Larga goza de buena salud
Comercio
Las empresas de salud proliferan en el centro frente al declive de las tiendas de moda
La alta rotación de negocios en Larga contrasta con el exceso de locales vacíos en otras calles peatonales
Salta a la vista. Las empresas del sector de la salud y la belleza ganan sitio a pasos agigantados al comercio tradicional y a las tiendas de ropa en la calle Larga, la principal arteria comercial del centro de Jerez en la que no cesa el baile de negocios. Larga ha dejado de estar de moda, pero goza de buena salud.
El sector textil, dominado desde hace tiempo por las grandes cadenas, huye del centro para buscar refugio en las superficies comerciales de la periferia, donde se concentra gran parte de la oferta de ropa y calzado, con presencia tanto de marcas que nunca pisaron el centro como de otras que acabaron por ahogarse en el casco histórico.
El cierre de la tienda de Mango a finales de septiembre es el último ejemplo de la transformación comercial de Larga, en la que la multinacional del diseño, fabricación y comercialización de prendas de vestir, calzado y complementos aterrizó allá por el año 2000 tras la compra del Palacio Marqués de Villamarta, edificio renacentista del siglo XVI considerado Patrimonio Artístico Nacional. Mango, que realizó una fuerte inversión entre la compra y la reforma del inmuebles, concentra su actividad en Área Sur y Luz Shopping, donde cuenta con una tienda y un outlet.
Mientras esta firma de moda decide qué hacer con el palacio, metros más arriba en el número 24 de la Larga hace escasos días que abrió sus puertas General Óptica en el inmueble que dejó vacío un año atrás Massimo Dutti, firma del gigante español de la moda Inditex que también se despedía del centro tras largos años para reorganizar su negocio en Área Sur.
Frente al declive del comercio textil , las empresas dedicadas a la vista y la audición, junto a las clínicas dentales, están en pleno auge en el centro, aunque el nuevo inquilino de la ex tienda de Massimo Dutti no es nuevo en esta plaza, donde hasta ahora atendía a su clientela a escasos metros de su nueva ubicación, previo paso por la calle Algarve. En el escaparate del local que deja vacío en Larga ya hay colgado un cartel que anuncia la próxima llegada de un nuevo inquilino, sin dar más detalles.
De punta a punta de la calle Larga se cuentan casi una decena de negocios de la salud, entre ellos las dos clínicas dentales instaladas en el edificio de la antigua zapatería La P.U. (esquina con Algarve) y en el chaflán de los bajos comerciales frente al Gallo Azul que en su día ocupó la tienda de confección Pampa. Y la cifra aumenta si se incluyen los negocios del ramo sanitario y de belleza repartidos tanto por Larga como por calles aledañas.
Parece que la salud es más rentable que la ropa, pues el comentario extendido en el vecindario, y refrendado por la ex encargada de otra multinacional de la moda que también cerró sus puertas hace años en el considerado como el pulmón comercial de Jerez, es que la mayoría de los locales disponibles en esta zona están en manos de pocos propietarios, familias acomodadas que pueden permitirse tenerlos cerrados hasta que llegue alguien dispuesto a pagar alquileres en algunos casos desorbitados.
Aunque con división de opiniones, las asociaciones de comerciantes consideran que las grandes cadenas de la moda sirven de gancho para atraer clientela al centro, afluencia que beneficia al comercio tradicional, del que apenas quedan supervivientes. El presidente de Asunico, Manuel García, corrobora esta afirmación, al tiempo que subraya que pese a la rotación, "hay comercios que apenas duran tres meses desde que abren sus puertas en el centro".
García relaciona la concentración de las tiendas de ropa en las superficies comerciales de las afueras, más accesibles para los consumidores tanto jerezanos como llegados de ciudades vecinas, sobre todo, por la facilidad para aparcar.
Entre el comercio tradicional que resiste en el centro figura Bolsos Patri, que ha dejado su histórico emplazamiento en Évora para abrir una nueva tienda en la esquina de Lancería con Arenal -antigua sucursal de Banca March-, aliñada con otra tienda de reducido tamaño dedicada a la venta de complementos y bolsos bajo la marca Miscelánea en la calle Larga, junto a la ya extinta tienda de Mango.
Entre Larga y Lancería hay más de 80 negocios en funcionamiento, entre los que además de los relacionados con la salud/belleza y la moda y complementos -de la que aún quedan poco más de una decena de pequeños comercios y ocho tiendas de grandes cadenas-, destacan la banca, con doce sucursales, y la hostelería, con once establecimientos. La relación se completa con cuatro locales de telefonía, tres joyerías, dos tiendas de compra de oro, dos de fotografía, una de música, una de tecnología, una de souvenirs, un bazar, dos estancos, una tintorería y una tienda de música.
Entre las grandes cadena de moda, Massimo Dutti no fue la primera marca de la multinacional que comanda Amancio Ortega en abandonar el centro, del que ya salieron en su día otras firmas señeras del grupo textil como Bershka y Oysho.
Pero Inditex aún mantiene una fuerte presencia en el centro, abanderada por su buque insignia Zara, que resiste en su atalaya del antiguo edificio del Casino Jerezano, al que se trasladó desde su anterior ubicación en la vecina Santa María. El local que dejó libre Zara lo ocupó Lefties, del mismo grupo como Pull & Bear y Stradivarius, las otras supervivientes en calle Larga, aunque en emplazamientos distintos a los que tuvieron inicialmente.
En realidad, Zara dividió su negocio entre el edificio del Casino, destinado en exclusiva a la ropa de mujer, y el edificio situado casi enfrente, en la esquina de Larga con la Alameda del Banco, que habilitó con las secciones de hombre y niño. Este local, de grandes dimensiones y que luego alquiló Bankia como centro de empresas temporal durante su reestructuración, permanece vacío desde que la entidad bancaria lo dejó.
Cortefiel también aguanta en Larga, no así su filial Springsfield, cuyo local fue ocupado por una juguetería en la calle Algarve, cuyo tramo central es un páramo, una sucesión de locales vacíos, algunos de ellos sin visos de cambiar de situación tras largos años cerrados. Es el caso de Suinve, que también echó el cierre a la tienda de Francos para concentrar su negocio en el Parque Empresarial.
La hostelería se está encargando de animar algo esta calle peatonal, donde hay dos tabancos abiertos y ya han comenzado las obras para la apertura de otro negocio de restauración, curiosamente, en el local que ocupó inicialmente la óptica recién inaugurada en la tienda de Massimo Dutti. Justo enfrente del bar en obras, hay otro negocio hostelero que apenas duró unos meses abiertos, hasta llegó la preceptiva advertencia de Urbanismo por las denuncias de los vecinos ante su falta de licencia.
En Larga también hay negocios hosteleros nuevos y otros que han cambiado de manos. El caso más llamativo es el del Gallo Azul, por el que han pasado distintos empresarios de la hostelería, unos con más suerte que otros. El propietario de La Canilla también ha ampliado su red de bares con la incorporación de otros dos establecimientos frente al Gallo Azul y Lancería. Y en el otro extremo de Larga, en el tramo abierto a la circulación, junto a la histórica Moderna ya lleva un tiempo funcionando una cafetería, no así el bar anexo en el que se dividió el local reformado para una pizzeria que cerró poco después sin pena ni gloria. El último negocio en incorporarse a la hostelería, en la misma zona, es un local de comida asiática para llevar.
De la arteria principal del comercio en el centro también han desaparecido sucursales bancarias fruto de la fuerte reestructuración del sector a raíz de la crisis financiera y económica. La sucursal del Santander en Larga, esquina con Santo Domingo, ha sido la última en cerrar sus puertas, claro que no tenía demasiado sentido que el banco de los Botín tuviera cuatro oficinas entre el Arenal y Cristina tras la compra del Popular.
Al local que ocupaba el Santander le han salido varias novias, también del sector bancario, asegura el propietario del inmueble, que el anterior inquilino dejó pagado hasta finales de este mes para retirar el mobiliario y demás parafernalia.
Si la calle Algarve es un páramo, otras calles peatonales próximas también lo son. El caso más claro es Évora, que tras la mudanza de Bolsos Patri se queda desangelada. Mejor suerte han corrido otras vías semipeatonales del centro, en particular la calle Consistorio, donde no ha pasado demasiado tiempo desde que el restaurante asiático Kiri cerrara sus puertas para saludar al nuevo inquilino, también del gremio de la restauración, llegado desde la vecina San Fernando.
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