El comercio tradicional exige más inspecciones en los bazares chinos

El comercio tradicional ha hecho frente común ante la proliferación de bazares chinos que, según aseguran las asociaciones de comerciantes y negocios a nivel particular, incumplen en la mayoría de los casos la normativa comercial, empezando por los horarios, convirtiéndose de esta forma en una competencia desleal. Las quejas por lo que muchos comerciantes califican como irregularidades de estos negocios no son nuevas, pero se han acrecentado con la crisis que ha llevado al cierre de muchos comercios tradicionales. El presidente de Acoje, Fernando García, afirma que desde la Federación provincial de Comercio (Fedeco), a la que pertenece Acoje, se han ido presentado denuncias a Consumo relacionadas sobre todo con la apertura del comercio asiático durante los domingos y festivos, al objeto de que se impidiese que establecimientos con una superficie superior a los 300 metros cuadrados abriesen en dichos días. Esas denuncias fructificaron hace unos meses en un mayor número de inspecciones, durante las cuales, según García, se detectaron en los bazares inspeccionados otra serie de infracciones graves como la ubicación de productos de limpieza junto a alimentos o irregularidades en materia laboral, con la presencia de menores a determinadas horas del día atendiendo al público o incluso un buen número de trabajadores que no estaban dados de alta, así como incumplimientos en normativa de seguridad laboral. "Esa es la forma que ellos tienen de ser competitivos y ofrecer precios más baratos", mantiene García, insistiendo en la necesidad de un mayor control de este tipo de establecimientos.

No obstante, el presidente de Acoje opina que cada vez más los consumidores se están dando cuenta de que los productos que se ofertan carecen de calidad y añade que se ha llegado a un punto en que los bazares chinos se están haciendo competencia entre ellos mismos. "En unos meses hemos visto como cerraba el de Lancería, otro en Medina y un tercero en calle Sevilla. No hay tanta demanda para este tipo de establecimientos. La crisis viene para todos, aunque ellos la aguantan mejor, porque traen los productos directamente de China y luego son personas que no reinvierten ni gastan en la ciudad".

En la misma línea, el presidente de la asociación Asunico, Manuel García, demanda un mayor número de inspecciones al comercio asiático para poder competir en igualdad de condiciones. "Al resto de los comerciantes se nos exige mucho para cumplir la normativa y se puede decir que el 99% de ellos no la están cumpliendo". El responsable de Asunico matiza que no se trata de que "no se instalen, pero que lo hagan cumpliendo la ley como el resto. Ya no son sólo los horarios, sino también los productos que venden, la mayoría no están homologados, se dan irregularidades en el tema laboral y la ley es para todos. La única manera de controlar el cumplimiento de la normativa son las inspecciones".

Hace alrededor de cuatro meses un grupo de comerciantes se dirigió al Ayuntamiento para pedir un mayor seguimiento a los horarios de los bazares chinos. Según asegura uno de estos pequeños empresarios, Juan Antonio Jiménez, "nos dijeron que iban a tomar cartas en el asunto" y tras aquella reunión y durante las primeras semanas observaron que muchos de ellos dejaron de abrir los domingos. "Incluso creo que el Ayuntamiento mandó a la Policía Local para que se diese más vueltas por estos establecimientos por el tema del horario, pero al poco tiempo de nuevo tenían las puertas abiertas hasta altas horas de la noche y los domingos y festivos y ahora en verano la situación es peor. Lo hemos comprobado".

Jiménez insiste en que no se discute que tengan derecho a instalarse en la ciudad, "pero no estamos de acuerdo con que incumplan las normas". En su opinión, esta "competencia desleal" ha hecho un grave daño al comercio de la ciudad. "Hemos realizado nuestros cálculos y en los últimos cuatro años han cerrado más de 40 tiendas de 'Todo a cien' de familias jerezanas, tiendas que estaban en las barriadas. En muchos casos ni siquiera han conseguido un traspaso, son locales que siguen vacíos. Sabemos que la crisis ha influido pero también ha ayudado esta competencia". Según este comerciante, el éxito de los bazares chinos no está en los precios, "porque aunque tienen fama de ser más baratos, nuestros bazares tienen los mismos precios, pero sí es cierto que tienen de todo, porque son establecimientos muy grandes".