Miguel, detenido como autor del crimen de una mujer iraní en Jerez, entró en prisión a finales de agosto. Lo hizo tres días después de que la Policía Nacional localizase el cuerpo descuartizado de una mujer que había desaparecido en julio.

El investigado reconoció a la Policía que había golpeado a la mujer en la cabeza “por un arrebato” tras una discusión por fumar y consumir alcohol, según lo apuntado por su abogado al diario El País en aquel momento. Además, aseguró que tras el golpe, la remató con un hacha y la desmembró. Con posterioridad, arrojó los restos al pozo donde fue hallado.

Dos meses y medio después del macabro suceso, Caso Abierto del Periódico del Meditarráneo ha dado a conocer numerosos detalles del caso que hasta ahora se desconocían tras decretar el juzgado el secreto en la investigación.

En concreto, desde esta publicación se ha detallado que cuando la Policía accedió a su vivienda encontró que el agricultor jubilado convivía con una muñeca hiperrealista, cuyo valor ronda los 2.500 euros y que tenía en su cama. Además, guardaba zapatos femeninos.

El hombre, cercano a los ochenta años, había pasado ya 22 años en prisión por matar a un inmigrante y tratar de acabar con la vida de su exesposa. Según Caso Abierto, antes de ser detenido, ya le había dicho a una amiga de la mujer asesinada, preocupada por su desaparición, que "no va a aparecer".