Jerez

‘La Bodega del Lúpulo’: cerveza en estado puro

  • Una joven pareja de emprendedores jerezanos comparte su pasión por la cerveza artesana con la apertura de una nueva tienda dedicada en exclusiva a las ‘craft beer'

El emprendedor jerezano Alberto Cala junto a una de las neveras en La Bodega del Lúpulo.

El emprendedor jerezano Alberto Cala junto a una de las neveras en La Bodega del Lúpulo. / Pascual

La cultura de la cerveza artesana o ‘craft beer’ está aún en estado embrionario en España, más aún en Jerez, cuna de algunas microcerveceras que afloraron durante la anterior crisis económica, algunas de ellas ya desaparecidas. Las que quedan, sin embargo, siguen la estela de un movimiento con mucho más arraigo en Cataluña, el País Vasco, Madrid o Valencia, donde según Alberto Cala se están haciendo “grandes cervezas artesanas”, capaces de competir con las más afamadas de Estados Unidos y Reino Unido.

Precisamente, Cala se introdujo en este mundillo durante su estancia en Edimburgo, donde se despertó una pasión que junto a su pareja Mónica Vázquez se ha propuesto compartir con los jerezanos a través de ‘La Bodega del Lúpulo’, la tienda dedicada en exclusiva a la comercialización de cervezas artesanas nacionales y de importación que acaba de abrir sus puertas en San Cayetano esquina con calle Zaragoza.

Hay que estar hecho de otra pasta para abrir un negocio en Jerez en pleno estado de alarma. Pero lejos de frustrar su sueño, la pandemia del coronavirus únicamente ha logrado retrasar un par de semanas la apertura, prevista inicialmente para principios de abril, de esta bodega cervecera, un guiño a la tierra de las grandes catedrales del vino de Jerez, con el que las ‘craft beer’ comparte el hecho de ser una bebida viva, natural y sin ningún añadido, al margen de la búsqueda de la excelencia y la máxima calidad.

A su regreso a Jerez, Cala comprobó que en la ciudad y su entorno no había nada parecido a lo que había experimentado en Escocia, donde abundan los grifos en bares y las tiendas de ‘craft beer’. “Algunas de las microcerveceras que surgieron en la zona se han desinflado y estaba todo muy parado”, explica el promotor de esta aventura empresarial, quien considera que la crisis del Covid-19, más allá del cierre de la hostelería y la psicosis a salir a la calle, supone una oportunidad de negocio por el aumento del consumo en casa.

Mónica Vázquez, impulsora del proyecto junto a su pareja, ordena una estantería con una amplia oferta de cervezas artesanas. Mónica Vázquez, impulsora del proyecto junto a su pareja, ordena una estantería con una amplia oferta de cervezas artesanas.

Mónica Vázquez, impulsora del proyecto junto a su pareja, ordena una estantería con una amplia oferta de cervezas artesanas. / Pascual

La Bódega del Lúpulo reúne más de 150 cervezas artesanas nacionales y de importación

Tras madurar la idea y llevarla a la práctica, desde el convencimiento de que esta criatura en proceso de gestación tiene un largo camino por recorrer, la joven pareja tiene buenas vibraciones por las impresiones de sus primeros clientes, vecinos de la zona entre los que empieza a despertarse el gusanillo por el fascinante mundo de las cervezas artesanas, de las que en La Bodega del Lúpulo pueden encontrarse más de 150 referencias, entre ellas la representación local encabezada por la jerezana Destraperlo y las vecinas Volaera de El Puerto y Dos Mares del Campo de Gibraltar.

Rubia, negra, de trigo... Los tipos básicos de cerveza artesana son los mismos que la cerveza industrial, explica Cala, quien subraya no obstante que a partir de ahí hay una “variedad infinita” de estilos. Sólo en uno de los murales de la tienda dedicados a la Indian Pale Ale (IPA) hay más de veinte marcas distintas.

El precio medio de las cervezas artesanas oscila entre los 3 y 4 euros. Es un precio elevado, sí, pero hay que tener en cuenta que son producciones limitadas y completamente artesanales, lo que dispara los costes. A partir de ahí, sobre gustos, colores, pues en La Bodega del Lúpulo pueden encontrarse cervezas como la ‘Demeter’ Funked IPA, cuya lata de 44 centilitros cuesta 10 euros, pero también las hay más baratas, a 1,60 euros el tercio de la más económica.

También hay rarezas como las cervezas agrias envejecidas en barricas de brandy, whisky y vino; una cerveza negra con nitrógeno que le aporta cremosidad cuando se abre; y las hay con miel, calabaza, cerezas, maíz dorado, zumo de naranja... además de una gran variedad de cervezas sin gluten.

Alberto y Mónica disponen de tienda on line con reparto en toda la península y entrega gratuita en Jerez, que en el caso de El Puerto se ofrece a un precio muy asequible, el equivalente al coste del combustible, detallan.

Aún es pronto para sacar conclusiones, pero más adelante tienen idea de reforzar su actividad con degustaciones y catas a cargo de algunos maestros cerveceros ya consolidados, eso sí, a puerta cerrada, pues tienen muy claro que “esto es una tienda, no un bar”.

Para los que aún no se han convencido, Alberto Cala recuerda que “las cervezas artesanas no se filtran in pasteurizan y son mucho más sanas que las industriales; es como si te tomas una bebida macrobiótica”.

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