Domingo de Feria

Calor y color

Las imágenes del Domingo de Feria del Caballo de Jerez

Las imágenes del Domingo de Feria del Caballo de Jerez / Miguel Ángel González

Como si no hubiera un mañana -y un martes, un miércoles y así hasta el sábado- una marabunta humana de propios y extraños mezclada con un río equino tomó el domingo desde primera hora el González Hontoria, que lucía sus mejores galas tras el alumbrado del sábado y las prisas de última hora de algunos caseteros por estar listos para el primer día oficial de Feria del Caballo 2022. La ocasión lo merecía y lo merece, porque después de tres años las ganas de pisar el real pudieron con el asfixiante calor que recibía a todos los visitantes, temperatura que aumentaba ante la falta de brisa y el trote de los caballos.

Mucho calor, sobre todo a primera hora: los abanicos no pararon quietos ni dentro de las casetas, porque con tanta gente los ventiladores no daban abasto y los aires acondicionados eran tan agradecidos como el hielo en las jarras de rebujito. Y es que en las horas centrales hubo un llenazo espectacular: ni el calor pudo con las ganas de Feria. La mayoría de las casetas estaban a rebosar -muchas celebraban el Día del Socio, algunas por no haberlo podido hacer el sábado del alumbrado por los problemas del montaje- y fue complicado encontrar mesa, sobre todo si la reunión era para unos cuantos. Mucho calor pero con mucho color, el colorido clásico de la Feria del Caballo, con el albero reluciente para el paseo de caballos y enganches que dan al González Hontoria una idiosincrasia personal, particular y distinta a cualquier otra feria: ejemplares perfectamente enjaezados y amazonas y jinetes ataviados de jerezanas y clásicas maneras, pintando un cuadro con sello propio: el que pueda, que empate.

Este primer día de Feria, con lleno en las horas centrales pese a las altas temperaturas, recogía estampas contrapuestas: mucho traje de flamenca y también mucho vestido de noche, porque una vez en el parque no es cuestión de irse a la tarde para cambiarse; mucha chaqueta y menos corbatas y también ropa sport y casual, aunque quizá los más listos sean los guiris: gorra, camiseta y pantalón corto -aunque con calcetines hasta media caña- y cargando con la mochila y la cámara de fotos, atraídos al espectáculo del paseo de caballos y al de los lugareños pasando calor y luciendo coloridos trajes, todo digno de ser fotografiado. Lo tienen claro con el agobiante calor pero claro, Jerez obliga y para los nativos arreglarse en Feria es costumbre y tradición, no imposición.

Fue un Domingo de Feria sin muchos niños en las horas centrales, quizá para protegerlos del calor y porque las reuniones de amigos aconsejan recogerlos por la tarde para que disfruten los padres y no se aburran los pequeños, porque tampoco es cuestión de meterse en la calle del infierno en plena solana, aunque a la hora de la comida ayer casi todas las calles eran del infierno, hirviendo de calor salvo algunas laterales pequeñas en las que la sombra de los árboles permitían refugiarse del sol, al igual que delante de González Byass, punto de encuentro habitual pero ayer más concurrido por la sombra que proyectan los árboles delante de la entrada.

Fue un Domingo de Feria de reencuentros, porque después de dos años de pandemia había ganas de volver y de volver a ver a los compinches de Feria o a los compinches en la Feria, que todo vale. Pero como Dios aprieta pero no ahoga, pasada la hora del almuerzo, las cinco en Feria, comenzó a soplar un poco de brisa, gloria bendita ahí abajo en la caldera que era el parque.

El avance de la tarde supone levantarse de las mesas para subir al tablao: Jerez es una Feria con una completa agenda de actuaciones de todo tipo y para todos los gustos, y también hay casetas con música de todo tipo y para el mal gusto (perdón) pero que también tienen su público y como dicen que el cliente es el que manda, ahí va el chunda chunda a todo trapo, reclamo para la juventud y señal para ahuyentar a los mayores.

Así avanzó el fabuloso Domingo de Feria, primera jornada de principio a fin y de lleno en el González Hontoria. Con toda la noche por delante, mañana será otro día, también de Feria y de fiesta en Jerez. Vamos allá.

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