Los datos de la contratación del pasado mes de junio pueden llamar a engaño. Los datos fríos señalan que se firmaron 8.086 contratos en Jerez, casi 2.600 menos que en mayo (-24-5%) y ocho más que en junio de 2012 (+0,10%). De entrada, hay que matizar que en mayo se rebasaron los 10.000 contratos por primera vez en lo que va de crisis y por efecto de la coincidencia en el mismo mes de las motos y la feria, por lo que no sirve de referencia. Y la comparativa interanual, que arroja un resultado plano, tampoco da juego a las cábalas sobre la recuperación económica, pues en todo caso se podría hablar de desaceleración o freno a la caída.

La evolución de los contratos tampoco concuerda con la del paro registrado, que cerró junio con 454 parados menos que en mayo (-1,29%), pero 1.595 más que en junio del año anterior (+4,82). Es decir, a mayor número de contrataciones corresponde un aumento del paro, cuando lo lógico sería a la inversa.

La proliferación de los contratos temporales es uno de los factores que explicarían este desequilibrio, ya que una persona puede firmar varios contratos en un mismo mes -de días sueltos, fines de semana, por horas...- y acabar el mismo en paro, con lo que pasaría a engrosar ambas estadísticas. Pero tampoco aquí ayudan los datos de junio que, con un total de 7.824 contratos de los que llevan aparejada fecha de caducidad, reflejan un derrumbe mensual del 25% en la contratación temporal y un ligero aumento de medio punto en la interanual. Por contra, los contratos indefinidos, de los que se firmaron 262, crecieron en el último mes un 1,55%, pero se dejan en el último año más del 12%.

¿Cómo se explica entonces la distorsión entre paro y contratación? El fraude (trabajadores que cobran prestaciones) y la economía sumergida (parados que trabajan sin contrato) se animan en tiempos de crisis, aunque su incidencia se considera mínima. La otra explicación, a la que se aferran los expertos en estos días, es la desesperación o falta de expectativas de encontrar un empleo, que empuja a muchos parados de larga duración que han agotado ya las prestaciones, y también a otros muchos desempleados de nuevo cuño que no encuentran salida, a darse de baja en el registro.

El hecho es que ocho mil contratos y apenas medio centenar menos de parados en el mismo mes dan pie a múltiples interpretaciones y más si sólo 262 de las contrataciones son indefinidas, la mitad además por conversión de contratos temporales en fijos.

Hay, sin embargo, una lectura positiva, la que arroja la evolución en semestral de la contratación, que en la primera mitad del año acumula 43.783 contratos, con cerca de 7.300 de media mensual. El dato del primer semestre es el mejor de los tres últimos años con 200 contratos más al mes que en el mismo periodo de 2012 y casi cien más que en 2011. Algo es algo.