Jerez

El jerez sólo compite con el jerez

  • El equipo de cata de Guía Peñín completa su repaso a los vinos de Jerez, los más valorados desde hace años por la publicación

  • El director de Guía Peñín destaca el alto nivel de los jereces en global y anuncia puntuaciones más altas para la trigésima edición de la guía en 2020

Catas de la Guía Peñín en la sede del Consejo Regulador / VANESA LOBO

Fieles a su cita anual con el jerez, los catadores de la Guía Peñín han completado su repaso de los vinos de las Denominaciones de Origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla de Sanlúcar en el inicio de su recorrido por las distintas regiones vinícolas del país para la elaboración de la edición de la guía de 2020, la de su trigésima edición.

Para los miembros del equipo de cata de la prestigiosa publicación, encabezado por Carlos González, la visita a Jerez es siempre “un gustazo” por la “diversidad, calidad y complejidad de sus vinos, que no se dan de forma tan global en otras zonas productoras”.

Los vinos de jerez son desde hace años los más valorados por la Guía Peñín, que en su última edición le otorgó 92,08 puntos de media

Las primeras impresiones de González y compañía no pueden ser mejores, y eso que el jerez tiene el listón muy alto en la Guía Peñín, que copa desde hace años con la puntuación media más elevada, caso de la última edición, que saldó con un promedio de 92,08 puntos y 200 vinos por encima de los 90. “Este año hay puntuaciones todavía más altas”, avanza el director de la publicación.

El equipo de cata de Guía Peñín junto a los más de 250 vinos de Jerez valorados. El equipo de cata de Guía Peñín junto a los más de 250 vinos de Jerez valorados.

El equipo de cata de Guía Peñín junto a los más de 250 vinos de Jerez valorados. / Vanesa Lobo

“Es lo que tiene el jerez, cuando las bodegas se ponen a hacerlo bien es imbatible”, indica el responsable de Guía Peñín, quien recuerda de sus comienzos hace 13 años que “los finos y manzanillas eran planos, enfocados a las ferias... Era de las pocas zonas que hacía vinos peores para venderlos, hasta que dos o tres empezaron con la involución de los vinos en rama y todo cambió”.

En las dos jornadas dedicadas a Jerez, el equipo de cata de Guía Peñín ha tenido oportunidad de evaluar más de 250 vinos, la mayor muestra de referencias presentadas hasta la fecha por las bodegas del Marco. “Es un guiño a nuestro trabajo, pues aunque enfrentarse a los jereces es siempre una responsabilidad, te congratula la respuesta de las bodegas”, confiesa el catador-jefe, quien no escatima elogios para los vinos de la Denominación de Origen.

González tiene especial devoción por los amontillados, su ‘palo’ favorito del que destaca los matices de su paso por las dos crianzas, la biológica bajo velo de flor y la oxidativa, así como su franqueza creciente, ya que por año que pasa observa que los vinos “están cada vez menos tocados y más limpios”.

La capacidad de sorprender del jerez es otro de los puntos fuertes de la Denominación de Origen, un joyero plagado de piezas únicas y rarezas, entre las que Carlos González destaca este año el ‘oloroso excepcional’ de Rey Fernando de Castilla; los ‘finos de añada’ de González Byass, las botas olvidadas de Yuste o los olorosos de Roberto Amillo.

Hay más, muchos más, pero al equipo de cata de la Guía Peñín se le acumula el trabajo en una visita que les llena de energía para seguir su recorrido por el resto de zonas productoras españolas, en las que encontrarán otros tesoros, aunque no tantos como en Jerez.

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