Héroes anónimos
SE LES puede ver en estos días por la calle Larga, la plaza de la Asunción, la Alameda Cristina y en general, por todos los puntos más característicos del centro urbano. Van con pantalón corto, sombrero, gafas de sol, mapa en mano y tienen la piel como un salmonete. Además, soportan como nadie los 35 grados a la sombra que hace en Jerez en verano. Son los turistas, héroes anónimos a los que el delegado de Turismo debería darles un premio por tener los bemoles de soportar el calor y dar vueltas como tontos en una ciudad que en agosto, a partir de las dos de la tarde, no tiene apenas atractivos. Ayer veía a un grupo sentado delante de Santo Domingo. Seguramente en sus guías de viaje pondría que esta iglesia es una de las joyas de la ciudad. Y sin embargo, ahí estaban, sin poder entrar, porque estaba cerrada a cal y canto a eso de las cinco de la tarde. Ayer cometerían el error. Hoy seguramente irán a la playa o a otro destino cercano en donde sientan que pueden disfrutar más sus vacaciones.
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