Programación Guía de la Feria de Jerez 2024

Sucedió en Jerez

Los caballos entraron ‘sí o sí’ para pasearse por el Real de la Feria

  • La de 1990 fue la Feria en la que se prohibió la entrada de caballos por la peste equina

Jinetes paseando por el Real de la Feria de 1990 ante la mirada expectante de los ciudadanos.

Jinetes paseando por el Real de la Feria de 1990 ante la mirada expectante de los ciudadanos. / Archivo Diario de Jerez

Fue un tira y aloja más entre las tormentosas relaciones del entonces alcalde Pedro Pacheco con la Junta de Andalucía. El encontronazo fue esta vez a causa de la peste equina que amenazaba al ganado caballar andaluz, desde hacía dos años, y que obligó a la administración autónomica a inmovilizar cualquier traslado o concentración de estos animales en ferias, romerías, como la del Rocío, certámenes ecuestres y todo evento que implicara una reunión de equinos. Pero claro, Jerez llevaría la contraria y en su Feria sí hubo caballos en el Real como siempre había sido, un aspecto singular de la cita jerezana a la que no estaba dispuesto a renunciar el Ayuntamiento.

Pese a la oposición tajante de la Junta, el Consistorio creó una serie de normas para poder participar en el paseo de caballos y enganches, todo ello pese a que una decisión judicial paralizaba la decisión. Pese a todo, los caballos entraron en el Real amparados por los aplausos de cientos de jerezanos que presenciaron el momento.

Quien no pudo hacerlo fue José María Ruiz-Mateos, que sobre un caballo perfectamente enjaezado, se montó sobre él vestido de calle. En el acceso al recinto feral, la Policía Local le impidió el paso. En fin, una más de este empresario dentro de su campaña de seguir protestando por la expropiación de Rumasa y en su intento de ser elegido parlamentario andaluz.

La gente aplaudió la desobediencia a la norma pero las autoridades autónomas que siguieron el momento lo hicieron con crispación. Como resultado a cada caballista se le multó con 200.000 pesetas y al propio alcalde por desobediencia al orden público y por inhibirse de sus responsabilidades. En ciertos momentos se temió que la Policía hiciera valer por la fuerza la prohibición.

De antemano, la Junta sí permitió concentrar caballos a cien metros del Real, en el Depósito de Sementales, donde se celebraron algunas pruebas hípicas. De todas formas, pese a las medidas adoptadas, la epidemia seguía sin dar tregua.

Recordar que la administración autonómica, entre las decisiones que tomó ante la pertinaz epidemia, estaba la de marcar a los caballos en el hombro izquierdo, una medida ineficaz porque rápidamente surgió la falsificación de dicha ‘marca’.

Tremenda bronca en Chapín

Fue el domingo 17 de noviembre de 1996. Jugaban el Xerez Deportivo y el Mensajero. Todo se inició por una serie de decisiones del árbitro del encuentro, Villalba Reneses, que inclinó la balanza a favor del equipo visitante, que ganó 0-1.

Imagen de lo ocurrido junto a Chapín. Imagen de lo ocurrido junto a Chapín.

Imagen de lo ocurrido junto a Chapín. / Archivo Diario de Jerez

A su término, unos 400 aficionados del Xerez, de los 14.000 que asistieron al partido, se concentraron en la salida del vestuario del árbitro. La policía tomó cartas en el asunto viendo el cariz que tomaba aquello, con lanzamiento de piedras al autobús del equipo canario, decidiendo dispersar por la fuerza a los concentrados. Siguieron los incidentes con el volcado de un coche policial. Al final, un agente y un guardia de seguridad resultaron heridos. La barbarie dio la vuelta a España en los informativos.

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