Aumenta la demanda de pacientes que pretenden dejar de fumar
La llegada del nuevo año y la nueva ley antitabaco llenan las terapias de los centros de salud · Más de 22.000 sanitarios han sido formados en Andalucía en este aspecto
Si siempre hay un buen motivo para dejar de fumar, ahora, con la entrada en vigor de la ley antitabaco, parece que todavía hay más razones para ello. Así parece que lo han entendido muchos ciudadanos, que no han visto mejor momento que éste para dejar este hábito tan nocivo y, por qué no decirlo, también tan caro.
Los hay más constantes y con más fuerza de voluntad, los que no necesitan de ayuda y deciden dejar el cigarillo de un día para otro. Sin embargo, hay otros muchos que recurren a la ayuda de la sanidad pública para intentar abandonar su vicio, y ahora, con el nuevo año y la ley antitabaco, ha habido un aumento de la demanda de tratamientos.
Josefa Rojas es la responsable del plan integral de tabaquismo del distrito Sanitario Jerez-Costa Noroeste. La doctora señala que tanto en los 14 centros de salud que conforman el distrito como en la unidad de tabaquismo se ha notado una mayor demanda en este comienzo de año. "Cada vez que citábamos a nuestros pacientes siempre faltaba gente, pero ahora notamos que no nos falta nadie", indica.
Este plan integral comenzó en 2006, cuando entró en vigencia la anterior ley antitabaco. Desde ese año, cuando se contrataron a 36 técnicos en tabaquismo, hasta ahora, son más de 22.000 los sanitarios en Andalucía que han sido formados en este aspecto. Josefa Rojas destaca que esta formación es pionera en España y en Europa.
Para poder entrar en las terapias, aquella persona interesada en dejar de fumar tiene que acudir a su centro de salud, a su médico de cabecera. Allí se le hace una intervención básica y luego se le deriva al profesional que se encarga de las terapias avanzadas.
Una vez allí, lo que se hace es una valoración del fumador, de su dependencia al tabaco y la motivación que tiene por dejar de fumar. A partir de entonces, se valora si el paciente necesitará un tratamiento psicoterapéutico o farmacológico y si se hará de manera individual o grupal.
Josefa Rojas destaca que "en la primera sesión, cuando se le hace un test de dependencia, ya vemos si el paciente quiere verdaderamente dejar de fumar". El tratamiento en esta primera fase de deshabituación la componen de cuatro a cinco sesiones. "En el primer mes y medio conseguimos que lo abandone", afirma Rojas.
Así y todo, lo difícil no es tanto dejarlo como mantenerse sin fumar. "Las recaídas son muy frecuentes, sobre todo en los seis primeros meses", señala la doctora. Por ello, tras la primera fase inicial comienza una fase de seguimiento que dura un año.
La valoración que se hace del fumador es de tipo personal. "Sabemos que cada uno tiene una serie de estímulos que le refuerzan las ganas de fumar", indica Josefa. Por ello, al paciente se le aplican las técnicas que más le convienen, ya sea cognitiva, conductual o farmacológica.
El tratamiento con fármacos es muy común. En las farmacias se pueden encontrar de tipo nicotínicos (parches, chicles, pastillas) y sin nicotina, como la Vareniclina (el conocido Champix) o el Bupropion.
En cuanto a los cigarrillos electrónicos que ahora se han puesto tan de moda gracias sobre todo a la televisión, Rojas se pronuncia con precaución. "Nosotros siempre nos basamos en la evidencia científica. Para dejar de fumar, lo mejor es hacerlo con ayuda de profesionales. El cigarrillo electrónico actúa en el componente psicológico, pero habrá que hacer más estudios para ver sus composición y eficacia".
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