Necesitamos jóvenes emprendedores
Voces empresariales
TODA crisis es una oportunidad para mejorar y salir fortalecido, cuando es asumida con valor, riesgo creativo y determinación. Aprendemos más de los errores que del conocimiento teórico cuando la equivocación se asume como riesgo inherente a toda iniciativa, porque "equivocarse no es fracasar". Una actitud que debemos inculcar en nuestros jóvenes para que pierdan el miedo a tomar iniciativas, a formarse un espíritu emprendedor que les permita poner en valor sus conocimientos y habilidades, midiendo los riesgos que se asume en toda nueva empresa y los recursos necesarios para ponerla en marcha y lograr su desarrollo con las mayores garantías de éxito; analizando las vías de asesoramiento establecidas para el inicio de toda actividad productiva y acudiendo a la tutorización de expertos que estén dispuestos a realizar el acompañamiento de los primeros pasos de manera altruista.
Nunca como ahora podremos disponer de tanta experiencia al alcance de la mano, tanto por el alto índice de prejubilaciones que se viene generando en esta difícil etapa -entre los que se pueden encontrar personas dispuestas a realizar una labor de mentorización de jóvenes empresarios-, como de jubilados que aún mantienen intactas sus capacidades y sus talentos y que están predispuestos a transmitirlos desinteresadamente y con responsabilidad.
Estoy convencido, y así lo percibo personalmente, que una opción de esta naturaleza brinda razones suficientes para sentirse útil, ilusionado y 'rejuvenecido'. Debemos aprender de las buenas prácticas y asimilar aquellos valores que han hecho exitosas las experiencias de personas que han triunfado en sus respectivos espacios de relación: profesional, empresarial y personal. No aprovechar este potencial es como renunciar al valor de la experiencia, como suele ocurrir en los cambios generacionales de las empresas y más aún en los procesos de cambio que éstas necesitan para desarrollarse, crecer y ser más competitivas.
En La Universidad Emocional apostamos por el fomento del espíritu empresarial en los alumnos de las diferentes etapas de la educación secundaria, bachillerato y primeros cursos universitarios y para ello tenemos diseñado un programa titulado Laboratorio de Talento, un espacio donde mostrar al alumnado las experiencias profesionales y empresariales de diversos sectores, mediante la exposición de las propias trayectorias de los ponentes y el debate sobre los conceptos de riesgo, éxito y fracaso que hayan jalonado las mismas, transmitiendo a través de éstas el conocimiento de habilidades y técnicas en materia de comunicación, motivación, liderazgo y responsabilidad. Fomentar el espíritu emprendedor desde una formación privilegiada por los valores humanos, con un programa que presenta el mundo real de la actividad productiva, a través de la transmisión de experiencias profesionales y empresariales de intachable trayectoria ética, social y de creación de valor.
Queremos cambiar el mundo, poniendo nuestras emociones al servicio de una sociedad más humana, respetando los valores que rigen nuestra vida. Unos valores que tienen que armonizarse con los ideales que todos llevamos dentro, con una gran dosis de tolerancia para administrarlos con la libertad que a todos debemos reconocer.
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