"No dudo de la honestidad de Méndez"
Pedro Alemán. secretario general de UGT-Jerez
El dirigente sindical mantiene que "hay muchas cosas que se demostrarán que son falsas"
Jerezano de nacimiento, la trayectoria sindical de Pedro Alemán no difiere mucho a la del joven comprometido durante 25 años como activo delegado sindical o miembro de los comités de empresa. Ahora tiene 56: "Somos una carga para los que vienen después", dice.
-¿Cómo ha pasado estos meses?
-Hombre, el clima es preocupante. Me preocupa especialmente la situación de los delegados de UGT en sus centros de trabajo y afiliados de base que no conocen exactamente qué ocurre. Hay muchas noticias pendientes de resolución judicial y creo que muchas de esas denuncias quedarán en nada. Por tanto, la preocupación es doble: Hemos de trabajar entre lo que dice la calle, con una crisis con fuertes recortes para los más indefensos, a lo que se añade una equivocada reforma laboral, y lo que ocurre con la UGT de Andalucía.
- Culpan a la actual Reforma Laboral de muchos de los males, pero ustedes la aplican en sus despidos.
- Eso no es contradictorio. Negociamos siempre para que no haya medidas traumáticas. Ahora bien, si no se alcanza un acuerdo entre las partes, hemos de aplicar la ley en vigor.
-¿Piensa también que existe una campaña de desprestigio contra los sindicatos?
- Personalmente, creo que es cierto que a la derecha le interesa que existan unos sindicatos más débiles. Hay cosas de la Reforma Laboral que son mortales para las conquistas de los sindicatos. Puede que, entre todo lo denunciado, haya cosas que son ciertas. Pero otras son fruto de la idea de desprestigiar a los sindicatos.
-¿Han perdido filiación tras descubrirse los escándalos de la UGT-A?
-Sí, pero no ha sido culpa de lo que vemos en la prensa. Esa bajada es culpa de la crisis.
-¿Cuántos son sus afiliados?
- Unos tres mil afiliados. Pero esa aportación no es suficiente para mantener la estructura del sindicato, resulta complicado.
- ¿Y los cursos de formación?
- En los cursos de formación hemos de disponer de locales, pagar al profesorado, el material, la luz, el teléfono... Pero tampoco sirve para financiar el sindicato.
-¿Conoce a Cándido Méndez?
-Sí, claro.
-¿Y no le ha aconsejado a tiempo que dé las explicaciones que todos los afiliados querían oír?
- No tengo tanta confianza como para decírselo.
-¿Cree usted en la honestidad de su secretario general?
- Yo no pongo en duda la honestidad de Cándido Méndez.
-¿No se ha actuado demasiado tarde?
- Yo no creo que se haya actuado tarde. Y ha habido dimisiones. El secretario general de la UGT en Andalucía, Francisco Fernández Sevilla, dimitió después de sólo cinco meses en el cargo. Creo que fue coherente. Y eso es algo que no hacen muchos políticos.
-¿Madrid estaba al tanto de lo que ocurría en Andalucía?
- No lo creo. No es posible. Las organizaciones territoriales y federaciones del sindicato gozan de una gran autonomía interna.
-¿Sabe usted cuánto gana Cándido Méndez?
- Una vez lo dijo, ¿no? Que ganaba al mes poco más de 2.000 euros. Un sueldo bruto de 40.000 al año.
- Es que se han hablado de otras cantidades. Ustedes están sujetos a la nueva Ley de Transparencia, aunque con muchas reservas.
- Estoy de acuerdo con una Ley de Transparencia, pero que no limite el derecho de libertad sindical, que no haya que dar cuenta de cómo se gestionan esos fondos públicos.
-¿Qué se le pasó por la cabeza cuando supo de la dimisión del secretario provincial Salvador Mera?
-Bueno, Salvador hizo unas gestiones por las que fue imputado como secretario de la Federación de Industria y Trabajadores Agrónomos de la UGT, nunca como secretario provincial del sindicato. Y ha dimitido. Que otros de la política tomen su ejemplo.
-¿Estuvo usted en la protesta contra la juez Alaya?
- No, aquello fue iniciativa del sindicato en Sevilla.
-¿Qué le pareció?
- No me pareció bien, naturalmente. Debemos ser respetuosos con la justicia. Se trató más de una muestra de apoyo a unos compañeros que una movilización programada por el sindicato.
-¿Le parece normal que la Junta no se persone en la causa?
- Bueno, Susana Díaz entró diciendo que actuaría contra la corrupción. Y ahí sigue. No sé cuál es la estrategia.
- Usted está muy tranquilo.
- Totalmente.
- Le preguntaría, y que se me perdone, si pone la mano en el fuego por los suyos.
-Por supuesto. No tenemos problemas. Somos independientes de la UGT de Cádiz, también la de Andalucía. Y actuamos con total claridad. No hay pruebas de desviar dinero porque, realmente, no hay manera de hacerlo. Lo único que se ha dicho en todo esto fue que nosotros, siendo Pilar Sánchez alcaldesa y Pacheco gerente de Urbanismo, acudimos a un concurso, de la que salió elegida nuestra oferta, para la compra de un solar en el que se proyectaba la construcción de 157 viviendas, sin lucro alguno. El solar estaba justo enfrente de la gasolinera que hay en la rotonda final de la zona sur, antes de entrar en el polígono industrial. Íbamos a construir pisos de VPO con precios dignos, asequibles para la clase trabajadora... Pero aquello no prosperó.
-¿Qué ocurrió?
-Habíamos hecho algunas ofertas y encontrado tres intentos de compradores... Pero en ese momento la burbuja inmobiliaria estalló y el proyecto quedó aparcado.
-¿Qué es lo que más lamenta?
- La suerte de los que nada tenemos que ver de lo que se nos acusa. A veces, los medios hacen una montaña de donde no hay nada. Claro, la gente no conoce toda la realidad, nos mete en el mismo saco. Pero aquí no somos todos de la misma pasta. Ni tenemos cuentas en Suiza.
-¿Le han insultado por la calle?
- A mí, nunca.
- ¿Y algún afiliado ha venido a quejarse?
-No, nadie. Hombre, hemos celebrado asambleas de delegados y, claro, es normal que pregunten, es normal esa preocupación.
- ¿Por qué no se impone una regeneración en los cargos de dirección? Méndez lleva ya cerca de veinte años en el cargo...
- En el último congreso aprobamos una resolución para acortar los mandatos a doce años. Consideramos necesario que los mandatos sean cortos y espero que también se lo apliquen los políticos.
- Hace falta gente nueva.
- Claro. Queremos gente nueva. Lo triste es que los jóvenes sufren la precariedad laboral. Entran en un trabajo y señalarse como delegado sindical es un peligro. Pero sí, hace falta savia nueva, sin prescindir de la experiencia de los veteranos.
- ¿Algo más que decir?
- Que UGT seguirá defendiendo los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Que hay muchas cosas que se demostrarán que no son ciertas. Y que la UGT, con más de cien años de antigüedad, seguirá existiendo como sindicato de clase que representamos a los trabajadores como se merecen.
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