En defensa del agua del grifo

Al ser preguntado por la calidad del agua que sale del Consorcio, el químico Antonio Delgado saca pecho. "Es inmejorable", señala. A medida que se explaya en su postura, da detalles de por qué los propios usuarios deben sentirse convencidamente orgullosos. "Contamos con una materia prima buenísima. Excepto en los meses de verano, cuando aumenta la demanda, el resto del año cogemos el agua exclusivamente del embalse de los Hurones. Es de muchísima calidad, de las mejores de España". "Yo tengo claro -añade- que el negocio del agua embotellada es puro marketing. Sólo hay que ver que en las etiquietas lo que aparece es eso de 'mineralización débil'. ¿Qué significa eso? Que han retirado las sales que el agua de por sí contiene. Lo que bebemos no es puramente H2O, esa sería, digamos, la base. Pero lo que es puramente H20 es el agua destilada, sin ninguna sal, que no es apta para el consumo humano y que se usa, por ejemplo, para que las planchas no se ensucien".

Delgado va aún más allá y destaca que el agua de mineralización débil "no quita la sed, porque la sed la quitan esas sales. Una de esas sales que eliminan al vender el agua embotellada es el calcio. Te puedes sentir más sano si bebes agua embotellada, pero luego en la estantería de al lado te venden leche enriquecida en calcio. ¿En qué quedamos?".

De los problemas que estas sales pueden provocar en el organismo, como en la vesícula por ejemplo, Delgado tiene el convencimiento de que es un "sinsentido". "Los propios estudiantes de Medicina que han venido a visitar las instalaciones se quedan sorprendidos. ¿Qué objetivo tiene recomendar agua embotellada mientras se siguen consumiendo enormes cantidades de lácteos como yogures o quesos? Echarle la culpa al agua del grifo es un sinsentido", insiste para concluir.