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Educación | Psicología

Inteligencia y adaptación

Inteligencia y adaptación

Inteligencia y adaptación / FILLE FRISÉE

No hace falta ser psicólogo para entender que si alguien te dice “no me quiere nadie” seguramente es porque no debe estar pasando por uno de los mejores momentos de su vida.

Por eso, si yo tuviera que elegir cinco pilares fundamentales para sustentar una buena salud mental, sin duda, uno de ellos sería el afecto de los demás.

De hecho, en fiestas como la que acabamos de pasar nos damos un enorme baño de afectos. Las navidades están llenas de momentos con besos y abrazos de los seres más cercanos, tanto familiares, como amigos, compañeros o vecinos que no pueden ser más terapéuticos para el bienestar emocional.

Desde el nacimiento el bebé que tiene contacto y recibe caricias de sus cuidadores tiene más probabilidades de conseguir un desarrollo óptimo, en todas sus áreas. En la infancia y adolescencia la relación con los demás forma una parte esencial en la adquisición de las habilidades personales y en la vida adulta las relaciones positivas con otras personas nos ayudan a mantener un estado de ánimo positivo y a atravesar esas arenas movedizas a las que inevitablemente nos hace enfrentarnos la vida con cierta frecuencia.

La falta de contacto social no sólo se ha relacionado con bajos niveles de bienestar emocional, sino que, además, entre sus efectos puede provocar alteraciones en la salud física (enfermedades cardiovasculares, trastornos de la alimentación, problemas de sueño) y alteraciones en la salud mental (depresión, suicidio y abuso de alcohol y drogas, entre otros). Algunas investigadoras como Heinrich y Gullon publicaron en la revista especializada Clinical Psychology Review ya en el año 2006 una interesante revisión sobre una inmensa cantidad de estudios que demostraban la relación existente entre el sentimiento de soledad y las alteraciones físicas y emocionales mencionadas.

En realidad esta conexión ha venido estudiándose durante años, el sentimiento de pertenencia a una comunidad es tan crucial como el asiento que nos ayuda a descansar o la cuchara que nos ayuda a comer. Podríamos vivir sin estas ayudas, pero con mayores dificultades en cada uno de nuestros días. Por eso, creo que, desde una perspectiva educativa, ahora que se acaba la navidad, es importante reflexionar sobre la importancia del contacto con la familia y del contacto con las amistades. Empezar el año considerando los beneficios de tener una actitud activa en este sentido, es decir, de facilitar afecto y contacto a los demás para así, al mismo tiempo, recibirlo de ellos.

Entre todos los propósitos que uno puede elegir cuando un nuevo año comienza, este es uno de los que seguro que, con el entusiasmo necesario, cualquiera puede alcanzar y de esta forma mejorar cada día un poco más las relaciones personales con los demás.

Para las personas que ya tienen una edad avanzada o tienen problemas de movilidad, esto se vuelve un reto mayor. Por ello, es importante que busquen las ayudas necesarias a través de los servicios sociales de los ayuntamientos o de las distintas administraciones y asociaciones de su zona. Desde Psicología Diez, también nos hemos propuesto este año facilitar a los mayores en situación de soledad no deseada actividades que les faciliten el contacto social, para lo que solo tendrán que contactar en cualquiera de los teléfonos de Psicología Diez en Jerez.

Siguen quedando otros cuatro pilares que elegir para disfrutar de una buena salud mental o bienestar psicológico. ¿A alguien se le ocurre alguno?

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