El 'annus horribilis' de la Doma Vaquera

LA temporada de Doma Vaquera está a punto de finalizar, a falta solamente de la esperada prueba final de la disciplina, el Campeonato de España, que se celebrará en Vejer de la Frontera (Cádiz) durante los días 10, 11 y 12 de octubre.

A falta de que se dispute la prueba más importante del calendario anual, la disciplina está cerrando uno de los peores años de su historia deportiva, una temporada atípica que ha registrado bastantes suspensiones de concursos nacionales, tanto A como B, algunos de ellos de gran solera. En síntesis, la Doma Vaquera atraviesa momentos de zozobra o, al menos, de bastante dificultad.

Los coletazos de lo acontecido en el último Campeonato de España se han dejado sentir entre los jinetes, que han asistido a los concursos de esta temporada temiendo encontrarse con jueces que les eche por tierra el inmenso trabajo realizado con su caballo. Es verdad que también se han visto impecables intervenciones por parte del jurado de campo, pero no hay que olvidar que la filosofía del deporte ecuestre es fomentar la afición y alimentarla y esto es una tarea que compete a jueces y comisarios. En las próximas semanas se celebrarán elecciones en el seno de la Real Federación Hípica Española, ente ecuestre que deberá tomar cartas en el asunto y reconducir definitivamente una situación que lleva anquilosada desde hace años; en definitiva, devolver a la disciplina la belleza, la dificultad y la tradición que le corresponde.

A lo largo de este año también ha sido inferior la inscripción de jinetes en la mayoría de los concursos celebrados. Se ha echado de menos a muchos deportistas veteranos que han ocupado un puesto importante en la Doma Vaquera, jinetes que han sido fieles al calendario deportivo y que esta temporada han participado en contadas ocasiones.

La disciplina atraviesa un momento de transición y en esa evolución los jinetes deben encajar de manera coherente la perfección técnica y el componente artístico que caracteriza esta disciplina, una difícil tarea cuya función es mantener intacta la pureza de la Doma Vaquera.

Así pues, todos y cada uno de los jinetes deben aportar su granito de arena y colaborar para que este deporte siga siendo arte, en vez cegarse en agradar a uno u otro juez. Los artistas son reconocidos cuando sacan su personalidad y manifiestan su arte tal y como lo conciben; es entonces cuando surge la magia de la Doma Vaquera. La disciplina necesita que viejas glorias y nuevos valores convivan en armonía dentro de su contexto, pues es la única manera de permitir el relevo generacional y la actualización y pervivencia de la disciplina ecuestre.

Aunque no ha habido un dominador claro a lo largo de la temporada, hay que señalar que José María García Jarana, montando a su yegua de capa castaña 'Kizua' o a su veterano árabe alazano 'Emiratos Árabes', se ha impuesto en casi todas las pruebas en las que ha participado. García Jarana es, sin lugar a dudas, el jinete que más se prodiga en los concursos y un claro favorito a conseguir el título de campeón de España el próximo mes de octubre.

También ha sido relevante la temporada que ha cerrado el elegante jinete Francisco de Paula Ortega con su nuevo caballo, de capa torda vinosa, 'Taco-Taco'. Es un caballo con buen físico, que transmite mucho y realiza sus ejercicios con mucha corrección, por lo que en manos del jinete roteño puede ser un claro aspirante al título nacional. Con su otro caballo, 'Cepero', ha estado en la tónica de siempre, alcanzando los primeros puestos a base de corrección y entrega para suplir las muchas carencias del caballo.

'Cepero' es todo corazón, aunque de morfología poco agraciada.

Blas Álvarez ha sorprendido con su nueva montura, 'Carbonero'. En sus pocas salidas a pista siempre ha estado arriba. Puede estar en el podio.

El actual campeón de España, el vejeriego Gonzalo Corrales este año se ha prodigado muy poco. Con todo, sus intervenciones han sido de lo más

certeras: en dos salidas dos triunfos.

Jinetes y aficionados esperan pues que la Federación Hípica Española sea certera en la designación del jurado de campo y del delegado federativo para este Campeonato. No hay que olvidar que en cualquier concurso hípico, jueces y técnicos deben pasar inadvertidos, pues los únicos protagonistas han de ser caballos y jinetes.