Jerez

Denunciarán el accidente del cohete en Los Albarizones

  • La familia de la joven herida, que sigue en la UCI, no quiere que la desgracia se repita y exige que no se vendan petardos a menores

La familia de Rocío Vázquez, la joven de 24 años herida en la barriada rural de Los Albarizones, por el impacto de un cohete en la cara ha denunciado ya los hechos en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Jerez. Fue uno de los hermanos de la lesionada, que sigue ingresada en la UCI del hospital Puerta del Mar, el que ayer mismo se personó en las dependencias policiales para contar lo sucedido y que así comience una investigación sobre los hechos. El mismo hermano de la herida, Francisco Javier Vázquez, dijo que "no vamos a señalar a nadie con el dedo. En la plazoleta había unas cincuenta personas, desde niños de 7 años a mayores de 50, todos tirando petardos. A la barriada viene gente de otras zonas como de La Corta, de Las Pachecas o de Jerez a tirar petardos desde hace dos meses. Se le ha dicho a la Policía y nada. Lo mismo que le ha pasado a mi hermana, le podía haber pasado a cualquiera", comentó.

Rocío continúa en el hospital, aunque como confirmó su hermano, "poco a poco se le van reduciendo las dosis de sedación". Francisco Javier recuerda lo fortuito de todo el suceso, ocurrido poco después de las campanadas, cuando de buenas a primeras en la puerta de su casa, su hermana cayó al suelo y fue desplazada como consecuencia del fuerte impacto unos tres metros hasta quedar entre unos coches. "Mi coche fue lo que la frenó. Se escuchó una explosión fuerte, como una bomba, luego hubo mucho humo y mi hermana ya estaba en el suelo", apuntó. Los informes médicos que reflejan el estado de la joven y las posibles secuelas que le pueden quedar deberán ser aportados también a la investigación. Hay que tener en cuenta que los hechos en sí pueden ser tipificados como un delito de lesiones por imprudencia grave.

La familia de Rocío, que tiene un hijo de siete años, está buscando asesoramiento jurídico porque no quiere que esta desgracia se quede así. "Mi hermana es fuerte y tiene que echar para adelante, igual que nosotros ahora. No queremos señalar culpables, pero igual que el tabaco mata y no se puede vender a menores, los petardos tampoco. Se ha avisado muchas veces a la Policía y nada. Queremos que se tomen las medidas oportunas por parte de las autoridades, esto no se puede quedar aquí". La familia sospecha que ese tipo de material pirotécnico se vende en la localidad sevillana de Lebrija, aunque eso lo tienen que investigar las fuerzas de seguridad.

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