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Jerez
  • Un grupo de la asociación Chamis completa su curso con un campo de trabajo de tres voluntariados en Jerez: con migrantes, en Siloé y en el Hospital San Juan Grande

Voluntarios en Jerez: dar sin esperar nada a cambio

Algunos de los voluntarios, posando delante del Santuario San Juan Grande. Algunos de los voluntarios, posando delante del Santuario San Juan Grande.

Algunos de los voluntarios, posando delante del Santuario San Juan Grande.

Escrito por

Redacción

Chamis, asociación creada en 1991 en el colegio Santa María del Pilar de Zaragoza bajo el nombre de Grupos Chaminade, pertenece a su vez a Guinomai, nombre que significa ‘Llegar a ser’ y bajo el que se integran todos los grupos de fe juveniles marianistas de España. Actualmente lo forman 14 grupos repartidos por colegios y parroquias marianistas en Cádiz, Jerez, Ciudad Real, Madrid, Valladolid, Logroño, Vitoria, San Sebastián, Zaragoza, Barcelona, Burjassot y Valencia. Un grupo de esta asociación ha estado unos días en Jerez.

Álex López, de 22 años, es el monitor al frente de la visita a Jerez y explica que “somos un grupo de fe, de jóvenes de Zaragoza, y actualmente estamos completando el curso con adolescentes que van a entrar en la universidad. Como cumbre a un año de trabajo hemos decidido hacer un campo de trabajo en Jerez y estamos en tres diferentes voluntariados: uno es una actividad de cultura con jóvenes migrantes, porque también aprendemos un poco de ese intercambio cultural con otros jóvenes; también estamos en casa Siloé, un centro de personas con Sida; y en el Hospital San Juan Grande. Durante dos semanas nuestra idea es ir rotando los diferentes centros para poder echar una mano, ayudar en lo que podamos y tener una bonita experiencia”.

Una voluntaria, realizando labores de acompañamiento en la residencia de mayores San Juan Grande. Una voluntaria, realizando labores de acompañamiento en la residencia de mayores San Juan Grande.

Una voluntaria, realizando labores de acompañamiento en la residencia de mayores San Juan Grande.

Voluntario desde hace años, explica qué es lo que le empujó personalmente a dar el paso: “Es algo que siempre me ha gustado, poder echar una mano y ayudar a los demás es algo que no tiene precio y no hay mayor satisfacción que poder sentirte útil y ver que aportas a la sociedad, poder ver que tu labor realmente sirve para algo, eso es algo que no tiene precio, el hacer una acción que sabes que es hacer el bien, el escuchar a una persona, ayudarle, acompañarle, hay gente que necesita ayuda y no todo el mundo la brinda. En el momento que estás ahí y ven que estás dispuesto a colaborar, confían en ti y se abren, y esa es una sensación que es muy difícil de explicar pero es muy gratificante”.

Esta actividad es el fin de ciclo después de otras actividades realizadas a lo largo del curso: “Sí, tanto para ellos, porque tanto de primero de la ESO como de segundo de Bachillerato es su última experiencia juntos con nosotros. Durante el curso tenemos reuniones, campamentos, convivencias, también hicimos otro voluntariado con madres que iban a abortar pero luego decidieron tener sus hijos y estuvimos ahí echando una mano”.

Voluntarios trabajando en el Economato Hermano Adrián de la Orden San Juan de Dios. Voluntarios trabajando en el Economato Hermano Adrián de la Orden San Juan de Dios.

Voluntarios trabajando en el Economato Hermano Adrián de la Orden San Juan de Dios.

Los objetivos y propósitos de Chamis son “profundizar en la fe, debatir sobre el mundo, tratar de mejorar, cómo mejorarlo, ayudar, juegos, actividades, convivencias... Un poco de todo; a principios de curso en septiembre pasamos por los cursos explicando qué es Chamis, qué es lo que pretendemos aportar, por qué podrían apuntarse si quieren vivir esta experiencia y en función de la demanda y los monitores se forman los grupos, porque los monitores somos antiguos alumnos del voluntariado. Cuando los chavales acaben segundo de Bachillerato, después de estas actividades, queremos que sigan como monitores y ejerzan un poco, y si siguen el curso que viene serán quienes involucren esos valores que han ido aprendiendo a lo largo de estos seis años que llevan como chavales y así se sigue fomentando el grupo".

En estos tiempos en los que la deshumanización es tónica general, el papel del voluntariado, sea de la asociación que sea, se antoja fundamental: “Al final ayudar es algo humano, es algo que tenemos que hacer entre nosotros, no sabemos si estaremos en una situación así y hablando de acompañamiento es que son nuestros mayores, lo han dado todo por nosotros. Vemos casos de personas que llevan tres años sin hablar con sus familiares o sin visitas y son personas que a nivel anímico y psicológico no están bien porque es algo que les pesa mucho. Entonces, qué menos que poder ir ahí, echarles una mano y aunque sea durante tres o cuatro horas ayudarles como podamos, que se distraigan y que sean felices por unos momentos, y que luego te den un abrazo y te lo agradezcan, que se rían, es importante y una experiencia que todos deberíamos intentar. Seguro que en tu propia ciudad hay gente que necesita tu ayuda y seguro que también alguien te ayuda, siempre se puede echar una mano”.

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