En medio de un panorama artístico en el que todo se mira con lupa y donde los espectáculos poseen un alto grado de complejidad, encontrarse con una propuesta tan original y llamativa resulta reconfortante. Aquí no todo gira entorno al cante, ni siquiera entorno al baile, al contrario, todo es pura ironía, sarcasmo y sobre todo ingenio, pues si ya de por sí la idea es bastante curiosa, todo lo que rodea a la misma lo es aún más.

Para situarnos, hablamos de las primeras décadas del siglo pasado en el que la necesidad imperaba sobremanera. Así encontramos a Gloria, la frustrada madre de una joven bailaora cuyo principal deseo es que su hija triunfe en el difícil mundo del artisteo. Es el vivo ejemplo de la realidad de antaño y su puesta en escena está plenamente conseguida. Y es que recordaba José de la Vega en el ciclo Vivencias hace sólo unos días a una de bailaora joven que pidió a Pulpón para que hiciera pareja con él, ya que por aquel entonces era primordial para un bailaor tener una pareja artística. Hablaba de su madre, de lo que vio nada más bajarse del tren en Barcelona, esa madre protectora y charlatana que tras comprobar su rostro le indicó: "Parece que no le ha hecho a usted mucha gracia que yo haya venido con mi hija".

Ese relato tan veraz es equiparable a La Gloria de mi madre, la obra presentada por la Choni Compañía Flamenca en el Festival y que ha resultado todo un éxito.

Todo está bien estudiado, desde el vestuario de los protagonistas hasta los diálogos de cada uno de ellos, pues si algo tiene este espectáculo es su alto contenido teatral. De cualquier forma, eso no resta protagonismo al baile, al cante ni al toque, personalizados en las figuras de Estrellita Jiménez (Asunción Pérez ‘Choni’), Doña Amalia (Alicia Acuña), y Don Cosme (Raúl Cantizano).

Detrás de todo ese escenario teatral encontramos a una bailaora con mucho ímpetu, Asunción Pérez, que interpreta con hechuras guajiras, seguiriyas o una particular caña con mantón en la que interactúa con su madre. Igual ocurre con el toque, pues Raúl Cantizano ha dado consistencia musical al montaje con piezas de bastante calidad como la guajira.

En lo que respecta al cante, Alicia Acuña, quizás lo más flojito a nivel musical, sobresale más por su capacidad para interpretar que por otra cosa, algo nada fácil, toda vez que tanto las letras de sus cantes (alusivas a la obra) como sus intervenciones teatrales poseen gran naturalidad.

No debemos olvidarnos del alma mater de la obra, el actor Juanjo Macías, polifacético a más no poder pues lo mismo encarna con gran realismo a la madre de la criatura, que se atreve a cantar unos tanguillos o a bailar con bata de cola. Encontramos pues a un personaje vital en La Gloria de mi madre, ya no sólo por todo lo anteriormente comentado, sino también por su manera de concebir la misma. Interpreta, y además sabe leer bien la situación, un hecho que engrandece con su espontaneidad.

Durante hora y media hay tiempo para todo, para reírse con las ocurrencias de esa madraza insistente, para disfrutar del flamenco con el elenco artístico, hay tiempo para la sorpresa, como ese duelo a castañuelas, como si del salvaje oeste se tratase, entre Estrellia Jiménez y Doña Amalia, y tiempo para aburrirse porque cierto es que algunas escenas sobran. Aún así, globalmente valorado es un trabajo a tener en cuenta.

Variedades  La gloria de mi madre           

Ficha técnica. Baile: Asunción Pérez ’Choni’. Actor: Juanjo Macías. Cante: Alicia Acuña. Guitarra: Raúl Cantizano. Dirección Escénica: Estrella Távora. Lugar: Sala Paul. Día: 10 de marzo. Hora: 19,00 horas. Aforo: Lleno.