Bodegas Argudo

Si un historiador, o cual- quier persona interesada, desea saber algo sobre las bodegas jerezanas Argudo poco podrá encontrar. Menos de tres líneas le dedica el libro La imagen del vino de Jerez, y ninguna el Diccionario del vino de Jerez, de Julián Pemartín.

Un hecho que demuestra lo poco que se sabe de la historia de las bodegas del Marco, como de las biografías de aquellos emprendedores que consiguieron hacer de la actividad vitivinícola la seña de identidad de la zona, haciendo de nuestros vinos uno de los más conocidos en todo el mundo.

De nuevo, y como hemos hecho en otras entregas de esta sección dedicada a bodegueros jerezanos, hemos logrado localizar los datos fundamentales de esta firma, además de poner rostro a su creador.

No quiero dejar pasar la ocasión para agradecer la ayuda prestada para la elaboración de este artículo a José Argudo López de Carrizosa y José María Pavón Maraver, miembros de la familia Argudo, uno, y de los Flores, otro.

De vinos, coñacs y maderas

Hoy nos toca hablar de Sebastián Argudo Guijarro, fundador de las bodegas, destilerías y almacenes de madera que llevaron su nombre. Nuestro hombre nació en Jerez en 1837, de padres y abuelos jerezanos, tal como se indica en los padrones custodiados en el Archivo Municipal.

Poco se sabe su infancia y juventud. Si sabemos que hacia 1868 casa con Josefa Flores Guillén, miembro de una destacada familia local. Nacida en 1842, fallecería en 1899, con 56 años.

La pareja tendría tres hijos, José, Joaquín y Rosario, que fueron al menos los que aparecen en el testamento depositado en la notaría de José Jiménez Barea cuando el padre muere el 27 de agosto de 1910.

Los dos varones asumirían la continuidad de la empresa, con la nueva denominación de Sebastián Argudo e Hijos, ya que hasta 1889 estaba asociado con su hermano Francisco.

Adquirió pronta reputación como cosechero y almacenista, además de destilar aguardientes y coñacs. Poseía una fábrica de maderas y carbón mineral.

La fecha de creación de la compañía se sitúa en 1870, y tres años más tarde se construye, por el arquitecto José Esteve, las instalaciones de la calle Circo en unos terrenos de su propiedad, junto a la Plaza de Toros. Edificio que aún se mantiene en parte, y en ese trozo de fachada, en unos medallones, pueden leerse las iniciales de S/A/Y/Hno/.

En la publicación España en fin de siglo, de 1896, editada por Juan Valero de Tornos, se recoge una breve mención a sus actividades industriales, reproduciendo la imagen del edificio en cuestión.

Las marcas más destacadas de la firma fueron: Tres cortados Sagunto, manzanillas la Sevillana y la Giralda, Matusalem 1820, fino excelente y coñac extra Argudo.

En el catálogo oficial de los expositores españoles que participaron en la Exposición Universal de París de 1900, se relaciona la presencia de esta empresa representada por su emblemático jerez brandy. En el mismo se indica que lo exporta a las Américas y que es consumido en toda España, con una producción anual de 1.000 hectolitros, empleando en sus alambiques a 50 obreros.

También participaría en la Exposición de Burdeos de 1895, donde fue reconocida su labor.

Durante varias generaciones los Argudos vivieron en el caserón sito en Calle Larga, 52, junto al edificio de Unicaja. La casa sería reformada en 1924, tal como lo conocemos en la actualidad, por el arquitecto Hernández Rubio. En los últimos fue propiedad de Aurelio Segovia.

Su concuñado, José Soto Núñez de Villavicencio, casado con Carmen Flores Guillén, que dirigía, entre otros negocios, un importante trabajadero de tonelería, colaboraría con Sebastián comprándole la materia prima para la fabricación de botas.

Un apellido jerezano

El continuador de la empresa sería José Argudo Flores (1871-1936?), casado con Josefa Rivero Pastor.

De sus siete hijos hay que mencionar a José Argudo Rivero, casado con Carmen García del Salto, y a Joaquín Argudo Rivero, casado a su vez con María Josefa Aranda.

De este segundo matrimonio nacería Jesús María Argudo Aranda (nacido en 1943), que casaría con María Teresa López de Carrizosa. Un hijo de esta unión, José Argudo López de Carrizosa, es el actual responsable del departamento de marketing de González Byass.

La nueva empresa continuaría proporcionando a muchas bodegas del Marco, como a Palomno&Vergara, los envases de madera para sus productos.

En dos crónicas publicadas por el diario ABC y la revista Blanco y Negro, en los años 20, se reseñan la importancia de esta empresa.

En la primera, de 20 enero 1920, el periodista Enrique Garro escribe que la compañía Sebastián Argudo e Hijos está dedicada a almacenaje de maderas procedentes del Báltico, maderas de color, hierros y flejes. Una actividad considerada de las más importantes de Andalucía.

En la de 1925, se dice que es una de las casas con más prestigio en el mercado mundial, dedicado a cosechar, almacenar y exportar vinos.