La Fundación González Gordon y la Estación Biológica de Doñana, en apoyo del langostino de Sanlúcar
Investigación
Uno de los trabajos seleccionados para recibir una beca estudia de la nutria y su papel como predador del cangrejo azul, especie invasora que destruye los caladeros sanluqueños
CSIC y Fundación Jaime González Gordon becan a cuatro estudiantes con proyectos de investigación sobre Doñana
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A principios del pasado mes de julio, la Estación Biológica de Doñana (EBD/CSIC) y la Fundación Jaime González Gordon formalizaron un acuerdo de colaboración para becar a estudiantes de máster desarrollen su investigación sobre Doñana y su entorno. Se trata de cuatro becas con una dotación de 1.500 euros cada una.
Jaime González Gordon, presidente de la Fundación, y Eloy Revilla, director de la Estación Biológica de Doñana, firmaron el acuerdo junto a otros miembros y personal del Patronato, personal de la Estación Biológica y personal investigador involucrados en la dirección de alguno de los proyectos becados.
Las propuestas de proyectos de investigación se evaluaron en función del interés del objeto de estudio y su calidad científica, así como la relevancia para la conservación de Doñana.
Un proyecto se dedica a estudiar la población de chotacabras cuellirrojo de Doñana, una especie que se encuentra en declive; otro está enfocado en la conservación del abejaruco europeo, en concreto, en cómo la intensidad del tráfico afecta a las poblaciones de esta especie y en cómo debería regularse el uso de las carreteras en Doñana; otro estudia la influencia de los sonidos en el flujo migratorio de las aves en Doñana y su relación con la actividad humana y el cambio climático.
Y el primero de los proyectos seleccionados es una ayuda directa al langostino de Sanlúcar, lo que adquiere especial relevancia en este año en el que Sanlúcar es Capital Gastronómica de España con el langostino como estandarte y máximo representante de la gastronomía sanluqueña.
En concreto, el proyecto estudia la nutria paleártica del bajo Guadalquivir y tiene como objetivo buscar medidas para su conservación e investigar su papel como depredadora de la jaiba o cangrejo azul, una especie invasora originaria de América que está empezando a afectar gravemente a la pesca de la zona de Sanlúcar de Barrameda.
En efecto, la proliferación de esta nueva clase de crustáceo lleva tiempo provocando serias pérdidas económicas además de alterar el equilibrio natural de la zona que invade.
En un reportaje de finales del pasado año, Pedro Espinosa lo describía así: “Su aspecto es fiero y su apetito voraz. Come de todo, pero, quizá por aquello de la sangre azul, le pirran los langostinos de Sanlúcar. Tanto es así que la Cofradía de Pescadores de la localidad habla ya sin tapujos de una pérdida alarmante de capturas. “En un año normal pescamos entre 140.000 y 150.000 kilos de langostinos; en lo que llevamos de este año se han capturado sólo 52.000. Estamos en un tercio de lo que se pesca un año habitual”, reconocía José Carlos Molina, uno de los técnicos de la cofradía sanluqueña. “No sabemos si es exclusivamente culpa del cangrejo, pero todo apunta a ello, y así lo dicen los investigadores”, continuaba.
Tal y como ha sucedido con otras especies invasoras, el cangrejo azul (callinectes sapidus) llegó a las costas españolas como polizón en las aguas de lastre de los grandes mercantes. Actualmente se ha adaptado a miles de kilómetros de su hogar, en las aguas del estado de Lousiana, en la costa Este de los EEUU. Hablamos de un crustáceo de grandes dimensiones (puede alcanzar hasta un kilo de peso), duro como una roca y muy superior al cangrejo autóctono en el cuerpo a cuerpo. Para entendernos, echarlo a pelear con un cangrejo verde, una coñeta de toda la vida, sería como presenciar un combate entre un luchador de sumo japonés y un peso wélter. Quizá por ello, los pescadores sanluqueños reconocen que el cangrejo verde prácticamente ha desaparecido.
En España a este nuevo cangrejo con sus grandes pinzas azuladas se le vio por primera vez allá por 2012 en el Delta del Ebro y resultó un auténtico desastre para la biodiversidad. “Esto ya pasó en el Delta del Ebro hace tres años y allí ha acabado con todo, sólo hay cangrejo azul. Ya no hay anguila, ya no hay cangrejo verde ni otras especies autóctonas. Se lo come todo. Nuestra preocupación, y lo que venimos pidiendo a la Consejería de Agricultura y Pesca de la Junta de Andalucía, es que tiene que tomar medidas de contención, porque de erradicación ya no es posible, pero al menos que se pueda contener su expansión”, comentaba José Carlos Molina.
Capturas de langostinos de Sanlúcar mermadas
La Cofradía de Pescadores de Sanlúcar comenzó a dar la voz de alarma en el año 2018. Entonces ya se temieron que iba a ser un problema muy serio. Han pasado unos años y sus peores temores se han confirmado. “Estamos viendo como cada vez hay más cangrejo azul, cada vez más gente que los coge por todos sitios del estuario del Guadalquivir, y eso ha coincidido con un descenso importante en las capturas”, afirma Molina, que ofrecía unos datos espeluznantes. “Además, en el caso particular del langostino también estamos viendo que está escaseando. Hay un descenso muy importante, ahora bien, atando cabos tiene pinta de que el cangrejo es parte responsable en ese descenso. Cada vez hay más en todos los sitios y, además, ya lo están trayendo los barcos de arrastre, que pescan de seis millas hacia fuera, y si los están trayendo ellos esto quiere decir que el cangrejo azul ha llegado ya a esa zona”.
El problema que existe en el estuario es que el lugar en que se concentra esta especie invasora es zona A de la reserva de pesca del Guadalquivir y está prohibido cualquier tipo de pesca. “Esto ¿qué significa?, y no lo decimos nosotros sino investigadores del CSIC que están trabajando allí, pues que se está generando una reserva de cangrejo muy importante. Están creciendo muchísimo, en libertad, porque además no tienen depredadores, ya que salvo el pulpo ninguna otra especie los ataca. No se está pudiendo pescar, y lo que estamos viendo por las estadísticas, que dice que el cangrejo azul está ya por fuera de las seis millas, es muy preocupante”.
Aquí entra en acción el estudio becado por la Fundación Jaime González Gordon y el papel de la nutria paleártica del Guadalquivir como especie depredadora del cangrejo azul.
Estas becas de la Fundación Jaime González Gordon están abiertas a todos los campos, aunque este año todos los proyectos presentados han sido sobre fauna y flora. La Estación Biológica ofrece apoyo, así como las instalaciones de la ICTS-Reserva Biológica de Doñana para el desarrollo de las actividades y la promoción de estas convocatorias entre estudiantes de máster nacionales e internacionales.
Se espera que los trabajos de máster concluyan en los próximos meses. Al final de año se organizarán conferencias públicas para presentar los resultados al público general y promover la conservación de la biodiversidad de Doñana.
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