El Rebusco

Las escritoras y el jerez

  • Un vino que gusta a las mujeres

  • Una pasión más allá de los libros

María Dueñas, presentando 'La templanza'.

María Dueñas, presentando 'La templanza'.

Poco se ha escrito de las relaciones de las mujeres con el vino de la zona. El trabajo que la profesora Ana Lozano está llevando a cabo en los últimos años ha aportando algo de luz sobre una serie de bodegueras del Marco del Jerez. Como ella misma declaraba: "Hasta fecha muy reciente la presencia histórica de mujeres en la vinatería de la región era algo prácticamente desconocido o considerado puntual y excepcional".

Si así ocurre con nuestras bodegueras, el panorama es más complejo si se trata de conocer la presencia de nuestros vinos en las publicaciones de las escritoras, tanto nacionales como de otros países, sobre todo las de tradición anglosajona.

Ya sea como buenas observadoras del entorno que recreaban, o bien como aficionadas consumidoras, el jerez inspiraba a estas autoras, y se hacía presente en su forma genérica, en sus tipos, e incluso en marcas reconocidas.

Desde aquí seguimos insistiendo que un buen gesto de cortesía, y sea por parte del Consejo, o de algunas bodegas, sería el de hacer llegar a estas autoras, las activas en la actualidad, un presente de selecto jerez, tal como se hizo en el 2003 con la autora de Harry Potter, J. K. Rowling.

Una sugerencia bien recibida por el que fuera presidente del Consejo, Jorge Pascual. Hay que tener en cuenta que en cuatro novelas de la popular serie se hace mención al jerez, y en la de Harry Potter y el misterio del Príncipe (2005), son siete las ocasiones que el sherry es mencionado en la trama.

Veamos algunos de estos ejemplos de la mano de famosas escritoras, tanto europeas como americanas.

Escritoras británicas

Es a partir del siglo XIX cuando la mujer adquiere una mayor presencia en el mundo de las letras, periodo que coincide con el auge del comercio y consumo de nuestros vinos por todo el mundo.

Bien podemos empezar con una cuyo trabajo se vio eclipsado por la turbulenta relación sentimental que mantuvo con el controvertido Lord Byron, que por cierto visitó Jerez para probar los vinos que hacían sus parientes los Gordon, nos referimos a Lady Caroline Lamb (1785-1828).

Escena de la película Lady Caroline Lamb (1972). Escena de la película Lady Caroline Lamb (1972).

Escena de la película Lady Caroline Lamb (1972).

Esta historia fue llevada al cine en 1972, donde los amantes comparten más de una copa de jerez.

No hay que olvidar que son ellas, las mujeres, unas buenas aficionadas a nuestros vinos, en especial de los dulces o cream.

La escritora, y Premio Nobel de Literatura en el 2007, Doris Lessing, escribía esto en 1969, en su novela La ciudad de las cuatro puertas: "... en los locales como aquel las señoras beben jerez dulce".

Mary Ann Evans (1819-1880), ocultaba su verdadero nombre bajo el seudónimo masculino de George Eliot.

La rebelde e inconformista Marian Evans, que viajó por España en 1867, era una buena aficionada nuestros vinos. En tres de sus más desatacadas creaciones puso en boca de sus personajes, nunca mejor dicho, el popular sherry.

En Adam Bede (1859), El molino junto al Flos (1860) y en Midlemarch (1872). En la primera de estas novelas se dice que lo mejor que se le puede regalar a las madres es "some good sherry" (un poco de buen jerez).

Dejando atrás el XIX y adentrándonos en el XX, donde los cambios sociales y legales afianza el nuevo status de la mujer, las escritoras van a jugar un papel destacado, lo que en cierta manera afectará positivamente a la promoción del jerez. Una publicidad que las instituciones del sector no han sido capaces de valorar en su justa medida.

Entre los nombres más relevantes hay algunos a destacar, como el de Virginia Woolf (1882-1941). Si en su primera novela, de 1915, Fin de viaje, hace mención al jerez será en un trabajo posterior, Tres guineas, de 1938, que lo sitúe en los ambientes de las sociedades literarias universitarias: "...and there is sherry".

Joan Hickson, como Miss Marple, y su copa de jerez. Joan Hickson, como Miss Marple, y su copa de jerez.

Joan Hickson, como Miss Marple, y su copa de jerez.

Aunque representantes de un tipo de diferente de literatura, Agatha Christie (1890-1976), y P. D. James (1920-2014), son consideradas las madres del género policiaco y de misterio, y tienen un lugar destacado en esta relación.

La escritora que más libros ha vendido, según la UNESCO, dejó constancia entre las muchas líneas de su numerosa producción la importancia del jerez en la sociedad que describía, ya que a ella lo del vino no era de su predilección.

En 28 de sus relatos el jerez se hace presente, tal como henos expuesto en una comunicación que la revista portuguesa Douro publicará en breve.

En este camino abierto por la gran dama del misterio, sobresale P. D. James.

En este caso son seis de sus exitosas historias donde deja patente su gusto por el jerez, especialmente el medium y el dulce. En Una cierta justicia, de 1997, se lee: "Margaret trajo una bandeja con tres copas y una botella de medium sherry".

Iris Murdoch y sus obras publicadas. Iris Murdoch y sus obras publicadas.

Iris Murdoch y sus obras publicadas.

Entre todas ellas tengo que expresar mi predilección por la irlandesa Iris Murdoch (1919-1999), no solo por lo que al caso respecta, sino por peculiar manera de escribir. Digna de estudio por las numerosas ocasiones que introduce al jerez.

En El príncipe negro, de 1973, se describe este momento: "Bristol es la ciudad del jerez. Un excelente jerez nada caro, ligero y puro, es extraído de enormes y oscuros toneles de madera".

Portada de la novela 'The Summer of the Spanish Woman'. Portada de la novela 'The Summer of the Spanish Woman'.

Portada de la novela 'The Summer of the Spanish Woman'.

Esta sucinta relación hay que incluir el nombre de la irlandesa Catherine Gaskin (1929-2009). La escritora, especializada en novelas de corte romántico, se trasladó a Jerez para ambientar su novela El verano de la mujer española, editada en 1977, pero de la que solo se ha traducido al castellano en Argentina.

Para ello contó con asesoramiento, entre otras personas. de la directiva de Rumasa por aquel tiempo, Fátima Ruiz Lassaletta, y de Manuel González-Gordon.

En una de sus páginas, Don Paulo comenta a Charlotte: "-El jerez- me dijo cuando cruzamos otro de los corredores cubiertos por viñas, entre los edificios de las bodegas que tenían su nombre especial de almizcates - es el don particular de Dios".

En septiembre del 2009 vino a Jerez la Poeta Laureada, Carol Ann Duffy. Esta distinción honorífica la otorga la corona británica desde el siglo XVII.

Los honrados con dichos cargos reciben una pensión económica mientras que ejercen el cargo (diez años en la actualidad), y agasajados con una bota de jerez. Los cuatro últimos pasaron personalmente a recogerla por el Consejo Regulador.

Carol Ann Duffy firma el frontal de una bota en Edimburgo, 2014. Carol Ann Duffy firma el frontal de una bota en Edimburgo, 2014.

Carol Ann Duffy firma el frontal de una bota en Edimburgo, 2014.

Con motivo de la exposición dedicada a los Poetas Laureados, que se llevó a cabo en Edimburgo en el año 2014, la poetisa escocesa reprodujo su firma, de nuevo, en el frontal de una bota tal como aparece en la foto.

Las primas americanas

"...and my eyes like the sherry in the glass that the guest leaves" (...y mis ojos tienen el color del jerez que queda en la copa de la visita que se ha ido). Con este bello símil describía la poetisa norteamericana, Emily Dickinson (1830-1886), el color de sus ojos. Un poema con el que pretendía hacer su autorretrato dirigido a un admirador.

Como vemos en este ejemplo, el jerez ya forma parte de los usos y costumbres de la sociedad norteamericana de mediados del siglo XIX, sobre todo en la zona de Nueva Inglaterra.

La presencia del jerez en la literatura escrita por mujeres de un lado y del otro del Atlántico no es anecdótica.

Este boom de la literatura escrita por mujeres tendrá igual relevancia y desarrollo en los Estados Unidos una vez entrado el siglo XX. La mujer va afianzado posiciones en todos los ámbitos, no sólo en el literario. Nuevas generaciones de escritoras alcanzarán el éxito y la aceptación popular.

De todas ellas tomaremos dos ejemplos representativos de diferentes estilos, aunque con afinidades sentimentales en sus vidas privadas.

En primer lugar, Willa Cather (1873-1947), nacida en Virginia, criada en Nebraska y establecida en Nueva York, Cather confirma en cuatro de sus novelas que el jerez no es ajeno a la cultura americana.

En La casa del profesor, de 1925, el personaje principal sufre con resignación el periodo de la Ley Seca: "He supposed he would have learn to live without sherry".

Por su parte, Patricia Highsmith (1921-1995), que ha alcanzó fama añadida por las adaptaciones de sus obras a la gran pantalla, refleja en cuatro de ellas el ritual de beber jerez, como la conocida El grito de la lechuza, publicada en 1962, donde se observa como la clase médica no se priva de un buen jerez: "El doctor sacó una botella de amontillado cuando se sentaron a la mesa. Él y su esposa, explicó, habían sido siempre muy aficionados a los vinos de Jerez".

Españolas, y allende los mares

Tal como le ocurrió a la inglesa Mary Ann Evans, la escritora portuense Cecilia Böhl de Faber (1796-1879), tuvo que echar mano de un nombre de varón, Fernán Caballero, para hacerse un hueco entre los escritores del momento.

Bota de Osborne dedicada a la escritora Fernán Caballero. Bota de Osborne dedicada a la escritora Fernán Caballero.

Bota de Osborne dedicada a la escritora Fernán Caballero.

Cecilia, afincada en el Puerto de Santa María, y con intereses familiares en el sector vinatero, contó con ironía este cambio: "trocando para el público mis modestas faldas de Cecilia por los castizos pantalones de Fernán Caballero".

En su novela La gaviota (1849), describe a un inglés de esta manera tan gráfica: "...este Ayax de treinta años que devora cuatro libras de carne en beefstake y se bebe tres botellas de jerez".

Y no faltó otras oportunidades para hablar de los vinos que bien conocía.

Años más tarde, otra escritora, activista y reivindicativa, lucharía a su manera por los derechos de la mujer, nos referimos a doña Emilia Pardo Bazán (1851-1921), condesa de Bazán.

Pardo Bazán era una experta en eso del buen beber y comer, y en La insolación, de 1889, se puede leer no solo la apelación genérica de nuestro vino sino la mención a una marca que ya era famosa por aquel tiempo: "Todas las penas ajogadas por el Tío Pepe se fueron a paseo".

Emilia Pardo Bazán y su libro de recetas de cocina. Emilia Pardo Bazán y su libro de recetas de cocina.

Emilia Pardo Bazán y su libro de recetas de cocina.

En esta idas y venidas literarias del jerez de una costa a otra del Atlántico, encontramos su pista en las páginas de La casa de los espíritus (1982), de la chilena Isabel Allende: "Severo sirvió una copa de jerez para cada uno y se bebió la suya de un trago".

Dedicatoria de la autora de la novela. Dedicatoria de la autora de la novela.

Dedicatoria de la autora de la novela.

Esas idas y venidas de productos y personas a uno y otro lado del océano, es de lo que trata la novela de María Dueñas, La templanza. Publicada en el 2015, centra gran parte de la historia en el Jerez bodeguero de mediados del XIX.

Con motivo de la charla que impartió la escritora en el Consejo Regulador, como evento cultural de la Fiesta de la Vendimia, tuve la oportunidad que me dedicara el ejemplar de su libro.

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