La página del vino

Los consumidores del jerez

  • Hay tres tipos de 'clientes' del vino de Jerez: los tradicionales, cuyo descenso es ley de vida; los ocasionales, que disputan la competencia; y los expertos, de los que depende el crecimiento futuro.

El conocimiento de los consumidores es vital para cualquier sector y el del vino de Jerez no es una excepción. ¿Quién bebe vino de jerez hoy en día? ¿Cómo son las personas que consumen los aproximadamente 50 millones de botellas que las bodegas de nuestra denominación ponen en el mercado anualmente? De manera simplificada, podríamos clasificar los consumidores actuales de vino de Jerez en tres categorías fundamentales:

Los tradicionales: Consumidores habituales de vino de Jerez en los mercados de toda la vida. En España serían preferentemente hombres, consumidores de fino o manzanilla; y en el Reino Unido, Holanda, etc. se trataría de mujeres, que consumen cream o medium; mayores de 55 años, marquistas y que no consideran el jerez como un vino. Lo usan bien como aperitivo o como copa entre horas.

Los ocasionales: Consumidores muy esporádicos de cualquier edad y sexo, que beben jerez en ocasiones no buscadas (ferias, celebraciones, cócteles...). No son marquistas ni entendidos; consumen cualquier tipo de jerez, según las preferencias locales, y lo hacen en cualquier forma (como aperitivo, en el tapeo...).

Y los expertos: Consumidores aficionados al vino, que incorporan el jerez a su repertorio de tipos consumidos con más o menos frecuencia. Lo beben como cualquier otro vino, preferentemente con la comida, en ambientes relativamente informales. Son consumidores generalmente de vinos generosos, es decir, fino, amontillado, oloroso… aunque también de dulces como el Pedro Ximénez. Tienen un perfil más joven (por encima de treinta años), y pertenecen a ambos sexos.

Considerando las circunstancias y asumiendo que no hubiera cambios sustanciales ni en el contexto del negocio ni en las actuaciones de los operadores implicados, la evolución lógica en cada uno de estos segmentos es muy dispar.

No cabe ninguna duda de que en el futuro inmediato seguirá reduciéndose de forma paulatina el nivel de consumo de los clientes más tradicionales. Es ley de vida: los consumidores un día dejan de consumir. Esa base de clientes del jerez, la más importante de cuantas tenemos en la actualidad, va a seguir descendiendo sin remisión; y su evolución negativa es la principal culpable de la caída de las cifras globales del sector.

Por su parte, el consumo que aportan los consumidores ocasionales, los que 'se encuentran' con el vino de Jerez sin ir a buscarlo -en nuestro caso en la feria, pero podría ser igualmente en un restaurante andaluz en Madrid, en forma de cóctel en Nueva York o durante las ferias taurinas en una capital latinoamericana- supone igualmente una parte muy importante de nuestras cifras. Y su evolución dependerá de la habilidad que tengamos en el mantenimiento o incluso en la generación de esas ocasiones de consumo. Algo que no es fácil, ante la voraz competencia de un sinfín de otros productos.

Así que la principal oportunidad de crecimiento está en el tercer grupo de consumidores. Esos que hemos llamado 'expertos', y que podríamos rebautizar como los consumidores de vino de Jerez, poniendo específicamente el acento en la palabra VINO. Unos consumidores de los que por fortuna cada vez tenemos más. En España, en el Reino Unido, en Estados Unidos y por todo el mundo. Son consumidores con un cierto conocimiento, o cuando menos, con una curiosidad o interés por el vino, en su concepción más amplia. Por eso es tan importante que las bodegas y las instituciones sectoriales hagan cuanto esté en sus manos para acercar el jerez al mundo del vino: para que nos encuentren ahí. Con nuestros pagos, nuestras tierras y mesoclimas peculiares, nuestra variedades y métodos específicos de elaboración y crianza. Con todo lo que nos hace especiales y únicos, pero formando parte de un universo que les interesa: el del vino.

Si el sector del vino de Jerez juega bien sus bazas, son estos consumidores los que -algún día- nos harán volver a la senda del crecimiento. Ellos son los que van a asegurar el futuro de esta industria, y por tanto de este patrimonio que nos importa a todos.

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