chacón. Rubalcaba parece condenado a buscarse un heredero que le devuelva las alas al PSOE.

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