Cuando la Nochebuena se vive en el puesto de trabajo
Servicios de guardia Dispositivos que permanecieron activos en Jerez durante la noche del 24
Empleados del hospital, bomberos y policías cuentan cómo ha sido su experiencia
Mientras la ciudad ha estado celebrando la nochebuena también ha sido necesario que un buen número de personas permanezcan en sus puestos de trabajo con el objeto de garantizar cuestiones tan básicas como la seguridad o salud. Son la Policía Nacional y Local, los bomberos, el hospital del SAS y el San Juan Grande, incluso en los hoteles alguien ha tenido que quedarse 'de guardia' para que los clientes estén atendidos. Aquí recogemos los testimonios de algunas de estas personas, algunas de las cuales incluso ve su trabajo incrementado en estas fechas respecto a un día normal. En el hospital del Servicio Andaluz de Salud, la Nochebuena también se vivió de una forma especial. A las ocho de la noche se distribuyó la cena a los enfermos con un menú especial. Con las visitas también se tuvo un poco de 'manga ancha', así que no fue raro ver a acompañantes hasta bien entrada la noche con los enfermos y según el subdirector de enfermería, Carlos Rubio Santiago, "en observación también hubo más visitas pero los que pueden pasan la Navidad en sus casas aunque luego tengan que volver. Incluso se les reserva la cama".
En las distintas unidades se organizó una cena en la que cada uno llevó algo aunque Rubio explica que "en urgencias muchas veces han llevado las cosas y se ha quedado la mesa puesta hasta las tres, las cuatro, las cinco de la mañana y así ya hasta el desayuno".
Obviamente, los servicios que registraron una mayor actividad fueron los de Urgencias (infantil y general), Partos y Neonatología. En este último el personal asegura que "hace ya varios años que no podemos tomar ni un respiro".
La técnico de cuidados, Rosario García, cuenta asimismo que "a primera hora de la tarde suelen traer a abuelos diabéticos o con problemas respiratorios, han traído a personas mayores, las han dejado en observación y la familia se ha marchado". A partir de las doce y media o la una de la madrugada dicen que "es cuando comienzan a venir los problemas de tráfico, intoxicaciones etílicas o reyertas. Nosotros lo vivimos pensando que es un día más y como están las cosas hoy en día, gracias a Dios. No lo vivimos como un drama. El drama es el del paciente". En el hospital la primera hora de la noche suele ser tranquila, "pero a las tres o las cuatro de la mañana se complica todo: diabéticos que han comido y bebido lo que no deben, tráfico, peleas... y en maternidad la que viene es porque está de parto de verdad, no por unas molestias".
En total, son unos 61 de enfermeros, cuatro matronas, 44 auxiliares , cuatro técnicos de laboratorio y cuatro técnicos de radiología, unos catorce celadores, alrededor de treinta médicos y cuatro de mantenimiento.
Entre estas personas que tuvieron que trabajar en Nochebuena se encontraban la supervisora de neonatal, Victoria Ruiz, la supervisora de partos, María del Carmen Sánchez, la enfermera de urgencias pediátrica, Victoria de la Barrera, la matrona Victoria Valimaña, el supervisor general de noche, Ricardo Holgado, el supervisor de urgencias pediátricas, Antonio Prieto y el enfermero de neonatología, Javier Rambla. Todos ellos señalan que en Nochebuena, "el que viene a Urgencias es porque realmente está mal, no como otros días del año, pero luego hay más actividad que a diario porque hay más accidentes, broncas y borracheras".
En la comisaría, el jefe de Seguridad Ciudadana, Alfonso Rodríguez Candela, cuenta que "el turno de Nochebuena entró a las diez de la noche y salió a las ocho de la mañana. Somos los mismos efectivos que en un día normal pero si hay cuatro coches a lo mejor sólo se quedan tres porque hay gente de vacaciones. El Grupo de Atención al Ciudadano se queda al ochenta por ciento del servicio pero en la noche se incrementa con un equipo de seis funcionarios de la Unidad de Prevención y Reacción (conocidos como antidisturbios) y un equipo de paisano con el indicativo lince". En total son tres coches: seis funcionarios más un coche de paisano con dos funcionarios 'lince', a lo que hay que añadir una furgoneta con seis funcionarios de antidisturbios. Aparte está el coordinador del servicio, que es un subinspector, los funcionarios que están en las oficinas de denuncia y el operador de la sala 091. En total son unas veinte personas. "Si ocurre cualquier cosa -explica Alfonso Rodríguez- siempre hay un retén de UPR, aparte del que está trabajando, por si hay alguna catástrofe y el mismo dispositivo de la Nochebuena es el mismo de la Nochevieja".
Pero ¿cómo pasan la noche estos agentes? "Si es una noche normal -dice el jefe de Seguridad Ciudadana-, patrullando y siempre hay alguna llamada de alguien". En este sentido dice que "antes la Nochebuena se vivía más en familia, pero ahora cada vez se está pareciendo más a la noche de Fin de Año. Suele ser un poco más movida que un fin de semana normal". No obstante, señala que "afortunadamente, Jerez no suele ser una ciudad conflictiva. Aquí los agentes se reúnen, ponen una vaquita y cada uno compra algo, aunque algunos vienen ya medio cenados de casa. Tienen un poco de convivencia pero sin desatender nunca el servicio de la calle. Suelen traer dulces y como siempre hay algún centro comercial que manda algo, se le da a los que tienen guardia".
Otro lugar donde la actividad no se puede parar en Nochebuena es el parque de bomberos. Allí, el jefe de guardia, José Manuel Roso, explica que "para nosotros la Nochebuena es como otra noche cualquiera. Entramos a las ocho de la noche, se reparte el trabajo, material y vehículos. En un día normal a las nueve comenzaríamos las prácticas, pero en Nochebuena cada uno trae algo de comida y de diez a once aproximadamente se hace la cena, aunque el año pasado por ejemplo hubo bastantes salidas por culpa del temporal. En lugar de estar de maniobras hasta la una, nos quedamos con los compañeros charlando, porque somos como una familia y salimos a las ocho de la mañana".
En el hospital San Juan Grande se quedaron dos médicos de guardia, cuatro enfermeros más un auxiliar celador por cada enfermero. En total nueve personas. La enfermera de urgencias María Mozo ha sido una de las que tuvo que pasar la Nochebuena de guardia y cuenta que "nos ponemos siempre de acuerdo con las unidades para traer algo de picar aunque si la noche es chunga no se puede hacer nada. Si es tranquila, nos reunimos en algún control pero turnándonos siempre para no dejar los controles vacíos". Además, como todos los años, los hermanos de la orden de San Juan de Dios les ofreció al personal una cena y unos dulces. "En realidad -cuenta María Mozo- en el hospital San Juan Grande la de Nochebuena suele ser una noche tranquila".
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