Cuatro meses de cárcel al dueño del gimnasio que espiaba a las usuarias con una cámara
Tribunales
El Juzgado de lo Penal número 1 lo castiga también a pagar 3.900 euros en indemnizaciones.
Luis de Diego, titular del Juzgado de lo Penal número 1 de Jerez, ha condenado a Diego M. M. a cuatro meses de prisión por espiar en los vestuarios con una cámara a las mujeres que asistían a su gimnasio ubicado en la avenida San Juan Bosco.
Según el magistrado, el condenado deberá igualmente indemnizar con 300 euros a cada una de las trece socias del gimnasio que solicitaron indemnización, lo que eleva el monto global hasta los 3.900 euros, sin contar los intereses legales.
Según se recoge en la sentencia, los hechos en cuestión acaecieron en julio de 2006, en torno al día 16 (se aplican las correspondientes dilaciones indebidas) cuando "movido por un ánimo evidente de vulnerar la intimidad de las usuarias (...) tras practicar un pequeño agujero en el falso techo del mismo, junto a las duchas, instaló una micro-cámara de marca XXL-Power (...). Dicha cámara permitía la emisión de las imágenes que captaba, a unos pocos metros del lugar de instalación y que podían ser visualizadas a través de un aparato receptor".
Fue el 19 de julio de 2006 cuando varias clientes vieron que de un agujero del techo salía una luz roja. Fue el propio hermano del condenado el que se subió a una escalera y retiró el aparato para dárselo a continuación a los agentes que se personaron en el lugar.
El magistrado destaca en su sentencia que por causas no atribuibles al acusado la causa se ha prolongado más de ocho años, debido, sobre todo, al "estado de colapso en dicho periodo del Juzgado de Instrucción número 2 de Jerez y en este Juzgado de lo Penal por la cantidad de causas pendientes de enjuiciamiento".
Entre los testimonios que han servido para condenar a Diego M.M. figura que fue visto con una escalera por una de las usuarias. Igualmente, varios testigos destacaron al tribunal que vieron al condenado aparcado en la parte trasera del gimnasio (solía hacerlo delante) con una pantalla en las manos. La distancia con el vestuario de mujeres era de unos 15 metros. Otro usuario aseguró haberlo visto con la escalera y además con unos alicates en las manos. Este usuario, que era de los de mañana y tarde, dijo que tras verle con tales herramientas fue cuando comenzó a frecuentar el aparcamiento trasero con una pantalla.
Un factor de vital importancia fue que el condenado reconoció haber ido a una tienda especializada a interesarse por micro-cámaras.
Cabe recordar que este juicio reunió en Penal 1 a numerosos abogados, concretamente a siete, entre los que se encontraban letrados como Juan Manuel Delgado Camacho, Vega González. Tejero Vega, Ruiz Sotillo o Barba López, entre otros.
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