Fritur (2009)

CORRÍA el año 2009 de Nuestro Señor, cuando un tipo de Tarancón (cabeza de partido judicial de Cuenca, 15.000 habitantes) paseaba tranquilamente por Fritur, aprovechando un pase que le había dado un amigo. Al señor de Tarancón todo le parecía muy bonito, desde el exotismo de los mares del Sur a Nueva York, pasando por los encantos de Murcia, ‘qué bonita eres’. En un momento determinado, el taranconero se detuvo frente al stand de Jerez. Tras degustar un finito en un vaso de plástico y atacar con la otra mano una cocreta (así se llaman en Fritur), escuchó cómo una señora –supuso que sería la concejal de Turismo o incluso la alcaldesa– presentaba en el stand las bondades de una Feria que tendría lugar en Jerez en septiembre. “Nunca he ido a una feria andaluza, de este año no pasa”, se dijo. Oyó la fecha en que era y atacó otro finito. En septiembre vino a Jerez con la familia. No había feria. No va a volver al stand. Ni a Jerez.