El Ayuntamiento de Jerez cerró 2023 con una deuda reconocida con sus proveedores de unos 10,6 millones de euros. Este es uno de los importes más bajos desde que se hacen públicos estos datos, aunque a lo largo del año pasado llegó a ser aún menor (en junio fue de 6,8 millones).

El Consistorio pudo reducir sustancialmente este débito en abril del año pasado cuando se acogió a un nuevo plan de pago a proveedores y a otro crédito para pagar sentencias judiciales contrarias. Estas operaciones permitieron, además, una rebaja sustancial del periodo medio de pago, situándose por debajo de los 60 días.

Eso sí, la disminución de la deuda comercial no supone que estos importes hayan desaparecido del total del pasivo municipal. La práctica totalidad de estos adeudos ha pasado a engrosar la deuda financiera del Consistorio, que continúa creciendo año a año. Desde 2015, el Ayuntamiento jerezano se acoge año a año a los fondos de ordenación, las líneas de crédito habilitadas por el Ministerio de Hacienda para las entidades locales con problemas financieros, que ha ido permitido liquidar estos impagos mediante la suscripción de préstamos. A día de hoy, el débito financiero total del Consistorio ascienda a 960,7 millones de euros.

Ahora bien, a los 10,6 millones de euros hay que sumarle aquellos impagos no cuentan con consignación presupuestaria —las llamadas políticamente como facturas en el cajón—. Por el momento, el Ministerio de Hacienda no ha publicado el dato correspondiente al cuarto trimestre del año pasado, pero a finales del tercer trimestre el importe ascendía a algo más de 58 millones de euros, unos 8,8 millones de euros más que en el mismo periodo del año anterior.

Claro está, el grueso de la deuda municipal con proveedores corresponde al Ayuntamiento, que asciende a algo más de siete millones de euros. El resto pertenece a las empresas, fundaciones y otros organismos públicos.

Baja en el Ayuntamiento, sube en Comujesa

Si los planes de pago a proveedores ha permitido reducir sustancialmente la deuda del Ayuntamiento entre el cierre de 2022 y de 2023 —ha pasado de 24,8 a algo más de siete millones—, no ha tenido el mismo efecto sobre el débito de las empresas municipales, que se ha mantenido en la comparativa interanual, a pesar de que este mecanismo sirvió también . Así, si 2022 acabó con unos 2,9 millones de euros en impagos, 2023 lo hizo con unos 2,8 millones. Bien es cierto que los importes son inferiores a 2019, 2020 y 2021, donde los abonos pendientes superaban los 3,5 millones.

Eso sí, la situación es distinta en cada empresa. Comujesa, la empresa que gestiona servicios públicos tales como los autobuses urbanos, la ayuda a domicilio o el mantenimiento del alumbrado público, ha disparado su deuda comercial situándose en 2,1 millones, unos 800.000 euros más que en 2022. Esta mercantil pública continúa teniendo una delicada situación económica que requiere de transferencias del Ayuntamiento para poder cubrir sus gastos. No en vano, con el plan de pago a proveedores pudo liquidar unos 2,2 millones en facturas; sin embargo, sus débitos fueron creciendo de manera exponencial en los meses sucesivos.

Mientras tanto, Cirjesa, la empresa que gestiona el Circuito de Velocidad, ha podido reducir a la mitad sus impagos a los proveedores gracias también al mecanismo de pago. En diciembre 2022 tenía unos débitos de algo más de 1,6 millones de euros; un año después este importe está en los 640.000 euros aproximadamente tras haber podido abonar unos dos millones con el préstamo suscrito por el Ayuntamiento con el fondo de ordenación.

También Fundarte ha podido rebajar su deuda anual gracias a los préstamos para pagar a proveedores. No en vano, 2022 cerró con un adeudo de 1,3 millones y 2023 lo ha hecho con unos 634.000 euros en su debe. Con el plan de pago a proveedores liquidó facturas por un importe de unos 662.000 euros.