Miguel Arias, para muchos Cañete

Homenaje al ex ministro y ex comisario europeo del PP

El comisario europeo recién retirado recibe un multitudinario homenaje, rodeado de amigos, en su regreso a Jerez para “compensar a la familia de los sacrificios de la dura vida política”

Miguel Arias y su esposa Micaela Domecq, recibe una placa conmemorativa de manos de Manuel Vázquez, acompañado de su esposa Lorique Recio.
Miguel Arias y su esposa Micaela Domecq, recibe una placa conmemorativa de manos de Manuel Vázquez, acompañado de su esposa Lorique Recio. / Vanesa Lobo
Á. Espejo

06 de marzo 2020 - 21:43

El pasado 1 de noviembre dejó la política para volver a su querido Jerez y disfrutar, al fin, de la familia, la sacrificada familia que hace más llevadera la dura vida de un político de raza como Miguel Arias, para muchos Cañete, sobre todo fuera de las fronteras de Jerez. Concejal, parlamentario andaluz, diputado, senador, ministro, comisario... y abogado del Estado de profesión, Miguel Arias o Cañete, fue hoy más que nada Miguel a secas, el padre y amigo al que más de 400 personas llegadas desde muchos rincones del país y de Europa tributaron un homenaje multitudinario en González Byass.

Sorprendido por la concurrencia de tantas personas queridas, Miguel quiso dar las gracias uno a uno a dirigentes históricos y en activo del PP, ex ministros, responsables de la Junta, alcaldes, abogados del Estado, bodegueros, agricultores, ganaderos, representantes del sector pesquero, empresarios de otras áreas y periodistas. Ante todo era un encuentro de amigos, a los que recibió a la entrada de la bodega La Concha con una amplia sonrisa, que sólo se le borró durante el turno de intervenciones, en el que se le escapó alguna lágrima de emoción.

El homenajeado cerró el emotivo acto con palabras de agradecimiento al comité organizador, con especial mención al esfuerzo realizado por el ex presidente de Asaja-Cádiz, Manuel Vázquez, y su esposa, Lorique Recio; y a todos los llegados desde muchos rincones de España. “No he llorado tanto desde que vi ‘Marcelino, pan y vino’, pero mi hijo –Miguel, presente en el acto junto a sus hermanos Juan Pedro y Micaela– me ha emocionado con sus palabras, porque la vida política es muy dura para mí y para mi familia”, a la que Arias hizo extensivo el homenaje, dando expresamente las gracias a su esposa Micaela Domecq, ‘Mique’.

También tuvo palabras de agradecimiento para los ex dirigentes populares Antonio Hernández Mancha y Gabino Puche; las ex ministras Elvira Rodríguez e Isabel García Tejerina; los alcaldes de Algeciras, José Ignacio Landaluce; Arcos, Isidoro Gambín; y La Barca, Alejandro López; las ex alcaldesa de Cádiz y Jerez, Teófila Martínez y María José García-Pelayo, entre otros muchos de los asistentes.

Miguel Arias hizo gala de sus dotes para la oratoria en la improvisación de su discurso, en el que se autodefinió como “un coñazo de tío y un apasionado de la política”. “Creo en la política y hay que reivindicaría, porque si es de mediocres, es una catástrofe”, dijo en su alegato de la que ha sido su principal ocupación desde mediados de los años setenta, y a la que se refirió como “una clase mal pagada, denostada y que exige un gran sacrificio familiar”.

Su discurso discurrió entre anécdotas desternillantes de su larga trayectoria política y alabanzas a su familia y compañeros de su carrera política, para concluir con un elogio a España: “Después de viajar por todo el mundo puedo decir que tenemos un pedazo de país que merece la pena defender; España resurgirá de sus cenizas”.

Miguel Arias junto a los miembros del comité organizador, formado por Miguel Arias con los miembros del comité organizador, formado por Ana Domecq, Manuel Vázquez, Rafael Domecq, Fernando Domecq, Álvaro Molina, Aurelio Romero, José Pravia, Rafael Aldama, Antonio Sainz de Vicuña, Luis Juan Sánchez y Bernardo Villar, quien excusó su ausencia en el acto.
Miguel Arias junto a los miembros del comité organizador, formado por Miguel Arias con los miembros del comité organizador, formado por Ana Domecq, Manuel Vázquez, Rafael Domecq, Fernando Domecq, Álvaro Molina, Aurelio Romero, José Pravia, Rafael Aldama, Antonio Sainz de Vicuña, Luis Juan Sánchez y Bernardo Villar, quien excusó su ausencia en el acto. / Vanesa Lobo

Durante el aperitivo, y bajo la batuta de Michi Primo de Rivera, maestro de ceremonias del acto, el comité organizador –formado por Ana Domecq Morenés, Rafael Domecq Solís, Fernando Domecq López de Carrizosa, Álvaro Molina Fernández de Miranda, Aurelio Romero Girón, José Pravia Rivelles, Rafael Aldama Caso, Antonio Sainz de Vicuña, Luis Juan Sánchez Navajas y Bernardo Villar– dispuso la proyección de un vídeo con imágenes de la vida del homenajeado, desde su tierna infancia hasta sus últimos días en activo en Bruselas, rematado por simpáticas anécdotas como su invitación a consumir los yogures caducados o su singular explicación del cambio de clasificación del cerdo ibérico con las bridas de colores entre muecas de la ex presidenta Soraya Saenz de Santamaría, que le acompañó en la comparecencia.

Seguidamente se proyecto otro vídeo con los mensajes de personalidades ausentes, entre ellas el ex presidente Mariano Rajoy, y altos responsables de la Unión Europea y eurodiputados, como Phil Hogan, Antonio Tajani, Dolors Montserrat y Juan Ignacio Zoido, que coincidieron en subrayar la talla política y capacidad negociadora de Arias, así como su calidad humana, además de agradecer su legado y reconocer su contribución a la construcción de la Unión Europea.

Tras el almuerzo llegó el turno de los discursos y Michi Primo de Rivera llamó al atril a Miguel Arias junior, que arrancó las primeras lágrimas de su padre al repasar las “horas de calidad” que les dedicó en su infancia y al que, delante de 400 testigos, espetó: “Cuídate, porque queremos disfrutar de ti muchos años”.

Entre bromas sobre la brillante carrera automovilística truncada por la política de su progenitor, que "se cree un gran piloto”, Miguel hijo le dedicó tiernas palabras a “nuestro héroe, el mejor padre del mundo, trabajador hasta la saciedad, brillante, generoso, y buena persona”, sin olvidarse de su madre Micaela, “la que le ha mantenido con los pies en la tierra” y que “como el velo de flor, ha conseguido que un buen vino sea excelente”.

La ex ministra y ex secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, presente en el acto “en calidad de amiga y admiradora” dio muestras de su afinidad y cariño hacia Miguel Arias, “para muchos de nosotros Cañete”, y hacia el que se deshizo en elogios al definirlo como “un político de raza y con un gran sentido del deber, una persona buena, inteligente, que conserva la curiosidad de un niño y que derrocha amor por su familia”, a lo que añadió: “Es un caballero español, un hombre de bien, un intelecto privilegiado y, sobre todo, un gran patriota”.

“No saber nada de Miguel es como saber mucho de otros”, prosiguió la ex dirigente y también abogada del Estado, quien destacó igualmente su última gran aportación política, el acuerdo de París ante el reto climático “para dejar un planeta mejor donde vivir a nuestros hijos”.

Rafael Aldama, compañero de profesión y de promoción, además de compadre, destacó de Miguel Arias su lealtad como amigo, pues “la verdadera amistad no es ser inseparables, sino estar separados y que nada cambie”, valores que también ensalzó el periodista y director de Agropopular, César Lumbreras, quien además de sacar a relucir el buen talante y sentido del humor del homenajeado a través de algunas vivencias que ha tenido el placer de compartir con él, destacó de su “amigo” el “respeto por la democracia y por la libertad de expresión, base del sistema que hoy se echa en falta”.

Por el atril pasó también Pedro Barato, el presidente nacional de Asaja, que en momentos especialmente difíciles para el campo por la crisis de los bajos precios, reivindicó la figura de Arias, porque “hay que dar la cara como tú lo hiciste, motivo por el que hoy aquí hay agricultores de muchas partes de España que han venido para agradecerte todo lo que hiciste por el campo”.

También subió al atril antes de la intervención del homenajeado la consejera andaluza de Agricultura, Carmen Crespo, quien se refirió a Arias como un “político de solera y mi maestro” en su arenga en defensa del sector agrícola, “que echa de menos un ministro como tú”.

Al término de las intervenciones, Miguel Arias, para muchos Cañete, un hombre campechano, buen padre y amigo de sus amigos, aunque poco dado a los homenajes, recibió una placa conmemorativa en reconocimiento a su amplia trayectoria política y calidad humana.

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