¿Qué es comer bien?
Reflexiones sobre psicología
Es muy importante conocer cómo podemos comer adecuadamente
En nuestros días escuchamos a menudo la expresión "dieta equilibrada", dieta que incluye diversidad de alimentos ingeridos en cantidad y calidad adecuadas según la edad, sexo, estilo de vida, etc., cubriéndose así los requerimientos energéticos y de nutrientes que cada cuerpo necesita para estar sano.
En logopedia toda generalización es errónea, ya que los alimentos que no generan alteración alguna en unas personas, provocan comportamientos inadecuados en otras. ¿Sabías que el dulce provoca una mayor producción de adrenalina? De ahí que debamos valorar el estado de nuestro hijo antes de darle chocolate, sobre todo si nuestro niño tiene hiperactividad. Algunos colorantes y conservantes también alteran el comportamiento de nuestros hijos. El pescado azul, aceite de oliva y aceite de hígado de bacalao (ácidos grasos esenciales) regulan la irritabilidad nerviosa. Para estos chicos cobran especial interés las vitaminas C, E y B, y los minerales calcio y magnesio. Se recomienda tomar infusiones de melisa, lavanda, manzanilla, flor de la pasión, etc.
Algunos alimentos nos ayudan a prestar más atención, mejorar nuestra memoria, combatir el estrés o dormir mejor. Así como los ácidos grasos esenciales nos ayudan a pensar mejor, la mantequilla aumenta el riesgo de desarrollar cataratas. En cambio, el albaricoque alivia y previene la conjuntivitis y la pérdida de la agudeza visual (igual que la zanahoria, espinacas, calabaza y arándano).
Cuando nuestros hijos sufren alguna patología, síndrome, enfermedad o deficiencia, es interesante conocer ciertos detalles, como por ejemplo que los niños con autismo son más propensos a las inflamaciones gastrointestinales (deben comer más yogures que otros niños, aumentando así la producción de bacterias saludables de la flora intestinal). Algunos estudios recomiendan eliminar de su dieta el gluten y la caseína (presente en algunos alimentos como la leche de vaca y de cabra, el trigo, centeno y cebada), ya que al no ser digeridos completamente, presentan propiedades opiáceas (como la morfina). Poseen además hipersensibilidad hacia los olores, sabores y texturas, por lo que a veces ser creativos es la única manera de hacer que coman.
¿Saben ustedes que hay estudios sobre qué alimentos nos son más favorables según nuestro tipo de sangre?: Grupo O, debe ingerir menos maíz, lentejas y zanahorias, y aumentar el consumo de carnes rojas, pescado, huevos y leche; Grupo A, reducir carnes, lácteos y trigo y aumentar el consumo de legumbres; Grupo B, menos maíz, trigo y legumbres, y más carnes rojas y pescado; Grupo AB, pueden comer todos los alimentos recomendados para el grupo A y el B, evitando carnes rojas, trigo y plátanos.
Si cada uno de nosotros somos especiales solo por nuestro grupo sanguíneo, imaginemos la importancia de la alimentación en niños con Autismo, TDAH, Parálisis Cerebral, Retraso Mental, Retraso del Lenguaje, Síndrome de Down, depresión, tartamudez. Consultemos al pediatra e investiguemos sobre qué alimentos vienen mejor a nuestros hijos, cuales ayudan a sentirse mejor, suben la autoestima, mejoran la motricidad (reduciendo la espasticidad), etc. Si bien comer una cosa u otra no hace milagros, nunca está de más acompañar un tratamiento farmacológico y/o una terapia logopédica de una alimentación adecuada a uno mismo. Sin prisa pero sin pausa, utilizando todos los recursos a nuestro alcance, mirando arriba, abajo, dentro, fuera, a ambos lados. Cualquier detalle nos acerca a nuestro objetivo, cualquier omisión, nos puede estar alejando de él, como en un mal sueño cuando corremos hacia un lugar, y por más rápido que corramos, dicho lugar cada vez está más lejos. "Si puedo llegar antes, no llegaré después, so pena que no conozca el camino".
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