Los vinos perfectos
Acotaciones sobre vinos
Los vinos perfectos no existen, pero le sugerimos tres vinos que contienen trazos de ser perfectos sin serlo
A propósito de un vino
El paraíso en tu copa

Los vinos perfectos no existen. Nada de excepcional tiene esta afirmación. Si ya es difícil encontrar la perfección en todo lo que nos rodea, como no iba a serlo también cuando te asomas a una copa de vino. Y si alguna vez escribí lo contrario, sirvan estas palabras de dionisíaca penitencia y báquico arrepentimiento.
Tenemos vinos pluscuamperfectos, cuasi perfectos, imperfectos e incluso algunos con desperfectos. Eso sí, alguna que otra vez, probamos un vino que nos da una perfecta combinación en una mesa bien servida, nos genera una perfecta conexión entre amigos o nos embriaga de manera natural para que pasemos sin sábanas una noche perfecta. Y entonces creemos haber encontrado un vino perfecto. No pasa nada, uno es feliz con el momento, que es lo que cuenta.
Días perfectos, como escribe Jacobo Bergareche -'Los días perfectos'-, hay muy pocos en toda una vida y me figuro que con un buen vino terminó de alcanzar esa conclusión. Ya saben que los vinos muy poco piden y dan demasiado. Un buen vino que gravita en una bonita copa, bien servido en su adecuada temperatura y una excelente conversación supone un plan maestro y perfecto.
Por todo ello, les sugerimos tres vinos que contienen trazos de ser perfectos sin serlo, que a su vez contienen todos los ingredientes para generar “una perfecta mirada sin desenlace” y que les harán alcanzar esa agradable sensación de querer dar las gracias porque alguien haya embotellado una perfecta sencillez.
Domaine Gour de Chaulé 2020 (Gigondas)
Les cuento que los vinos del Ródano siempre me causan una honda y grata emoción. También los recuerdos de mi padre conduciendo del sur al norte del Ródano y yo sacando la mano por la ventana. La vida.
Ahora disfruten en su copa de aromas a frutos rojos con una claridad mágica y excepcional, taninos pulidos y un final en boca para pensar durante mucho tiempo. Una bella combinación de garnacha, syrah y mourvedré que en su comienzo resulta algo introvertido, pero que con los minutos deja paso a un finura y sutileza deslumbrante.
Si dejan de verme por la calle Honda durante un tiempo, igual es que salí de alegre excursión al romano pueblo de Gigondas, a beber y escribir cosas en mi cabeza.
Granbazán Albariño Etiqueta Ámbar (Rías Baixas)
Estoy seguro, hay vinos que se contentan con ser, copa tras copa, lo que realmente quieren ser. Como un libro que abres por la primera o por la última página y las mismas silabas se entrechocan.
En repetidas ocasiones lo he tomado o lo he recomendado y me sigue haciendo disfrutar muchísimo. Granbazán Etiqueta Ámbar es un albariño fresco, de brillante color amarillo que conjuga a la perfección la intensidad y la acidez en boca.
Ejemplo de calidad en la elaboración, en una de las primeras bodegas de las Rías Baixas y fiel reflejo de la viña en sus copas y en sus fantásticos albariños.
Colet Aniversari Brut Nature (Classic Penedés)
Muchas de las cosas que he leído sobre los vinos espumosos tradicionales aquí convergen. Ese "vino vivaz y efervescente”, que “más que un vino es magia“ y además “nos hace sentir pena por las copas vacías y nos anima a vaciar copas llenas”.
Aun así, es difícil embellecer más lo que les cuento y necesidad no la hay tampoco. Colet y sus vinos son indispensables y éste elaborado al 100% de Xarelo, Brut Nature, es un feliz ejemplo de espumoso con mucho sabor, cremoso, equilibrado y con una burbuja divina.
Y como dirían los franceses, rien de plus, rien de moins, tuvimos nuestro tiempo de vinos, aromas y copas.
Postdata. Si me permiten decir una última cosa… lo más cerca que está un vino de ser perfecto es cuando te invita a crear un relato y leerlo en voz alta. Y cantar 'Whatever' de Oasis, eso también. Hagan lo que hagan todo estará bien, pero que sea con una copa de vino. Con cariño.
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