Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Toni Rey | Guitarrista y cantaor

"Mis hijos son los que me mantienen todavía en activo"

  • El jerezano, que acumula más de 50 años de profesional, repasa una trayectoria artística marcada por sus trabajos en Madrid y en el extranjero

El jerezano Toni Rey posa para Diario de Jerez.

El jerezano Toni Rey posa para Diario de Jerez. / Miguel Ángel González

Antonio Rey Páez (Jerez, 1953) forma parte de una de las generaciones más prolíficas que ha dado el flamenco de esta tierra en el último siglo, la del 50. Nació en el jerezano barrio de San Miguel y desde muy niño mostró especial interés por el flamenco. Lleva más de cincuenta años como profesional gracias a una carrera cultivada eminentemente en el extranjero. A sus 70 años, mantiene intacta sus cualidades encima del escenario, algo que ahora comparte con sus hijos Mara Rey y Antonio Rey.

Aunque mucha gente lo desconozca es usted otro producto del barrio de San Miguel....

(Risas) Sí, yo nací en el barrio de San Miguel, concretamente en la calle Sol número 37, en la misma acera de Lola Flores, porque ella nació en el 45. He nacido entre dos grandes del flamenco, Lola Flores y don Antonio Chacón, que nació en esa misma calle. Es algo que llevo con orgullo porque en este barrio han nacido nombres como los Parrilla, Rubichi, La Paquera, El Garbanzo, los Moneo.... Yo soy el segundo de siete hermanos, y al arte sólo nos hemos dedicado mi hermano Francisco, que se dedica a la pintura, y mi hermana Soledad, que canta precioso la canción española y el bolero.   

¿Cómo empieza su vinculación con la guitarra?

Bueno, me aficioné a la guitarra por ver, cuando era un niño, a mi padre tocando. Él había aprendido de oído y a mí me llamaba la atención. Cuando cumplí diez años, mi padre me llevó a dar clases con el maestro Rafael del Águila y con él estuve sólo unos meses. No estuve mucho porque era una época difícil para la familia, no había mucho dinero, y las clases costaban unas 75 pesetas, con lo cual, al cabo del tiempo, seguí tocando pero de manera autodidacta y aprendiendo de mucha gente. 

¿Y cuándo comenzó a dedicarse a la guitarra realmente?

Con doce años me marché a Madrid, porque tenía que buscarme la vida, y allí estuve trabajando durante algunos meses como escayolista. Al mismo tiempo, seguía aprendiendo a tocar. Allí me ayudó mucho Carlos Carmona 'Habichuela', hermano de Pepe y Juan 'Habichuela', que me puso muchas cosas de guitarra. Pero claro, yo quería ser artista, tocar la guitarra y cantar, porque a mí me gustaba también mucho cantar.

¿Y hubo antes en su familia algún antecedente artístico?

Bueno, tenía un tío de mi madre, al que llamaban El Loli de Jerez, que por lo visto cantaba muy bien y era muy flamenco. De él procede un dicho muy popular en Jerez que todavía se escucha: 'Es más larga que la malagueña del Loli".  

¿Cuál fue el primer trabajo?

Pues un día me enteré de que Miguel Vargas Jiménez 'Bambino', un genio del cante, necesitaba un guitarrista. Me fui y estuve dos años trabajando con él hasta que me tuve que ir a la mili. 

Y partir de ahí, una carrera larga...

Bueno, después de volver de la mili estuve trabajando un tiempo en Alicante y Benidorn. Allí conocí a mi mujer, la bailaora Maravilla Rosas, con la que aprendí muchísimo. Era hija de Diego Corrientes, un bailaor de Extremadura, que era tío de Juan Ramírez, otro bailaor extraordinario que todavía está activo. Mara había nacido en Montijo, de Badajoz, aunque se crio en Sevilla. Con mi mujer aprendí muchísimo. Recuerdo que estuvimos en muchas ciudades e incluso en el extranjero. Entre ellos estuvimos también en el tablao que tenía Jarrito en Algeciras, 'Zambra', y luego nos fuimos a Madrid, que en aquel momento era el centro del flamenco en España.  

Antonio Rey, con un cuadro de la Virgen de Guadalupe y la portada del disco de su hijo. Antonio Rey, con un cuadro de la Virgen de Guadalupe y la portada del disco de su hijo.

Antonio Rey, con un cuadro de la Virgen de Guadalupe y la portada del disco de su hijo. / Miguel Ángel González

Y es entonces cuando se instalan en la capital...

Sí, me salió un trabajo en el tablao Torre Bermejas y allí estuve doce años. Allí nacieron mis dos hijos, mi hija Mara y mi hijo Antonio Rey, porque mi mujer y yo trabajábamos juntos. Recuerdo que cuando salía Paco Cepero de allí, entré yo, y me dediqué a tocar para bailar.   

¿Cómo era la vida en Torre Bermejas?

Era una vida bonita, aunque se trabajaba mucho. Era una época en la que los mejores estaban en Madrid, y tablaos como El Corral de la Morería, Los Canasteros y Las Brujas funcionaban muy bien. Además, cuando la gente salía de trabajar, se iba a las ventas y había un gran ambiente. Yo tuve la suerte de conocer en Torre Bermejas a mucha gente, y por allí pasaba La Paquera, Caracol, Camarón, que dio sus primeros pasos en aquel tablao, en fin, grandes artistas. Era una época bonita porque había mucho arte acumulado y mucho ambiente, la recuerdo con mucha alegría. 

Sin embargo, llega un momento en el que fallece su mujer con sólo 28 años, y tiene que afrontar la vida con dos niños muy pequeños...

Sí, la vida me ha dado también momentos muy difíciles y ese fue uno de ellos. Mara falleció muy joven y eso me hizo cambiar todo. También, el hecho de tener a mis hijos, hizo que tuviera más fuerza, de alguna manera me ayudaron a seguir adelante.  

Sus hijos, tanto Mara como Antonio, han estado en contacto con los tablaos desde muy pequeños. Quizás por eso han salido tan flamencos...

(Risas) La verdad es que sí porque Mara estaba desde que nació en los tablaos, y con Antonio igual. Él empezó conmigo en los tablaos porque no quería estudiar y bueno, aunque al principio no le gustaba la guitarra, después se aficionó y mira dónde ha llegado. Con Mara pasó lo mismo, recuerdo que con cuatro años el maestro Sabicas, le dijo a mi mujer que la niña iba a ser artista. 

Toni Rey, en otra imagen de la entrevista. Toni Rey, en otra imagen de la entrevista.

Toni Rey, en otra imagen de la entrevista. / Miguel Ángel González

¿Qué le ha dado la guitarra a Toni Rey?

La guitarra es mi vida, pero también lo ha sido el cante. No podría vivir sin tocar y sin cantar. Me ha dado la vida, y es lo único que sé hacer. 

Con más de 50 años dedicándose al flamenco, ¿se arrepiente de haber elegido esta profesión?

Sinceramente no, todo lo contrario, me ha dado muchísimo. Está claro que la vida del artista no es fácil, porque estás en el aire. Trabajabas en un tablao, pero en cualquier momento, te podías quedar parado. Además, mi vida ha sido una constante aventura, porque he recorrido muchos países y claro, no es fácil porque nunca te asientas en un sitio. Al final te acostumbras, pero claro, ir con la maleta preparada siempre no es sencillo. De todos modos, creo que mi época no ha sido la más dura, porque antes de mi generación, los artistas lo tenían más complicado, con aquellas noches en las ventas en las que a lo mejor, después de cantar, ni te pagaban. Yo he tenido la suerte de rozar solamente esa época, y no era cómodo. 

De todos modos, el hecho de viajar tanto y conocer tantas culturas y países le habrá hecho ver la vida de otra manera...

Eso es, yo he tenido la suerte de recorrer el mundo y de conocer a mucha gente, y claro, tienes otra perspectiva de todo. Pero bueno, también tiene una cosa mala, porque no puedes estar con tu familia y te pierdes muchas cosas de tus hijos. Yo todo lo que conozco, ha sido por trabajo, no me he ido de vacaciones a ninguna parte, pero como tienes esa ilusión por tu profesión, lo he llevado bien.

También ha sido usted un embajador de Jerez...

La verdad es que siempre he llevado Jerez por bandera allá por donde he ido, tanto en España como el extranjero. En Estados Unidos he estado en siete u ocho ocasiones y en distintas ciudades, en Japón, seis veces, en México llegué a vivir durante siete años, y luego he estado varias veces en Venezuela, Costa Rica, Panamá, Alemania, Italia, Suiza, Portugal, Holanda, Francia, Austria, Bélgica... 

Usted ha tenido también especial relación con México, de hecho me acaba de decir que vivió allí siete años...

Sí, México es un país al que le tengo mucho cariño, de hecho tengo una hija mexicana, mi hija Andrea, fruto de otra relación. Es un país muy alegre, y donde a la gente le encanta aprenderse las letras, son muy apasionados en eso. Tuve mucho éxito allí, tanto yo como mi hermana Soledad Rey. Es un país maravilloso, el pueblo mexicano es una delicia. 

Me sorprende que hable usted continuamente de guitarra y de cante. Si tuviera que poner en una balanza las dos cosas, ¿con qué se quedaría?

Sinceramente, me quedaría con el cante porque me resulta más fácil cantar que tocar. Creo que Dios me ha dado un mejor don para el cante que para la guitarra. Con la guitarra he tenido que trabajar mucho, y es más desagradecida, pero es maravillosa. Aunque el cante también me ha dado muchas alegrías, de hecho, en mi carrera la mayor parte del tiempo he cantado y tocado a la vez. Date cuenta que muchas veces, me he visto en el extranjero sin cantaor y he tenido que coger, modestamente, una práctica que no es fácil, porque por tangos y bulerías, te acompañas bien solo, pero por seguiriyas o soleá, la cosa cambia. 

Llegó usted hasta grabar con un grupo de sevillanas, ¿no?

Sí, eso fue en Madrid con mi amigo Jesús 'El Almendro', Juan Salazar, que era familia de Rafael Farina, el guitarrista Juan Machón y yo. Como letrista teníamos al dueño de Torre Bermejas, don Antonio García. De hecho al grupo le llamamos así 'Torre Bermejas'. Yo trabajaba entonces en un academia en Madrid y en esa época comenzaron a abrirse muchos locales rocieros allí. Así que me propusieron montar el grupo. Grabamos tres LPs, en uno de ellos me acompañaron los hermanos Parrilla, Manuel, Juan y Bernardo. 

¿Qué parte de culpa tiene Toni Rey en el éxito de su hijo Antonio Rey? 

Hombre, está claro que el mérito de todo lo que tiene es suyo, porque como he dicho antes, se ha sacrificado mucho y hoy día ensaya horas y horas. Cuando empezó a tocar y se marchó a Madrid, intenté que todas aquellas puertas que yo había dejado abiertas en mi época allí, estuvieran abiertas. Por ejemplo, Pepe Habichuela, que es como un hermano mío, le ayudó mucho en Madrid, tanto él como su hijo Josemi.

(...)

También el hecho de mejorarle musicalmente hablando hizo que yo aprendiera muchas cosas. De hecho, me matriculé en un conservatorio con 55 años y tengo cinco años de solfeo, de piano. Lo hice para sacar algunos temas de Paco (de Lucía) y de otros artistas y luego poder enseñárselos a él. Antonio con 13 años tocaba 'Percusión flamenca', el zapateado de Paco, la farruca 'Punta y tacón' y las alegrías 'La Barrosa'. Luego también cosas clásicas de Villalobos. Me esforcé al máximo para que mi hijo siguiese aprendiese. 

¿Y qué ha enseñado a su hija Mara?

A Mara le enseñé a bailar por alegrías con la boca. Ahí le podía ayudar menos, porque yo para dar una patá...(risas). Mara tiene cosas de su madre. Mi mujer era una fenómena, una gran artista. Era gitana, bailaba muy bien y tenía un ritmo extraordinario. Creo que mis hijos han sacado eso, tanto mi Mara como mi Antonio, y ahora también mi nieto José, el hijo de Mara, que también canta y baila muy bien. De mí han sacado mi constancia. Han cogido el duende de la madre y la voluntad mía.     

Tiene 70 años pero sigue en activo, ¿cuál es su secreto?

El secreto son mis hijos, que son los que me mantienen ahí y no dejan que entre el viejo en mí. Compartir escenario con mis hijos, me llena el corazón y es algo especial. También intento estar siempre activo y eso es importante. Ahora por ejemplo estoy estudiando armonía con mi amigo y maestro Vicente Fajardo.  

A usted también le ha gustado mucho componer...

Sí, algunas cosas tengo hechas. Lo último ha sido el tema que le he escrito a mi hija Mara, y que será su próximo single. A 'El Torta' también le escribí aquel famoso 'Vamos a ayudarnos, vamos a querernos', que lo hice conjuntamente con Luis 'El Elegante' y también hice algunas cosas a 'La Pelúa'.     

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