Egoísta sociedad
UNA de las peores plagas a las que nos enfrentamos en esta sociedad actual es el egoísmo. El ‘culto al yo’ —el egoísmo no es otra cosa a fin de cuentas— se arraiga más y más a cada día que pasa en el corazón de unas normas de vida que han primado el ejercicio de la soledad frente al disfrute colectivo. Parece como si algún desquiciado de avanzadas ideas hubiera decidido por todos nosotros que no hay nada mejor que ver una plazoleta vacía, que los niños no tienen por qué ir a jugar con el vecino si puede conectarlo por internet... Entonces, el disfrute se torna en una especie de relación reflexiva (yo, conmigo mismo), en vez de en un comportamiento recíproco (tu, conmigo, nosotros). El egoísmo hace olvidar al compañero, al amigo, al distinto... Puede llegar a hacerte olvidar sus sufrimientos porque tu simple disfrute, tu egoísmo a fin de cuentas, está por encima de su persona. Y tú, como bien sabes, ¡vales mucho!
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