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Villavicencio se viste de mujer

El Palacio de Villavicencio acogerá esta tarde a partir de las 19:00 horas dos recitales unidos protagonizados por Eva de Rubichi y Tamara de Tañé, dos cantaoras del barrio de San Miguel que participan activamente en el Festival cada año, sobre todo, poniendo sus voces en los cursillos ofertados.

No es la primera vez que ambas se suben al escenario de Villavicencio, en la decimotercera edición del Festival de Jerez (2009), ya tuvieron una buena crítica tras su paso por el palacio. "Desde entonces, -como asegura Tamara-, la responsabilidad ha cambiado, pues antes iba con lo puesto, y ahora tengo que mostrar mi interés por el cante y por mi profesión, tienen que ver que he evolucionado".

Del mismo modo, para Eva el estar en esta edición significa que su carrera sigue avanzando y que desde la última vez que cantó en solitario en la muestra "mi cante creo que ha madurado, cada vez se es más consciente de lo que se está cantando y se controlan más los nervios, aunque nunca se dejan a un lado".

Para esta ocasión, que ambas han querido dedicar a la memoria del recientemente desaparecido Manuel Moneo 'Barullito', la de Tañé contará con la guitarra de Miguel Salado y las palmas de Carlos Grilo y Manuel Salado. Es una ocasión "muy importante" para ella, por lo que "me atreveré a cantar por seguiriyas, nunca antes lo había hecho porque creo que para hacer este palo se necesita conocer mucho el cante y sentirlo, sólo así se transmite, pero creo que la ocasión lo merece e intentaré gustar y mostrar mi interés por avanzar".

En esa media hora de cante hará también los cantes por alegrías, tarantos y bulerías, "si me da tiempo quiero hacer soleá por bulerías", añade Tamara.

Eva, por su parte, estará bajo la sonanta de su esposo Domingo de los Santos 'Rubichi' y las palmas de José y Diego Rubichi. En honor a la memoria de su suegro Diego, "quiero hacer la granaína o la malagueña, como él la hacía", seguirá alternando los cantes libres y a compás como "las cantiñas y el martinete, los fandangos y bulerías".

Siendo el Festival de Jerez "el más importante del mundo para mí, quiero darlo todo y empezar por martinetes, es la primera vez que lo voy a hacer, tengo muchas ganas", detalla Eva.

El Palacio Villavicencio sigue siendo un espacio dedicado al cante con la particularidad de que no existe megafonía ni micros, pero a Tamara esto no le preocupa. En cambio, sí teme que "el público no entre en calor hasta las bulerías". Añade, "al ser un público mayormente de fuera, se muestran con otra educación y no suelen nada más que aplaudir, a veces eso nos hace ponernos más nerviosas, no es el calor de una peña o un festival".

Ambas creen que el hecho de saber cantar para el baile les aporta más seguridad a la hora de enfrentarse al público, aunque como dice Tamara, "la responsabilidad es mucho mayor, siempre hay nerviosismo pero en un grupo de baile la que manda es la bailaora, y en este caso estamos solas ante el peligro".

Se muestran agradecidas por participar en esta edición, ya que "nos da vida, es una señal de que vamos avanzando en nuestra carrera y de que algo estamos haciendo bien", explica Eva, "este Festival está dedicado al baile, está claro, pero si es verdad que con estas oportunidades nos ven gente de todo el mundo, además la repercusión en los medios de comunicación es tremenda".

En este aspecto, a Tamara parece importarle "las críticas siempre y cuando sean constructivas, en el Festival hay periodistas que saben de lo que hablan y eso luego repercute, por eso en este caso hay que darlo todo y más".

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