Noche de ambiente cofrade vestida bajo palio en Guadalcacín

A la hermandad de La Entrega hay que agradecerle el regalo que ha hecho posible todo lo que ha rodeado la bendición de la Virgen de los Ángeles. Ha aprovechado al máximo la oportunidad que ha ofrecido la ocasión para expandir el conocimiento de la propia cofradía, proclamarse ante el mundo cofrade como la seria opción que representa y el ilusamente futuro que tiene por delante.

Ayer cerró el ciclo que puso en marcha antes de la bendición de su nueva imagen de la Virgen hace una semana. Y lo hizo con una procesión extraordinaria que fue capaz de reunir a cientos y cientos de personas de aquí y de allá. Aunque estemos en agosto, en plena 'sequía' de eventos cofrades, ir a Guadalcacín fue ayer una opción con muchos incentivos. Desde el punto de vista histórico, que tanto gusta a los cofrades, ver por primera vez un paso de palio por la población; disfrutar de una salida excepcional en un 9 de agosto; ver a la nueva y preciosa Dolorosa de Navarro Arteaga en las calles; calibrar las formas con las que la hermandad sacaba un palio y el reto de hacerlo a la altura que se exige por estos lares, sobre todo fuera de las fechas habituales. Se podrían añadir más estímulos para acudir a la cita por las calles guadalqueñas, anónimas en el nomenclator cofradiero, pero sobre todo prevaleció las ganas de amparar a la hermandad de allí que no han ahorrado ni un ápice de su esfuerzo para que la marca cofrade que cultivan empiece a ir más allá de un Sábado de Pasión.

Con la salida de Los Ángeles, tal vez han procurado romper con dañinas percepciones, esas que con esa malicia casi inherente a este mundillo, les señala como de segunda o tercera división por aquello de su localización en una pedanía.

La imagen fue en el paso de palio de La Amargura de El Puerto de Santa María, la única que accedió a la petición de la hermandad, que por cierto también lo solicitó a varias hermandades jerezanas que negaron su colaboración ¿justo o injusto?. Es un palio vistoso, con bordados de recortes pero efectista en un conjunto. Fue adornado con rosas en un tono beige. La banda del Nazareno de Rota demostró una vez más cómo hay que tocar con calidad tras un palio. El cortejo estuvo formado por hermanos de la hermandad y estandartes de hermandades como las de La Clemencia, Amargura de El Puerto y La Cena, hermandad que apadrinó la imagen del Señor de la Entrega. También estuvo el presidente de la Unión de Hermandades representando a la institución. Por la parte civil, asistió la alcaldesa y varios concejales. Si a muchos ya sorprendió el montaje y desarrollo de la bendición de la imagen el sábado día dos, lo de ayer fue un magnífico remate. Tal vez cayeron en el error de ir demasiado sobre los pies y andar poco, para mayor exasperación de espectadores y cortejo. Pongámoslo en su debe con el atenuante de la emoción y las ganas que lógicamente mandaba en los cofrades de La Entrega.

La hermanad de Guadalcacín ha crecido y mucho. Ha demostrado que no tiene límites ni fronteras que constriñan sus miras y de eso deben tomar buena nota a quienes correspondan para no coartar un entusiasmo medido e indudablemente firme, por lo visto en estos días.