Jerez

La crisis afecta a Vacaciones en Paz con siete familias menos de acogida

  • La asociación Amiraui, que el año pasado alertó de que el programa "peligraba", se muestra satisfecha y hace un llamamiento porque "aún queda un niño por acoger"

La crisis ha hecho mella en el programa Vacaciones en Paz que organiza anualmente la asociación Amiraui. Si años atrás eran acogidos un centenar de niños saharauis en los hogares de las familias jerezanas, para este verano sólo serán 30 pequeños los que disfruten del verano en la ciudad, siete menos que en la pasada edición. A pesar del importante descenso en el número de acogidos, lo cierto es que la presidenta de Amiraui, Dolores Villagrán, se muestra satisfecha con los resultados, teniendo en cuenta la crítica situación económica de muchas familias jerezanas. "Es cierto que la cosa no ha ido tan bien como hace años, pero Jerez sigue apostando por esta bonita convivencia durante los dos meses de verano", declara la responsable de la asociación.

La actitud positiva de Villagrán se debe a que en julio de 2011 alertó de que la crisis y la falta de pago de las subvenciones municipales podrían provocar que tras 22 años de programa, éste peligrara para el presente verano. Finalmente, la llegada de los saharauis volverá a producirse la última semana de junio, con lo que la presidenta de Amiraui no puede disimular que "hemos logrado hacer frente a un mal año y al temor de perder esta gran oportunidad de vivir con estos niños el verano. Queremos que estos pequeños sometidos a duras condiciones puedan aliviar sus sufrimientos y tengan la posibilidad de conocer formas distintas de vida. Aunque como decimos siempre, ellos nos dan más con su cariño".

La total ausencia de apoyo económico por parte del Ayuntamiento ha obligado a las familias de acogida a realizar distintas actividades durante el año para recaudar dinero. "Desde hace más o menos cinco años las subvenciones municipales están congeladas y claro, el importe de viaje del niño lo tiene que asumir cada familia. Por ello, la asociación ha estado trabajando para rebajar a casi la mitad la aportación de los padres de acogida", explica Villagrán, quien remarca que "teniendo el cuenta el bien que se le hace al pequeño, el coste de Vacaciones en Paz se asume sin problemas". A pesar de que la asociación tampoco pasa por su mejor momento económico, durante la pasada Feria del Caballo también se ha podido recaudar dinero con la caseta para abaratar aún más el billete del viaje.

En esta edición del programa solidario, hay 23 niños saharauis, de entre 8 y 12 años, que repiten su estancia en Jerez y con sus mismas familias de acogida, creando un especial vínculo año tras año. "Hemos 'pedido' siete pequeños más, y sólo nos queda buscar una familia para uno de ellos", señala la presidenta de la asociación. De esta forma Amiraui hace un llamamiento a los jerezanos para que den un paso hacia el frente y decidan acoger al pequeño, ya que el plazo para solicitarlo acaba a finales de este mes. "Ahora mismo lo único que pedimos a las familias es que tengan ganas, que disfruten de estos niños en sus casas porque le dan en dos meses una calidad de vida impresionante, es una experiencia inolvidable", apunta Villagrán. Hay que recordar que este grupo de pequeños saharauis viven en el campo de refugiados de Tinduf (Argelia).

Así, el programa de Amiraui nace con el objetivo de alejar de las duras condiciones del desierto a la mayor cantidad posible de población infantil, ya que en los meses del verano las temperaturas que se alcanzan pueden superar los 50°c a la sombra. Además, su estancia en Jerez permite someterles a diversos reconocimientos médicos, con la colaboración de la Seguridad Social. Hay que recordar que estos niños sufren una deficiente alimentación y están expuestos a unas duras condiciones de vida que se presentan con diversas patologías, fundamentalmente relacionadas con la vista y el oído. La asociación señala además que esta estancia veraniega en Jerez permite que estos pequeños perfeccionen su nivel de español, ya que es el segundo idioma oficial que se enseña en las escuelas de los campamentos de refugiados, a partir del 3° curso de Primaria, con carácter obligatorio.

Por delante quedan dos meses de Vacaciones en Paz donde los niños acogidos volverán a disfrutar de sus familias jerezanas y de las actividades que organiza la asociación para que los pequeños no pasen tanto tiempo sin verse. "Queremos que los niños se monten en un barco, pasar el día en los Toruños y si es posible, visitar una bodega... Y si conseguimos que todas estas actividades tengan poco coste, mejor que mejor", señala la presidenta de la asociación.

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