María Pagés centra su ‘De Scheherezade’ en la mujer y el uso de la palabra
XXVII Festival de Jerez
Distinguida hace unos meses con el Princesa de Asturias, la bailaora utiliza personajes de la literatura y mitología
Si hay en el universo del Festival de Jerez una artista con especial apego a la muestra ésta es María Pagés. La bailaora sevillana fue la encargada de inaugurar el certamen el 18 de abril de 1997 y ha sido una pieza fundamental en el desarrollo y crecimiento del mismo durante estas más de dos décadas.
Tras recibir hace unos meses el premio Princesa de Asturias de las Artes, la artista hispalense aterriza hoy (20.30 horas) en el Teatro Villamarta para exponer ‘De Scheherezade’, un espectáculo estrenado en el Liceu de Barcelona en el que, como ya hiciera hace dos años con ‘Paraíso de los negros’, centra su contenido en la sociedad actual.
Con el apoyo en la dirección El Arbi El Harti, Pagés nos acerca esta vez a una obra coreográfica de carácter vitalista cuya temática se centra en la inclinación de la humanidad hacia la violencia. Relata en once escenas una aventura humanista bajo la visión pacifista y poliédrica de la esencia femenina, tomando como referencia esa mujer que en Las mil y una noches evitaba su muerte con sus imaginativas historias.
“Se centra en la figura de la mujer y de la palabra como el mejor instrumento que tenemos para el entendimiento y resolver los conflictos”, señaló María Pagés ante los medios de comunicación.
“Esto es lo que hizo ‘De Scheherezade’ y a lo largo de esas once escenas tratamos de poner en valor lo femenino desde el flamenco, desde las artes y desde la vida. A través de ello, irán apareciendo otros personajes de la literatura como ‘Medea’, Bernarda Alba de Lorca, o Blimunda de Saramago, Atenea, Úrsula de García Márquez o simplemente mujeres fuertes y que han sido protagonistas en la historia de la humanidad”, destacó.
Las coreografías de la obra recogen pues una diversidad femenina que recorre este particular relato y comparte con el público emociones tan diversas como amores, desamores, fuerzas, fragilidades, inseguridades, contradicciones y soledades, entre otras.
Sin embargo, el hilo conductor siempre es Scheherezade, que usa la palabra en contra del hombre que emplea las armas para asesinar a sus esposas. “Scheherezade es la portadora de los valores positivos que evitan el conflicto”, aclaró.
Al frente de su compañía y compartiendo la dirección con El Arbi El Harti -autor de la dramaturgia, textos y letras-, María Pagés se sitúa al frente de un cuerpo de baile formado por otras ocho bailaoras y contará con el cante de Ana Ramón Muñoz y Cristina Pedrosa, las guitarras de Rubén Levaniegos e Isaac Muñoz, el chelo de Sergio Menem, el violín de David Moñiz y la percusión de Txema Uriarte.
“Hay mucha poesía, las letras son una maravilla y están adaptadas a palos flamencos. Además, la música es original compuesta por Rubén Levaniegos, Sergio Menem y David Moñiz”, puntualizó.
Sara Calero, en los Museos de la Atalaya
Un poco después del mediodía, a la una de la tarde y en los Museos de la Atalaya, Sara Calero regresa a Jerez para exponer ‘La finitud’.
La elegante bailarina madrileña ha llevado a cabo “un guión escénico en el que queríamos pasar por los estados emocionales en los que nos vemos inmersos cuando somos conscientes de que no vamos a estar aquí eternamente y de que la vida se va a acabar”.
En esa Finitud también se indaga en cómo esta conciencia de mortalidad se asume en otras culturas.
La conclusión de Calero es evidente: aceptar con naturalidad este estado de cosas –“evitar que nos sumerja en la tristeza”- y vivir la vida “con la conciencia de su cualidad finita, pero no por ello tiene que ser algo tétrico ni que nos suma en la tristeza”. Un espectáculo que, según la bailarina, “tiene más luces que sombras y de una gran calidad musical”.
En este proceso de trasladar al baile algo tan conceptual ha contado con la inestimable colaboración de Gema Caballero que, además de asumir la dirección musical- es aquí su cantaora de referencia, además de la guitarra de Javier Conde y el bajo eléctrico de Juanfe Pérez.
Sobre esa creación musical, Gema Caballero apela a que “todo tenga sentido y que cada uno de nosotros tenga su sitio, es decir, que tanto el cante, como la guitarra flamenca, la música o la danza tengan ese protagonismo”.
Improvisación en 'The Game'
Un poco más tarde, a las 18.30, y también en los Museos de la Atalaya, aunque concretamente en el Salón Don Jorge, Jesús Carmona, José Valencia y Juan Requena unen sus carreras para poner en liza ‘The game’, un espectáculo marcado por la improvisación y sus particularidades.
‘The game’, que tras ser estrenado en 2019 en Londres acumula ya un importante recorrido, el último una gira reciente en Japón, está concebido para la libertad artística en su máxima expresión, dentro del lenguaje del flamenco. Es más, en su parada en Jerez, Jesús Carmona reconoció que “hemos hecho una versión especial”.
En “ese juego” -en un espacio más reducido con el público de pie y tres escenarios por donde se moverán Jesús Carmona (baile), José Valencia (cante) y Juan Requena (guitarra)- los artistas marcan las reglas. Pero éstas, como señaló Carmona, “pueden respetarse o no, incluso crearse otras nuevas”. Y es que, este The game parte de una estructura, dividida en varios bloques, pero se trata de un montaje abierto a la improvisación y a cambiar cada día que se represente en función de la conexión de los artistas con el público.
Carmona, Valencia y Requena traen al Festival “una versión especial”, pero mantiene sus mismas constantes estéticas. Esto es, “sin ningún miedo, sin ataduras reales” y donde, en este juego, un artista responde a lo que otro le propone.
No hay comentarios