El feo, el malo y la 'okupa'

Si alguien, que no sea independentista catalán, tenía alguna duda, después de la tragedia de Barcelona y Cambrils, espero que se le hayan disipado.

Lo que ha ocurrido podía haber sucedido en cualquier otra parte, pero fue en Cataluña donde pasó. Dos ciudades en las que la única responsabilidad en materia de seguridad la tienen los Mozos de Escuadra, una Cataluña en la que su Gobierno tiene autonomía para organizar a su Policía, orquestar las medidas preventivas que considere oportunas, y/o incrementar las acciones oportunas y necesarias para tratar de evitar masacres como la ocurrida. ¿Y qué ha hecho el Gobierno catalán y su flamante Policía Autonómica?, pues, como es evidente, nada de lo que debían haber hecho para minimizar los riesgos y poner el máximo de dificultades a los criminales que acabaron con la vida de 16 personas y pusieron en riesgo severo las de muchos más.

Si empezamos por la 'okupa', la alcaldesa de Barcelona, la cosa es para tirarle de los pelos, darle una patada en el culo, inhabilitarla a perpetuidad para cualquier cargo público y ponerla en la puta calle sin un duro de indemnización.

Esta buena señora, sin estudios, sin preparación, prepotente y cateta -por su pasmosa estrechez de miras-, se negó en repetidas ocasiones a colocar bolardos en las zonas peatonales de Barcelona con mayor afluencia de público. Se lo recomendó -como a todas las otras grandes ciudades europeas- la propia UE, se lo aconsejaron desde el Ministerio del Interior, pero ella -con una única 'licenciatura' en manifestaciones callejeras y defensa de ocupas- se negó. ¿Su argumento?, razonable, consistente y definitivo: "los bolardos coartan la libertad…". ¿Han escuchado ustedes muchas veces una gilipollez semejante? El problema es que usted debe tener cortados las conexiones neuronales. Sí señora, puede -¿¿??- que los bolardos coarten la libertad -será, probablemente, la de los cretinos como usted-, pero los terroristas cortan las vidas.

Si la brillante 'okupa' del Ayuntamiento de Barcelona hubiese colocado, como tenía que haber hecho, bolardos en Las Ramblas, la furgoneta de los asesinos yihadistas no hubiese podido hacer el daño que hizo.

Sigamos por el 'malo' de la tragedia. José Luis Trapero, el petardo -visto lo visto es lo menos, y lo más, que puedo decir de él- al que 'el jefe' Puigdemont colocó, hace muy poco, como máximo responsable de la Policía Autonómica catalana ¿Sus méritos?: ser independentista, razón por la que, al no serlo, 'el jefecito' echó a su predecesor. Consecuencia de su 'no actuación': 16 muertos, que a lo mejor no tenían que haber sido, y más de 130 heridos, puede que evitables.

Esto decía 'el prenda' el pasado abril: "Lo que demando es confianza en la Policía. Y confianza en que nosotros somos los que tenemos que gestionar estas decisiones sobre las medidas, aplicarlas y evidentemente también las responsabilidades que se puedan derivar". Si, al menos, se hubiese encargado de colocar varios furgones policiales cerrando el acceso a Las Ramblas, el yihadista asesino no hubiese podido hacer lo que hizo.

Por no hablar de la explosión de Alcanar: más de 100 bombonas juntas, facturas de compra de cantidades ingentes de productos químicos usados pata fabricar explosivos, un imán bajo sospecha -condenado en España y huido de Bélgica- al que no se presta atención… ¡Confianza en la Policía catalana!, ¿y qué más…? ¡Ah, sí!: "… las responsabilidades que se puedan derivar…" ¡Pues hala!, ¡A la puta calle, inhabilitado y sin un duro!, ¡Por inútil!

Ya sólo queda 'papá Piquillo': Puigdemont 'el feo', el chulo de la barraca. Mucho más feo por dentro que por fuera, que ya es decir, además de torpe y, sobre todo, inepto, es decir: inútil, inservible, incompetente, incapaz, inhábil, desmañado… no sé si me explico.

Máximo responsable del gobierno catalán, en un país con 'alerta 4' sobre 5, con un aviso de la Policía belga, con tres avisos de la inteligencia norteamericana… ¿y que pasara lo que pasó sin que se tomasen TODAS las medidas que se podían, y debían haber tomado? ¡¡A la puta calle!!, inhabilitado y sin un duro.

Tres 'okupas', entre otros muchos, feos e impresentables, mezquinos, malos y peligrosos, y Rajoy a verlas venir…