Buena Semana Santa para casi todos en la que hay poco que corregir

Llega el tiempo de los análisis y de las reflexiones sobre una Semana Santa que ya quedó atrás pero que merece echarle un vistazo para sacar conclusiones. Algunos hermanos mayores consultados por este medio coinciden en afirmar que el buen tiempo ha sido el factor determinante para que las hermandades se hayan prestado a un mayor lucimiento, al no tener la incertidumbre de tener que mirar los pronósticos del tiempo. De forma general, las salidas procesionales han merecido los mejores elogios, destacando sobremanera los cortejos de nazarenos que no solo han crecido sino que también han hecho gala de compostura y orden en las calles.

Capítulo aparte merecen las cuestiones horarias con retrasos que han sido bastante frecuentes todos los días, aunque de forma más explícita en alguna hermandad. Los dirigentes cofrades no consideran que recogerse más tarde de la hora fijada, cuando la hermandad ha ido perfectamente todo el recorrido y las demoras se han producido en el tramo final con la hermandad terminando su salida dignamente, sea una cuestión de gravedad. Esta excusa encaja con lo expresado por el presidente de la Unión de Hermandades, Pedro Pérez, que en el primer balance que ofreció a Diario de Jerez dijo que la mayoría de los retrasos se registraron en las mismas recogidas por las ganas e ímpetu de las hermandades. No obstante, hay temas a analizar como determinadas calles que forman parte del recorrido de varias cofradías en un mismo día, calle plenas de belleza pero que por su configuración provocan no pocos problemas de paso y de aglomeraciones de público. El ejemplo más palmario es el del Jueves Santo jornada en la que sus cinco cofradías tienen un itinerario de regreso casi idéntico por Carpintería Baja, Carmen y Tornería con el agravante de que La Lanzada tiene su recogida en el Carmen.

Sobre la Carrera Oficial, los hermanos mayores consideran que la actual demuestra que responde a las necesidades de la Semana Santa jerezana, pero sin dejar de reconocer que es demasiado extensa y que variarla, redimensionarla a menos extensión, sería un problema para que albergue con solvencia a las 36 hermandades que la usan de Domingo de Ramos a Viernes Santo, a expensas de que en 2016 o más allá del año próximo alguna de las que se encuentran en el Sábado de Pasión pudiera integrarse en la Semana Santa. El factor fundamental es que la Catedral está donde está y su entorno en complicado reconvertirlo en el Salón de la Semana Santa. Incluso se muestran escépticos sobre la opción, que alguna vez se puso sobre la mesa, de cambiar su trazado para señalar su inicio en la Porvera a la altura de Gaitán y concluir la zona de palcos en la Asunción.

Con más luces que sombras, la Semana Santa de 2015 merece los más positivos calificativos. Una Semana Santa que evidentemente no ha sido perfecta sobre la que, ciertamente, hay poco que corregir en lo cofrade.