Jerez es fiel al 13 en un año en el que se compra menos y a medias
Lotería de Navidad
Los loteros dicen que la poca presencia de turistas ha mermado la venta. Muchos jerezanos optan por el "pálpito" y otros, continúan con los "fijos"
¿Caerá el Gordo en Jerez? Esta es la pregunta que desde hace meses, ahora con más dudas y nervios, se hacen los miles de jerezanos que se han acercado a las administraciones a comprar un décimo del sorteo extraordinario de Navidad. Para ir calentando motores, Loterías y Apuestas del Estado ha anunciado que se ha consignado para Jerez 5.287.760 euros, una cifra superior a la venta de la pasada edición cuando se vendieron 4.209.940 euros. Y así, con la cabeza puesta ya en el Teatro Real desde donde cantarán los premios, los jerezanos pasan por las puertas de las administraciones viendo los 'billetes de la ilusión' colgando de los escaparates como cortinas que pueden llevarte a un mundo mejor, o al menos, con menos deudas.
En una ciudad con récord de desempleados y colectivos en continuos impagos, es normal que los loteros alerten de la importante bajada de venta, a pesar de que en los últimos días el escenario "se levanta un poco". Algunos profesionales incluso cifran el descenso en un 30% con respecto a la pasada edición. "La cosa está flojilla", "va mal, pero hay que ser optimistas", "se nota que no hay pagas extras"..., son algunos de los comentarios más habituales en el colectivo. Porque donde se compraba cinco, ahora se llevan dos, y donde uno compraba solo, ahora lo hace acompañado, "así se reparten gastos". Todo sea por seguir llevando a casa un décimo y tener en el estómago, mañana sábado, el gusanillo de que la vida puede ir a mejor.
Como ya es tradicional, Jerez es la ciudad del 13. Los trece mil y la terminación con el citado número son los décimos más reclamados en las administraciones. Le siguen los 69, el 5, 7 y 9. "Algunas personas vienen con un número en su cabeza y otros lo dejan un poco al azar. El pálpito que le de en el momento es lo que vale para llevarse uno y no otro", reconoce la lotera de la administración número 15, en Bizcocheros. Pero los hay aún más valientes. "Muchos llegan y sin levantar la vista me piden que le den un décimo. Se lo pongo bocabajo y no ven lo que llevan hasta el mismo día del sorteo", apunta la lotera Lucía Reinado, de la administración de alameda Cristina.
Un buen ejemplo es Andrés, un jerezano que se acercó ayer a esta administración y sus primeras palabras al entrar fueron: "Deme el que toque". Así, sin medias tintas (y con mucha confianza). "Pues mira, este año llevo más que el año pasado porque como hay menos dinero en casa, se juega más por si toca y nos soluciona el tema. Además, ahora también juegan mis hijos, y claro, son más números", dijo Andrés, quien a dos días de que los niños de San Ildefonso canten el Gordo, lleva ya unos 100 euros en lotería.
En lo que también coinciden los loteros, sobre todo los del centro o de administraciones cercanas a enclaves turísticos, es que este verano se ha echado en falta más excursiones. "Cuando se bajaban del autobús venían enfilados aquí y este año poquito, poquito. Pero lo entiendo, si la gente no cobra y no hay dinero para comer, no te vas a gastar lo poco que tienes en lotería o en viajes", declara la lotera Magdalena Cabezas. En la administración que regente esta jerezana (en la calle Larga) ha ocurrido este año algo muy curioso: "Parece ser que hay una brujilla en Sevilla que ha dicho que tocará un número del que nosotros estamos abonados y ni te imaginas la de personas que han preguntado por él. Pero claro, teníamos muy pocos".
Con mucha gracia comenta también Aurora (mientras comprueba si le ha tocado otros premios) que es su marido el encargado cada año de intentar que la suerte llegue a su hogar. "Siempre tiene un número fijo y creo que me ha dicho que llevamos unos siete u ocho décimos en total. Yo le dejo todo a él, porque si toca ¡estamos en bienes gananciales!", comenta la señora entre risas. Con menos presión están los que se acercan, ven y bueno, se lo llevan; los que aprovechan el viaje de turno para comprar en otras ciudades; y los que depositan en estos pequeños boletos toda esperanza de darle carpetazo a la crisis.
No hay comentarios