Jerez íntimo
Marco Antonio Velo
Jerez, Nochebuena de 1950
Desde el pasado 1 de enero la 'Ley sobre el servicio de aceites en hostelería' ha entrado en vigor en nuestro país. ¿Qué significa esto? Pues que desde esa fecha (aunque las autoridades han flexibilizado el plazo hasta el 1 de marzo) desaparecerán de los bares las aceiteras rellenables. De esta forma, si usted hasta ahora desayunaba o almorzaba con aceite de oliva en la clásica aceitera de toda la vida, a partir de ahora lo podrá hacer sólo con recipientes autorizados, que van desde la monodosis a las aceiteras no rellenables, ni siquiera el convoy de los restaurantes está permitido. Y es que hasta la rebanada de pan de campo va a comenzar a sufrir los recortes...
La nueva ley, aprobada en noviembre y que modifica el Real Decreto 895/2013 y el 1431/2003, recoge que "en los establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y en los servicios de catering, los aceites se pondrán a disposición del consumidor final en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización".
"Los envases que por su capacidad se puedan poner a disposición de los consumidores finales más de una vez, dispondrán además de un sistema de protección que impida su reutilización una vez agotado su contenido original".
Esta decisión ha puesto en pie de guerra a los hosteleros de la ciudad que ven cómo la nueva legislación les obligará a afrontar unos costes con los que hasta ahora no contaban.
Paco Braza, uno de los responsables del sector hostelero de Asunico, reconocía ayer que "como siempre pagamos los hosteleros, y más ahora tal y como está la cosa. Este tipo de decisiones no conducen a nada, porque no entiendo qué tiene de malo que el aceite se eche en la aceitera, como toda la vida. Al final tendremos que subir los precios y eso, como está todo, es sinónimo de perder clientes".
De la misma opinión es Ricardo Llamas, propietario del Bar Estadio. Lo peor de todo es que ahora "con una monodosis no es suficiente, y aparte de que vale más cara que el aceite de garrafa que habitualmente compramos, se tirará más porque a lo mejor con una se queda corta, pero con dos sobra. ¿Y qué hacemos con lo que sobra? ¿Y si el cliente pide más, qué hacemos se la cobramos?".
El resumen generalizado por parte de los hosteleros es el aumento de los costes. Un ejemplo, el envase no rellenable de 250 mililitros cuesta 2,40 euros (es decir, el litro cuesta 9 euros), y el litro de aceite de oliva virgen extra sale por unos 4,50 euros. "Las cuentas no salen", explica Paco Braza de Asunico.
De momento, y hasta que oficialmente entre en vigor la normativa el 1 de marzo, muchos establecimientos de la ciudad ya han optado por adecuarse a ella adquiriendo las cajas de las citadas monodosis cuyo precio supera con creces el de la habitual botella o garrafa de aceite.
La otra opción es la botella de 250, 500 y 750 cl con tapones especiales para evitar el rellenado. Porque esta última premisa, evitar el rellenado, es el trasfondo de la nueva ley cuyo principal objetivo, según defienden sus impulsores, es "ganar en higiene y trasparencia alimenticia".
Precisamente, esta circunstancia, el del negocio de las botellas y envases es según el gremio hostelero el principal beneficiado de dicha norma, toda vez que al año se estiman que a nivel nacional se consuman 116.000.000 millones de botellas, como afirman fuentes de Horeca.
Además, la decisión supone un duro golpe medioambiental, ya que el número de residuos se multiplicará de manera considerable.
Pero además, la flamante legislación responde también a una petición expresa por parte de diferentes países de la Unión Europea, entre los que se encontraban España, Grecia, Portugal e Italia, para potenciar el aceite de oliva. A través del Plan de Acción sobre el sector del aceite de oliva de la Unión Europea, el Ministerio de Agricultura pretende "avanzar en la garantía de la calidad y autenticidad de los aceites puestos a disposición del consumidor" y "mejorar la imagen del producto", en particular de las denominaciones de origen protegidas y las indicaciones geográficas protegidas y las marcas productoras.
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