La Hermandad de Jerez rezó el Angelus ante la Virgen
Poco antes del mediodía se produjo la llegada de la Señora, una visita que tuvo momentos singulares y que dejó detalles para el recuerdo de un año especial ante la presencia de centenares de peregrinos
Poco antes del mediodía la Virgen del Rocío visitó Jerez en un lunes de Pentecostés en el que centenares de jerezanos fueron testigos de cómo la Blanca Paloma se acercaba al Simpecado morado faltando siete minutos para las doce de la mañana, una hora habitual pero que este año adquiere un significado especial por coincidir con el hecho, que en cierto modo ha marcado lo que viene siendo esta romería, el fallecimiento de Pepe Antonio. No se sabe si fue casualidad o se hizo adrede.
Lo cierto es que la Virgen empezó a rondar las cercanías de Jerez a las 11,30 horas bajo un cielo encapotado, lo que se agradeció sobremanera por las miles de personas que se agolpaban en la calle Almonte desde primera hora de la mañana, esperando la llegada de la Reina de las Marismas. En honor a la verdad fue una visita un tanto extraña. Las andas se venían al suelo más de lo habitual y así se vio en los previos de la visita a Jerez.
Después de varios intentos y de no pocas dificultades por salvar la marea humana que se concentraba frente a la casa de Jerez, los almonteños consiguieron acercar las andas. Antes de rendir visita a Jerez se desviaron para llevar a la Virgen hacia dos jóvenes que junto a la sede jerezana y desde el porche de una casa, cantaron unas sevillanas. Terminadas estas, interpretadas magníficamente, las andas miraron a Jerez para siete minutos antes del mediodía ver muy de cerca el Simpecado, rezando el padre Alexis la preceptiva Salve, mientras caía una lluvia de pétalos de flores. La Virgen se fue alejando pero fue algo momentáneo.
Cuando se pensaba que era el adiós definitivo, la Virgen se detuvo otra vez y fue aprovechado para que la Salve saliera de nuevo en las gargantas de todos al son que marcaba el director espiritual, sin que las palmas por bulerías y el campanil de Jerez dejaran de poner la banda sonora a este momento. La Virgen fue otra vez arriba y al son de unas sevillanas, que sonaron desde el balcón de la casa jerezana, en la que estaba el obispo diocesano, se fue alejando camino de su encuentro con otros simpecados antes de que esta enfilara la calle Moguer para su recogida, lo que sucedió a las 13,15 minutos de la tarde.
Ciertamente la gente de Almonte aguantó sobremanera la visita a Jerez. Pese al cansancio acumulado y lo que restaba por delante, el cariño hacia esta tierra se puso de manifiesto con unas formas que delatan esa estrecha relación entre la hermandad jerezana y la Matriz. Fue el instante esperado de la romería y que protagonizó el lunes en el Rocío, el que señala el final de todo excepto para los que vuelven y traerán el Simpecado a Jerez este jueves. Entre una cosa y otra fueron unos ocho minutos con Jerez en los alrededores de la casa, un tiempo que se queda en la retina de los que fueron testigos de una visita extraña, distinta pero inolvidable por concurrir una serie de circunstancias que sitúan este 2010 entre los años que hay que conservar por la belleza e intensidad de lo vivido con la Virgen en la calle ya que fue una visita nada convencional; fue un regalo que se agradeció con rostros de alegría y emoción. Ver a la Señora posada frente a frente sin más obstáculos que la muralla humana de los cargadores de Almonte es algo que no tiene precio para el rociero que espera el instante de Jerez para llenarse de la Virgen para todo el año.
La entrada del Rocío en su basílica supone para la gran mayoría el adiós a lo que han sido días intensos en torno a una romería que en su balance global no le falta nadie en lo que es la celebración central en la aldea, aunque menos en el camino por aquello de que las cuentas andan un pelín ajustadas. Desde ese instante, la aldea se abre al tráfico para permitir el desalojo de las casas y la salida de los que despiden la romería de este año. La hermandad jerezana sale hoy martes con la organización de la partida a las nueve de la mañana para poner rumbo a Doñana, que volverá a recibir a la caravana durante tres días hasta que el jueves dejen el Coto para presentarse de nuevo en Jerez.
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